Serpientes y escaleras - Un día después

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Un día después

La elección del domingo pasado fue una sacudida al árbol político. Una fuerte sacudida.

 

Un día después

Concluidas las campañas y con resultados oficiales podemos hacer un recuento de lo que ocurrió en el proceso electoral. Lo primero que puedo decir es que a pesar de lo complejas y atípicas, las elecciones dominicales confirmaron la personalidad política de nuestro estado: la ciudadanía hizo a un lado el miedo a la pandemia, participó copiosamente y decidió más allá de las presiones; los morelenses votaron en libertad, en paz y con un alto sentido de responsabilidad, concientes de lo que representaba este proceso. Los ganadores somos todos.

Al revisar los resultados y ver la conformación del nuevo mapa político estatal no hay muchas cosas de que sorprenderse: como se esperaba Morena se confirmó como primera fuerza política, pero quedó de manifiesto que la marca no fue suficiente para que todos sus candidatos ganaran. Los capitalinos se inclinaron por una de las dos propuestas que siempre estuvo en la competencia y el congreso se tornó opositor al gobernador.

Lo llamativo: con resultados preliminares todo indica que 15 de los 23 partidos que compitieron van a desaparecer. El PRD, el Verde, Encuentro Social, PSD, Encuentro Solidario, Bienestar Ciudadano, MAS, Renovación Política Morelense, Fuerza Morelos, Futuro, Fuerza por México, PAS y Armonía van a perder su registro.

Haganos una pausa en este tema: el Partido de la Revolución Democrática que apenas el sexenio pasado era primera fuerza en el estado y gobernó Morelos a través de Graco Ramírez pierde su registro tras 30 años de existencia. El Verde, cuya historia en la entidad ha estado ligada a componendas, abusos y complicidades dejará de existir en lo local. El Partido Social Demócrata que hace unos años sobrevivió a la pérdida del registro nacional, que en 2015 trajo a Cuauhtémoc Blanco y en este proceso respaldó al candidato ganador en la capital también se queda sin registro. Y los dos PES, Social y Solidario, que representan al gobierno de Cuauhtémoc Blanco pasarán a mejor vida.

Luego vienen otros más, los nuevos, los que apostaban a ganar algo, pero principalmente a conservar su registro; muchos de ellos se quedarán con un palmo de narices. Ahí destaca el de Matías Nazario, que estuvo a punto de lograr la meta. También Fuerza por México de Pedro haces, que arrancó de forma espectacular pero se desfondó antes de llegar a la mitad del proceso. Y por supuesto Fuerza Morelos, de las Maricelas, quienes se alejaron del PRI para apostar todo su capital político en un partido propio; fracasaron estrepitosamente.

Un dato sobresaliente en este proceso electoral es que a pesar de la cantidad de fuerzas políticas que compitieron y la polarización de posiciones entre algunos candidatos, en general no sucedió lo que todos esperábamos: que el voto se pulverizara. La proyección era que la gente dividiría su intención entre todos los candidatos y de esa manera la contienda se volvería más compleja, pero en casi todos lados, incluyendo la capital, la gente no tomó en cuenta a las nuevas ofertas electorales y se centró en unas pocas propuestas.

En el caso de Cuernavaca vale la pena reflexionar un poco sobre lo ocurrido: de principio a fin la atención se centró en tres candidatos, Jorge Argüelles, José Luis Urióstegui y Sergio Estrada. Los demás partidos intentaron llamar la atención, muchos candidatos verdaderamente pensaron que podrían ganar y esa pasión personal les impidió ver la realidad. Al final cada uno quedó en su justa dimensión y quizá, solo quizá, en este momento esos que suponían que tenían un gran arrastre popular entiendan que todo era una ilusión creada por ellos mismos. Analicemos lo que ocurrió en los equipos de tres candidatos:

Jorge Argüelles Victorero siempre pensó que podía ganar y tenía todo para lograrlo, pero las cosas se le complicaron desde el principio al grado que tuvo que imponer su candidatura en Morena. Después de eso se cometieron varios errores: el diputado creyó a pie juntillas en las encuestas, confió en operadores que no estuvieron a la altura del reto y desestimó a sus adversarios.

Al diputado lo enfretaron con muchos, le vendieron la idea de que tendría a los mejores operadores electorales y lo hicieron pensar que no necesitaba a nadie más; un error fue sumar a figuras que no ayudaban, que solo le sacaron dinero y que le mintieron. Ni las propuestas ni la candidatura de Argüelles eran malas, pero cometió el error de enemistarse gratuitamente muchos, validó chismes y confió en operadores cuya historia es de fracaso. Jorge Argüelles pagó muy caro los errores de otros.

Sergio Estrada Cajigal nunca tuvo oportunidad real de ganar, ni tampoco representaba una oferta seria de gobierno. La historia del mecánico es de claroscuros, fue un buen alcalde pero un pésimo gobernador y en todas sus experiencias de gobierno dependía de la capacidad de otros para salir adelante. La Cuernavaca del 2021 que pretendía gobernar era muy distinta a la que le tocó administrar en 1997; las personas que lo acompañaron en aquella primera experiencia política hoy ya no tienen la fuerza, juventud ni capacidad para enfrentar un municipio tan complejo como la capital.

Estratégicamente el exgobernador cometió muchos errores, supuso que una elección se gana con entusiasmo y olvidó que para competir en un proceso electoral se requiere método; luego surgió la personalidad característica del exgobernador: sus ocurrencias, sus disparates y las torpezas que lo hicieron fracasar como jefe del ejecutivo estatal. Sergio Estrada Cajigal nunca maduró ni creció intelectualmente, reapareció con la misma personalidad berrinchuda con la que gobernó y compitió por las mismas razones que le motivaron en el dos mil: dinero. Su campaña fue mala de principio a fin, sin estrategia, sin contenido, sin comunicación, sin propuestas y con el único fin de hacerle el trabajo sucio a otros. Los votos obtenidos reflejan su verdadero capital político.

José Luis Urióstegui tuvo la habilidad de convertirse desde el principio en un candidato de oposición, la cara opuesta de la propuesta oficial, con la característica de surgir desde la ciudadanía. La fuerza del abogado no estuvo en un partido ni en el diseño de su campaña, sino en su trayectoria personal, su historia de vida y la circunstancia de la ciudad y del estado.

Urióstegui no es ningún fenómeno electoral, está lejos de ello, pero se volvió la esperanza de muchas personas que se cansaron de lo mismo, que buscaron darle un viraje político a la capital y encontraron en su persona el camino para hacerlo. El triunfo del candidato derivó de muchas circunstancias que estuvieron más allá de su equipo, fueron el resultado del trabajo de muchísimos ciudadanos que hicieron campaña por él desde fuera, que llamaron al voto sin conocerlo, por la única razón de que no querían que ganara otro.

José Luis debe estar conciente de lo que representa el resultado para no embriagarse con un triunfo que no le pertenece por completo; necesita tomarse un tiempo para descansar, para reflexionar y para trazar una ruta puntual de las cosas que debe hacer una vez que reciba su constancia de mayoría. Ganar la elección del pasado 6 de junio fue una labor titánica para el abogado, pero nada comparable con el esfuerzo que requerirá atender una ciudad abandonada, que se desangra, en donde la corrupción y la delincuencia han echado raíces y el presidentemunicipal junto con su familia encarnan lo peor de la política en México.

La elección del domingo pasado nos deja muchas cosas que debemos reflexionar, confirmó que la morelense es una sociedad politizada, participativa, que sabe votar diferenciado y que aunque recibe el dinero y los regalos de los candidatos, no hay manera de influir en la decisión de su voto. Algo más: en este proceso prevaleció la propaganda negra y la guerra sucia entre candidatos, pero el votante no se dejó influir por este tipo de mensajes. Los bots, las cuentas falsas y las filtraciones dejaron de servir.

Hacia adelante lo que viene no es sencillo para nadie, pasada la fiesta democrática los ciudadanos continuaremos nuestra vida cotidiana, los candidatos que perdieron regresan a su realidad y quienes ganaron se deben enfocar en cumplir todo lo que prometieron. Algo debemos resaltar es el comportamiento de la ciudadanía: la gente mostró que tiene memoria y le perdió el miedo a las figuras de poder.

Quienes ganaron deberán actuar de manera correcta y cumplir, porque ha quedado claro que el votante premia y castiga.

                                                         

 

  • posdata

Trece diputados locales participaron en la elección pasada y solo uno logró ganar; por cierto, el triunfo de Ariadna Barrera no es resultado de su trabajo parlamentario ni de su liderazgo social, sino de la fuerza de Morena y el enorme empuje que le brindó la campaña del alcalde Rafael Reyes. Sin el edil compitiendo habría sido muy dificil que la legisladora ganara.

En Cuernavaca José Luis Urióstegui generó una oleada electoral que ayudó a sus dos acompañantes locales: la joven Andrea Gordillo y el restaurantero Ángel Adame; el triunfo de los candidatos a diputados está directamente relacionado con la inercia que generó el abogado, sin descontar el esfuerzo que cada uno hizo en lo individual, especialmente el de la joven.

En este caso hay un elemento más que observar: el diputado Daniel Martínez Terrazas se montó a la imagen de Urióstegui, pero no fue suficiente para que ganara; el trio Terrazas defenderá su postura señalando que hubo ola de Morena y que el hermano obtuvo un buen número de votos; digan lo que digan perdió. A Terrazas le pesó el escándalo de la candidatura indígena y su arrogante personalidad; Daniel va a ser legislador porque se amarró en una plurinominal indígena, pero su proyecto de competir en el 2024 por la alcaldía de Cuernavaca se complica ¡porque perdió! Los siguientes tres años son claves para los Terrazas, o afianzan su liderazgo o los desplazan. Todo lo que hagan pasa por un mejor manejo de su imagen.

El caso de los Partidos Encuentro Social y Encuentro Solidario también es llamativo, porque al parecer ambos perderán el registro; un error estratégico en el planteamiento de este proyecto estuvo en dividir sus fuerzas para competir, se hicieron sombra entre ellos y al hacerlo se afectaron. Hace tres años el PES perdió el registro nacional, aunque lo mantuvo en lo local; hace unos meses el nuevo PES logró validación de último momento y ahora ambos desaparecerán.

Un escenario trágico es el de las Maricelas: madre e hija apostaron por la creación de un nuevo partido y los esposos de ambas sumaron sus canicas a esa aventura; sin las siglas del PRI quedó expuesta la realidad de este grupo político: con toda su estructura, liderazgo y experiencia lograron la vergonzosa cantidad de 4 mil 816 votos en todo el estado; ocupan el lugar 22 de 23 partidos que compitieron. Un dato extra: Guillermo del Valle buscó la alcaldía de Cuautla y se fue hasta el sexto lugar, con lo que no le alcanza siquiera para la primera regiduría, en la que también se apuntó.

Quien tampoco la tiene un panorama sencillo es el alcalde de Cuernavaca Antonio Villalobos, quien a pesar de montar el ayuntamiento a su campaña y obligar a los trabajadores a acompañarlo, logró la rídicula cifra de 4 mil 361 votos. Eso y que tuvo como operador interno en el ayuntamiento a Erick Santiago Romerio y contrató los servicios del “líder” Manuel Martínez Garrigós. Amen de su fracaso como candidato, ahora Villalobos deberá enfrentar la revisión administrativa y legal a su gobierno, sin el apoyo ni la simpatía de nadie.

Mucho hay que analizar del proceso electoral pasado. Esto es apenas una parte de las muchas cosas que sucedieron.

  • nota

Parece broma pero es cierto: una vez más algunos candidatos se fueron con la finta y creyeron en el canto de la sirena; como en el 2018 contrataron los servicios de “operadores electorales que manejaban grandes estructuras”, los mismos, por cierto, que ayudaron a Rodrigo Gayosso y perdieron. Igual que en el pasado reciente, este error les costó millones de pesos.

Es el problema de no conocer a la gente de Morelos y de no querer preguntar.

  • post it

¿Cuántos supuestos liderazgos quedaron expuestos en esta elección?

¿Dónde quedaron los líderes que presumían tener miles de seguidores?

  • redes sociales

Mucha propaganda negra, muchos videos de anonymous y nada. La gente voto como quiso.

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