Serpientes y escaleras - ¿Y la economía apá?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Y la economía apá?

 

El problema del covid-19 es muy grave; la pobreza que dejará también lo es.

 

¿Y la economía apá?

Los ojos del mundo están puestos en el avance y combate del covid-19, un virus que apareció a finales del mes de noviembre en la ciudad de Wuhan, en la China central, y que en unos meses puso contra la pared al mundo entero. El avance de la pandemia superó ya las proyecciones que inicialmente hicieron los especialistas y la Organización Mundial de la Salud; a la par de este dilema viene otro: la crisis económica.

Casi todos los gobiernos del mundo están enfocando su fuerza en tratar de frenar la velocidad de contagio del covid-19; China, el país donde nació este virus y el primero que lo ha logrado superar ha ofrecido su ayuda a otras naciones que aún no pueden romper la cadena de contagio.

Después de China, Italia se convirtió en el país con más casos positivos y decesos a causa del coronavirus; la velocidad con que creció la pandemia sorprendió al mundo entero y obligó a casi todos los países del mundo a cerrar sus fronteras como una medida desesperada para detener el brote de enfermos.

De este lado del mundo Estados Unidos se volvió el epicentro de la pandemia luego de que su presidente minimizara la situación y considerara que el covid-19 era “una gripita” que no ameritaba mayor interés de parte de las autoridades. En el pecado llevó la penitencia: hoy la Unión Americana sufre las consecuencias de no haber actuado a tiempo y no haber tomado las medidas de prevención indispensables. Hasta el día de ayer ese país registraba más de 368 mil contagios y casi 11 mil muertes.

Aunque el aislamiento es hasta ahora la única manera de detener los contagios, la cuarentena representa un enorme esfuerzo para muchísimas personas y algo imposible de hacer para un sector importante de la sociedad. Ubiquémonos en Morelos:

En la tierra de Zapata igual que en el resto del país las autoridades han ordenado el cierre de casi todos los negocios como una medida de inhibición, para que la gente deje de circular en las calles. La decisión es acertada porque aunque una gran cantidad de personas han hecho caso al llamado de la sana distancia y se mantienen en sus casas, otros tantos, muchos todavía, siguen en las calles como si nada ocurriera.

De nada sirve que solo una parte de la población siga las instrucciones si la otra se mantiene activa y propagando el virus; poco se logrará cuidándonos de no contagiar ni ser contagiados y obedecer las medidas de sanidad e higiene recomendadas, si al final el contagio será masivo porque hubo quienes no obedecieron las indicaciones.

Habrá que entender que una buena parte de la población, la mayoría, necesita salir de su casa para ganarse el sustento diario, que otros sufren porque al dejar de trabajar o cerrar su negocio no solo dejan de ganar dinero, también se colocan en riesgo de no tener manera de subsistir en lo personal o de mantener vivo su fuente de trabajo.

Es aquí donde en otros países han entrado los gobiernos, ofreciendo ayuda a empresas, comercios y ciudadanos, entendiendo que la cuarentena no solo implica un aislamiento temporal, conlleva en muchos casos la suspensión de la fuente de ingresos y el primer paso hacia la pobreza.

En México el gobierno federal no ha ofrecido nada concreto para ayudar a minimizar el impacto económico del covid-19; a diferencia de Francia, Canadá, Alemania, Inglaterra, Italia, Rusia, Estados Unidos o hasta El Salvador, en México el plan emergente de apoyo no existe, se resume en la continuación de los programas asistencialistas ya existentes para adultos mayores y ninis, sin tomar en cuenta a los demás sectores de la población que están ya sufriendo los efectos económicos de la pandemia.

En algunos estados con más fortaleza económica que Morelos los gobernadores han anunciado planes extraordinarios de apoyo, suspendiendo temporalmente el cobro de los servicios públicos, generando programas especiales de ayuda a los sectores más desprotegidos, canalizando recursos adicionales para la micro y pequeña empresa o dando tregua fiscal a los comercios…

La mayoría entendemos la gravedad de la pandemia provocada por el covid-19 y todos sabemos que a la par de esta viene una desaceleración económica que de manera irremediable acabará con cientos o miles de pequeñas empresas. Es aquí donde se ubica la coyuntura más grave del momento: resguardarse para no enfermarse o salir a trabajar para no morir de hambre.

La reflexión no es sencilla, aunque para muchos la respuesta si lo es: “Si nos enfermamos corremos el riesgo de morir, pero si no trabajamos tenemos la certeza de que no habrá para comer”

Bajo esta lógica se entiende que un gran sector de la sociedad haga caso omiso a las recomendaciones, que se exponga al contagio y minimice la situación; por supuesto que hay muchos que lo hacen porque no tiene otra opción, pero también hay muchos que actúan así simplemente porque les vale madre lo que pase.

Para los primeros, los que están afuera por necesidad, el gobierno y las empresas tendrían que idear la manera de ayudarlos a sortear el momento; unos proporcionando toda la ayuda que les sea posible, dirigiendo recursos a la atención de las áreas más vulnerables y los sectores productivos que necesitan apoyo para no cerrar. Otros apoyando a su personal, concediendo permisos, reduciendo los horarios de trabajo y brindando las medidas de higiene necesarias para salvaguardar la salud.

Un punto no podemos pasar por alto: de la mano de la crisis sanitaria viene una enorme crisis económica; lo primero, si cumplimos al pie de la letra las recomendaciones y frenamos la velocidad de contagio, lo podremos superar en unos meses; lo otro, pase lo que pase, tardará años en remontarse, porque el impacto económico es global, se refleja de muchas formas, ha modificado la paridad cambiaria, hundido el precio del petroleo y sumido a México en una depresión nunca antes vista.

Hablar de solidaridad no es suficiente desde el gobierno; el efecto de la pandemia en la economía familiar de miles de personas es devastador y se requiere de ayuda directa, tangible e inmediata para muchas personas que no pueden quedarse en casa, que tienen que cerrar sus negocios o empresas o que aún continuando con su actividad cotidiana han visto significativamente disminuidos sus ingresos por las bajas ventas.

Es fácil quedarse en casa si se tiene el respaldo económico suficiente para hacerlo. Lo difícil es enfrentar una crisis sin dinero en la bolsa para aguantar.

Todos los sectores de la sociedad resultaremos afecados por la pandemia del covid-19. Algunos mucho más.

A ellos es a quienes urge ayudar de cualquier manera.

  • posdata

Ayer por la tarde comenzó a circular la versión de que al menos seis miembros del personal de salud del Hospital Regional 1 del IMSS en Cuernavaca habían resultado positivos de covid-19; por la noche el periódico El Financiero retomó la información tomando como fuente a Francisco Javier Bermúdez, médico especialista y ex director de Protección Civil estatal.

"Lamento decirles que ya surgió un brote en el personal del área de urgencias del Hospital Regional Número 1 del IMSS Morelos; un médico especialista, dos médicos residentes y tres enfermeras positivas a SARS-CoV-2" dijo el médico en un tuit.

Aunque el supuesto brote ocurrió en un hospital federal, los Servicios de Salud del estado anunciaron que se hará un cerco epidemiológico para buscar contactos primarios y evitar que la ola se expanda. Unos días antes el personal de dicho nosocomio se manifestó en las calles exigiendo mejores condiciones de trabajo, equipo para llevar a cabo su labor de manera correcta y segura y materiales para atender a los enfermos.

Ayer la Secretaría de Salud de Morelos actualizó las cifras del covid-19 e informó que una persona más había perdido la vida, para llegar a 4 defunciones; lo más llamativo fue que en lo que corresponde a casos positivos la cifra se actualizó de 16 a 29, lo que implica que en 24 horas 13 personas más resultaron positivas a este mal.

Poco a poco el panorama local del coronavirus comienza a cambiar; la curva de enfermos se ha elevado, lo que abre la puerta a más decesos.

Vienen tiempos difíciles para todos.

Más difíciles serán si no hacemos caso a las indicaciones.

  • nota

El alcalde Antonio Villalobos dio a conocer que valora la posibilidad de cerrar la Plaza de Armas de Cuernavaca para inhibir el tránsito de personas y frenar así la cadena de contagios de covid-19.

Antes el edil conformó un grupo de especialistas (Comité Municipal de Contingencia) que observan, analizan y toman decisiones en torno a la pendemia; junto con ellos Villalobos ordenó la suspensión temporal de negocios de alta concentración de personas, el cierre de plazas comerciales y recientemente el paro de operaciones en la mitad de los locales del Centro Comercial Adolfo López Mateos.

Lo que está haciendo el ayuntamiento de la capital respecto al coronavirus es correcto y debería ser emulado por otras autoridades; son acciones firmes que ayudan a reducir la velocidad de contagio y permitirán administrar mejor la crisis que se viene.

No son decisiones fáciles de tomar, implican un costo enorme en todos los sentidos, empezando por el hecho de afectar a cientos o miles de familias que temporalmente deben dejar de trabajar.

Hay decisiones que se deben tomar, porque hay mucha gente que no entiende la situación y con su irresponsabilidad pone en riesgo a los demás.

Reitero: lo que hace Villalobos en el tema del coronavirus es lo correcto. Aunque duela, es lo que se tiene que hacer.

  • post it

En un estudio publicado el fin de semana, la OMS analiza las formas de transmisión del virus que causa el Covid-19, y la conclusión a la que llega es que el coronavirus se transmite únicamente por contacto con las gotitas respiratorias que una persona contagiada proyecta al estornudar o al toser; no hay ninguna evidencia de transmisión por el aire.

"La transmisión por gotitas se produce cuando una persona que se encuentra en estrecho contacto (menos de un metro) de otra que tiene síntomas respiratorios (como tos o estornudos) y entra así en riesgo de poner sus propias mucosas (boca y nariz) o sus ojos expuestos a sus gotitas respiratorias potencialmente infecciosas", explica el estudio de la OMS, "… así, el contagio puede producirse por contacto directo con una persona infectada o por contacto con una superficie o un objeto que ésta haya utilizado".

El director general del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, George Gao, asegura que no implementar el uso generalizado de mascarillas para protegerse del covid-19 es un "gran error" que está cometiendo tanto Estados Unidos como los demás países del mundo en su respuesta a la pandemia.

"El gran error en los Estados Unidos y Europa, en mi opinión, es que las personas no usan mascarillas. Este virus se transmite a través de gotas y contacto cercano",  manifestó Gao en una entrevista a la revista Science. "Las gotas juegan un papel muy importante: hay que usar una mascarilla, porque al hablar, siempre salen gotas de la boca", y dicho accesorio puede evitar que las gotas que transportan el virus infecten a otras personas, explicó.

Hace un par de días el subsecretario de salud federal Hugo López-Gatell refirió que no existe evidencia totalmente comprobada de que los cubre bocas eviten el contagio del covid-19, por ello el gobierno federal no ha llamado de manera enfática a toda la población a que lo utilicen.

En medio de la especulación, con partes que opinan diferente y no se ponen de acuerdo, la conclusión parece obvia: hay que usarlo.

La OMS refiere que ayuda; científicos y epidemiólogos chinos dicen que si sirve; en Estados Unidos el gobierno ha pedido a sus habitantes que los utilicen; en Europa varios países comienzan a exigir que la gente que ande en las calles se lo ponga…

Es decir: si no ayuda, tampoco estorba.

Recurramos a las clásicas expresiones mexicanas: ¡Más vale! o ¡Por si las moscas!

  • redes sociales

Pelearse en las redes sociales es como hacer caso a las pintas de un baño público, solo que con menos ingenio.

Comentarios para una columna sonriente:

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