Yo tengo otros datos - La revocación de mandato; Los festejos de los cien días

En opinión de Carlos A Galicia

Yo tengo otros datos - La revocación de mandato; Los festejos de los cien días

Estamos ante una situación inédita en México. La revocación de mandato es una práctica democrática que por primera vez se estrena en el país con la presencia de un Presidente de la República de izquierda, de una izquierda pragmática con un hibridismo ideológico. En el que se conjugan expresiones ideológicas de un partido dominante como el priismo y de una izquierda beligerante, no tanto programática. Algunos analistas aseguran que difícilmente, o casi imposible, se hubiera llevado a cabo este evento si hubiera continuidad en el país, con la presencia del PRI, que duro más de 70 años y con el PAN que permaneció durante 12 años en el gobierno. 

El meollo del asunto es que, si bien fue un ejercicio democrático, no se tuvo la votación que se esperaba. El porcentaje que se alcanzó fue muy mínimo ante la votación arrolladora que se tuvo en las elecciones presidenciales.  Y esto obedece – según encuestadores- a la opinión pública que se generó en distintos medios de comunicación al señalar que este evento de antemano ya se sabía cuál iba a hacer el resultado. 

Se vaticinaba que ganaría AMLO, al considerar que la mayoría de votos serían a favor, que continuara en el cargo. Y si hubiese sido el caso contrario, su partido Morena en las cámaras decidiría quien ocuparía la silla presidencial, como en este caso la mayoría la tiene el partido del presidente ellos decidirían entre ellos mismo que podría suceder a Presidente.

 Por lo que se vislumbraba como un evento muy parecido a los que realizaba el priismo con las famosas reelecciones de sus dirigentes partidistas, sindicales y de los sectores. Que llevaba a cabo la democracia dirigida, que consistía en armar todo el andamiaje jurídico, legal y administrativo para darle validez y que no se presentara a la vista de todos como una ilegalidad y mucho menos como actos dictatoriales, sino dentro de los principios de la democracia. En el que todos pudieran participar y supuestamente decidir. Lo que comúnmente en el argot priista se decía: “se echaba andar la maquinaria priista”. Lo único que hacían los militantes y simpatizantes como los ciudadanos era darle legitimidad a los procesos electorales. 

En este caso fue muy notorio la movilidad que llevaron a cabo los lideres, representantes populares y dirigentes con sus militantes y simpatizantes para que emitieran su opinión con respecto a la revocación de mandato. Y quienes principalmente festejaron los resultados e incluso presumen la hazaña son los propios militantes.

Sin embargo, es un evento que no hay que echarlo al saco roto, al contrario, se tienen que seguir avivando, por el bien de la democracia. Se requiere detallar aún más los procedimientos, se necesita legislar al respecto y reglamentar ciertas acciones. Porque estos actos se tienen que ir bajando al ámbito municipal, incluso de colonia y de barrios. 

Cuando un representante ha perdido la confianza de sus habitantes se debe someter a la revocación de mandato. Pero que quede claro, cuando así lo ameriten las condiciones. Esta práctica democrática no tiene por qué ser un ancla para enganchar a los gobernantes y que esté al servicio de un grupo político. Sino al servicio de la ciudadanía. Hoy, esta práctica se inicia con la figura presidencial, ya hay un estado de la república en el que su gobernante se pronunció en llevar una revocación de mandato dentro de dos años. Hay que esperar que esto también se realicé a nivel municipal, si esta figura la hubiésemos tenido antes, seguramente Cuernavaca, no estaría tan endeudada y con tantos problemas financieros y de desarrollo urbano. Bien, por la democracia participativa. 

 Oportunas 

  Los habitantes de Cuernavaca están observando los festejos de los cien días de gobierno municipal. La pregunta que se hace la ciudadanía es que se ha hecho durante estos días. Las calles siguen con baches, hay basura por doquier. Los impuestos han subido. El impuesto predial subió de manera estratosférica, el agua potable sigue habiendo problema con el suministro. Y ante todo ello, sigue la perorata de quienes gobiernan- dejaron las arcas vacías y con deudas- como si la justificación pudiera suplir las necesidades de la población. Es notorio -señalan los vecinos de las colonias-  que no existe un plan de trabajo, un proyecto de desarrollo, sólo son ocurrencias ante la falta de una preparación política sólida de quienes gobiernan. Hay que esperar, tener paciencia… es lo mejor.