Serpientes y escaleras - ¿Para qué sirve la oposición?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Para qué sirve la oposición?

Antes eran un punto de equilibrio; ahora son simples floreros.

 

¿Para qué sirve la oposición?

El partido a vencer en las próximas elecciones es Morena; aunque el Movimiento de Regeneración Nacional no tiene la rentabilidad que tuvo en el proceso electoral del 2018 y el desgaste de sus gobiernos ha mermado su fuerza, aún poseen una enorme ventaja: no tienen oposición. En Morelos como en casi todo el país los partidos opositores están desdibujados, carecen de rumbo y no han saben como regresar al poder. La posibilidad de un cambio de régimen no depende de los partidos, sino de la sociedad.

Después de las elecciones del 2018 muchos partidos quedaron desdibujados, la derrota que sufrieron organismos como el Partido Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, por mencionar algunos, no solo fue electoral, también fue anímica.

La llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México significó un duro golpe para la clase política, sobre todo para aquellos personajes que eran “alguien” en el escenario público y con la 4T se volvieron seres comunes y corrientes.

El triunfo de Morena y el inicio de la Cuarta Transformación representaron una nueva etapa política para el país, con rostros nuevos en los distintos espacios de poder y muchos personajes que, de no haber aparecido la ola obradorista, jamás habrían tenido la oportunidad de participar en este tipo de responsabilidades.

Lo que nos dejó la 4T a los mexicanos es una mezcla de optimismo y esperanza que en algunos casos se está convirtiendo en enojo y desilusión. Fue bueno que se sacudiera el árbol y se hicieran a un lado a los políticos que llevaban años ocupando distintas posiciones sin dar resultados, pero el cambio no ha sido del todo favorable porque en muchos casos arribaron personas carentes de preparación, sin capacidad e igual de incompetentes y corruptas que las anteriores.

En Morelos como en el resto del país el cambio de régimen ha mostrado luces y sombras, es decir, existen cosas de las cuales estar satisfechos, pero también hay otras que nos remiten a los peores momentos del priísmo o el perredismo. La situación actual expone de cuerpo completo una verdad: la ideología partidista ya no existe y la solvencia de una autoridad no depende el partido al que representa; ni la inteligencia, ni la capacidad ni la honestidad están patentadas.

Cualquiera que se le pregunte sobre los resultados de la cuarta transformación coincidirá en una cosa: el cambio de régimen fue bueno, era necesario, pero aún falta mucho para alcanzar los objetivos que se prometieron en campaña. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene ganas de hacer las cosas, pero le ha sido difícil sortear la compleja situación del país; después de él la historia es distinta, porque aunque todos los morenistas presumen compartir los ideales del presidente, en los hechos son pocos los que verdaderamente siguen esa línea de actuación.

Aquí podemos ver ejemplos claros de alcaldes que verdaderamente representan y siguen los ideales de la cuarta transformación, como Rafael Reyes en Jiutepec o Juan Ángel Flores en Jojutla; cosa distinta es la que se vive en el municipio de Cuernavaca con Antonio Villalobos o el grupo parlamentario de Morena en el congreso local. Pongámoslo de esta forma: el Movimiento de Regeneración Nacional es una marca y sus representantes populares son el producto que se entrega sin ningún control de calidad

La falta de resultados de Morena a través de sus gobiernos y sus representantes populares es un problema que empieza en lo político, pero llega hasta lo social; al partido gobernante le costará volver a convencer a la gente de que les otorguen su confianza con tantos ejemplos de ineptitud y corrupción en sus filas, pero tienen a favor que en la oposición, tampoco ha habido una buena actuación, ni se pueden presumir resultados. Es el duelo de los malos contra los peores.

La oposición política cumple una función clave en la gobernabilidad; más allá de los procesos electorales tienen la responsabilidad de alzar la voz y buscar equilibrios, forman parte del escenario de poder y deberían construir, atender, vigilar y defender una agenda de estado que vaya más allá del debate mediático. Pero no es así, la oposición morelense es obtusa, corrupta, mediocre y sin visión; persiguen intereses económicos personales y cuando ocasionalmente alzar la voz, lo hacen buscando un beneficio individual. Para entender cómo es la oposición en Morelos basta ver a Tania Valentina.

En las próximas semanas, al formalizarse el registro de los candidatos, cuando veamos a quienes competirán por los distintos cargos de elección popular, podremos hacernos una idea de lo que le espera a la entidad en los siguientes tres años. Desde hoy es posible predecir que Morena ganará, pero no tanto como en el 2018 y se puede anticipar que el congreso local quedará en manos de la oposición.

Nada nos dice lo anterior sin saber cuál será la cara de la oposición que veremos en la segunda mitad del sexenio; sí el parlamento local queda en manos de opositores con el mismo perfil de los diputados actuales la historia será fácil de leer, porque veríamos a personajes muy limitados en lo intelectual, con poca experiencia políticas y afectos al dinero fácil. Si así fuera volveríamos a tener un congreso en caos, cuestionado por su falta de trabajo y por sus actos de corrupción; sería una legislatura escandalosa, pero totalmente inofensiva.

Lo que suceda en la elección del próximo mes de junio pasa por los partidos, pero depende de los ciudadanos; las candidaturas que lancen los organismos políticos responden a sus planes y estrategias, a la necesidad de ganar votos para mantener el registro y a los deseos de quienes validan cada postulación. Luego viene la parte importante: los votos.

El gobierno de Cuauhtémoc Blanco tendrá una segunda mitad de sexenio compleja, con un parlamento opositor y presiones de todo tipo; lo que no es claro aún es con quienes deberá tratar el mandatario y si los próximos legisladores asumirán un rol opositor distinto al que vemos ahora.

Las negociaciones parlamentarias suelen ser muy distintas después del tercer año.

  • posdata

Los problemas que enfrenta el fiscal Uriel Carmona son cosa seria, aunque insista en minimizarlos; hace unos meses la Fiscalía General de la República solicitó al Congreso de la Unión el desafuero del titular de la FGE Morelos a través de la unidad de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas; ni la dependencia federal ni la cámara de diputados aclararon los delitos que se le imputan al abogado morelense, pero dada la actuación de la Fiscalía, el asunto no parece ser menor.

Ahora es la Unidad de Inteligencia Financiera la que apunta sus baterías en contra del fiscal morelense, su esposa y su contadora; la UIF, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, concluyó una investigación en contra de estas tres personas y con los elementos presentó una denuncia ante la FGR. Carmona Gándara promovió un juicio de amparo para evitar ser detenido.

En total hay, hasta el momento, tres denuncias en contra del fiscal de Morelos presentadas por la FGR y la UIF; la primera fue iniciada por la FGR por la falta de exámenes de control y confianza, la segunda promovida por la SEIDO a través de la Unidad de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas y la tercera derivada de una investigación de la UIF, cuyo contenido no se conoce, pero seguramente tendrá que ver con su manejo financiero y patrimonio.

Sobre lo anterior el fiscal Uriel Carmona Gándara ya fijó postura; infiere que detrás de las acusaciones existe un interés político por perjudicarlo y para apoderarse de la institución, pues la FGE “actúa con autonomía, profesionalismo y ajena a cualquier tipo de intereses personales o de grupo”.

Como la mayoría, no conozco los detalles de las denuncias que se han presentado en su contra, ni tengo elementos para saber si los expedientes están bien elaborados y cuentan con elementos de prueba sólidos. Lo que sí puedo observar es que la situación que vive el fiscal no es sencilla, porque las acusaciones provienen de dependencias federales muy poderosas.

Hace poco más de dos años el presidente de México hizo referencia a los fiscales que dejaron los gobernadores salientes; son funcionarios “a modo, nombrados para cuidarse las espaldas”, dijo en referencia al compromiso que representó su designación. Esa declaración puede no ser ajena a lo que estamos viendo en Morelos.

El panorama para el fiscal Uriel Carmona Gándara no es sencillo a pesar de que insista en que se trata de un ataque político. Las denuncias presentadas por la Fiscalía General de la República pueden ser por “omisiones operativas”, como él lo asegura; en el caso de la investigación de la UIF hablamos de un tema totalmente diferente, que tendría que ver con manejo de recursos de procedencia ilícita, lavado de dinero, enriquecimiento, desviación de fondos… o sea, todos aquellos temas que observa y persigue la Unidad de Inteligencia Financiera.

Que te acose la UIF no es cosa menor. Cualquiera que no sea Uriel Carmona estaría bastante preocupado.

  • nota

Los consejeros electorales quieren más dinero; denunciaron para obligar al gobierno estatal a entregarles más presupuesto del que ahora tienen.

Para entender de qué estamos hablando vale la pena recapitular un poco: el Instituto Morelense de Procedimientos Electorales y Participación Ciudadana solicitó como presupuesto para el año 2021 un total de 422 millones de pesos, de los cuales el congreso solo aprobó 179; por gestión de la secretaría de hacienda hubo una ampliación a 254 millones de pesos, “suficientes para atender las necesidades de un año electoral en el que se elegirán alcaldes y diputados”.

La presidenta de la Junta Política del Congreso de Morelos Ariadna Barrera ha dicho que la petición de los consejeros electorales es “un exceso”, porque con los recursos que cuentan alcanza perfectamente “En todo caso que primero se gasten lo que tienen y luego, si es necesario, veremos si procede una ampliación presupuestal”

En el mismo sentido se pronunció la titular de Hacienda Mónica Boggio, quien consideró que es imposible dotar de más dinero al órgano electoral porque el estado carece de los recursos necesarios para hacerlo. Y añadió: “En su proyecto de presupuesto solicitaron una cantidad de 422 millones de pesos, los cuales estamos imposibilitados financieramente para entregarles; mandamos un proyecto en el paquete económico 2021 que se les termino aprobando por 179, sin embargo luego de diversas platicas y entendiendo la necesidad que tienen y más que nada por velar el procedimiento electoral, dimos una ampliación de 75 millones de pesos, lo cual hace un total de 254 millones de pesos, que equivale a un presupuesto igual e idéntico al ejercicio 2018 y 2015; ¿Qué quiere decir esto? Que son ejercicios en donde hubo elecciones y en una (2018) de gobernador”

Destinar tanto dinero a los partidos políticos y a las campañas electorales no solo es una sinrazón, representa una ofensa para miles de familias que viven momentos económicamente complejos por la pandemia. Independientemente del fundamento jurídico de la demanda, destinar tanto dinero a los partidos es una falta de respeto a todas las empresas, negocios y ciudadanos que todos los días tratan de salir adelante con el mínimo de recursos.

Item más: el dinero que solicitan los consejeros electorales incluye un bono económico extra que cada uno de ellos recibirá durante el proceso electoral; no olvidemos que cada consejero electoral gana alrededor de 70 mil pesos mensuales (más prestaciones) y solo trabajan durante los procesos electorales, es decir, una vez cada tres años.

¿Vale la pena darle tanto dinero al IMPEPAC cuando en el estado hay necesidades mucho más apremiantes que destinar dinero a las elecciones?

Más aún ¿Vale la pena invertir tanto presupuesto en una dependencia que opera una vez cada tres años? ¿No sería mejor que los consejeros cobraran solo cuando trabajan, como el resto de los ciudadanos?

  • post it

Muy violenta fue la semana pasada en Morelos; de nueva cuenta hubo balaceras y ejecuciones.

“Es la lucha de los grupos de la delincuencia organizada por el control de la plaza” dijo el jefe de la policía de Cuernavaca.

¡Ajá! ¿Y luego que sigue?

  • redes sociales

Comienza el registro formal de candidatos. ¿Habrá más sorpresas?

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