Serpientes y escaleras - Nueva normalidad política

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Nueva normalidad política

Ni la vida, ni la economía ni la política serán iguales después de la pandemia.

 

Nueva normalidad política

La pandemia del covid-19 dejará muchos cambios en nuestra vida diaria, empezando por el comportamiento de las personas. Nada será igual después de que el gobierno de México autorice el regreso a las actividades y comience la reactivación económica; después de la del coronavirus el mundo será muy distinto en todos los aspectos, incluyendo el político. El SARS-coV-2 será el más fuerte referente al momento de votar en el 2021.

Ningún sector de la sociedad ha quedado al margen del virus que surgió en la provincia China de Wuhan a finales del año pasado; la propagación de la enfermedad y las enormes consecuencias que ha causado alrededor del orbe representan el mayor cambio que la humanidad ha vivido en los últimos dos siglos.

El combate al covid se ha dado en todos lados, desde muchas trincheras y con distintas estrategias; aún así el resultado ha sido muy costoso en término de vidas humanas y también en el sentido económico; esto último apenas comienza y lo peor que veremos apenas está por llegar.

En México el impacto del coronavirus ha sido muy fuerte y la letalidad se encuentra por encima de la media nacional; cientos de personas han perdido la vida a causa de este padecimiento, miles se encuentran enfermas y pase lo que pase, muchas más se contagiarán y morirán en las próximas semanas.

El pico de la pandemia en el Valle de México se esperaba entre el 8 y el 20 de mayo, según lo informó el subsecretario Hugo López-Gatell; en esa fecha las autoridades de salud estimaban que llegaríamos a la parte más compleja de la pandemia y de ahí vendría un descenso que abriría la puerta al regreso a las actividades el 01 de junio, cuando concluyera la jornada nacional de Sana Distancia. Ocho días después de superado el plazo las muertes y los contagios no dejan de aumentar.

Los cálculos oficiales no han sido tan precisos como se esperaba y la curva de contagios sigue elevándose, marcando cada día un récord en cuanto a casos positivos y fallecimientos; el pronóstico aún no es favorable, la parte más complicada aún no se supera y por esa razón se ha dicho que, al menos hasta el 15 de junio, nadie podrá retomar sus actividades normales. Excepto el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien la siguiente semana reanudará sus giras.

El alargamiento de la pandemia fue desde el principio el eje de la estrategia sanitaria del gobierno mexicano para no perder el control de la situación, ni quedarse sin capacidad hospitalaria para atender a los enfermos. Esa medida tiene lógica desde el ángulo de la salud, pero representa a la vez un golpe muy fuerte a la economía nacional y a la estabilidad financiera de la mayoría de las familias mexicanas.

Dos meses después de que se decretó la cuarentena la situación en México sigue siendo crítica, con el agravante de que ahora la gente ya no quiere ni puede seguir recluida en casa. Al principio prevaleció el espíritu de responsabilidad en muchas personas que por decisión propia se aislaron y suspendieron sus actividades; hoy aunque se quiera ya no es posible, porque el dinero para subsistir se ha acabado y resulta impostergable regresar a trabajar para no morir de hambre.

Este panorama es general y representa un nuevo reto para los gobiernos; a las autoridades no les será sencillo mantener el control de la situación, es decir, mantener a la gente aislada para evitar contagios, porque la necesidad supera a todos. Poco a poco las personas retomarán sus actividades a sabiendas de que al hacerlo se expondrán a la enfermedad y se pueden convertir en portadores y transmisores del covid; lo harán porque no tienen otra opción, porque necesitan trabajar para vivir.

El miedo a salir a las calles y contraer una enfermedad aún sin cura es equiparable a la desesperación de muchas personas de no tener dinero para seguir subsistiendo; ese fenómeno multiplicará el aforo en las calles y elevará de manera exponencial el riesgo de contagios y muertes.

Con ese panorama iniciará la contienda política para renovar autoridades en el 2021; el 01 de septiembre empieza oficialmente el proceso electoral y arrancan los trabajos partidistas para seleccionar candidatos y diseñar campañas.

Las elecciones del 2021 serán distintas a las anteriores, se llevarán a cabo en medio de la pandemia, con medidas muy estrictas de sanidad, pero sobre todo con un enfado colectivo por el problema de salud y una severa crisis económica.

El camino que determinen los partidos y candidatos en este punto será fundamental; unos y otros deberán trazar sus planes en torno al coronavirus, tomando en cuenta las acciones realizadas por las autoridades y los resultados obtenidos al final de cada etapa.

Es previsible que para la oposición el covid-19 será el más importante instrumento de ataque a las autoridades de los tres niveles de gobierno; ahí se destacarán los yerros, se contarán los muertos y se multiplicarán los reclamos. El problema económico y sanitario que dejará la pandemia es tan fuerte que en el discurso político desplazará a la inseguridad, que dicho sea de paso, ha causado más muertes que la enfermedad.

No hay aún nada escrito en términos electorales, pero pase lo que pase el gobierno llevará la peor parte de esta historia. Lógico: en el imaginario colectivo, sobre todo en aquellos que no respetaron las reglas sanitarias, prevalecerá la mentalidad de culpar a otros de sus fallas. Echar culpas siempre es más sencillo que asumir una responsabilidad

Aquí los partidos deben pensar muy bien el camino que seguirán y entender que ahora más que nunca es sustantivo tener candidatos bien identificados con la gente, libres de pecados políticos y listos para debatir con argumentos. Las campañas del 2021 no serán como ninguna de las anteriores, se celebrarán en medio de la pandemia y ésta pegará a todos por igual; ningún gobierno o partido político saldrá bien librado de esta situación, de ahí la importancia de impulsar candidatos con cerebro, con ideas y con una buena estrategia de comunicación.

Las elecciones del 2021 son claves para todos, son la oportunidad de refrendar el poder, de regresar a él, de crecer políticamente o de sobrevivir electoralmente. Las alianzas también serán determinantes en este plano: Morena competirá por primera vez como gobierno y los resultados de las autoridades de los tres niveles, no importa que se trate de gobiernos emanados de una coalición, serán a favor o en contra de ellos.

Para la oposición las cosas tampoco serán sencillas: enarbolar un discurso de crítica y ataque sin sentido no será suficiente para convencer, porque los partidos y varios de sus integrantes arrastran historias negras que la gente aún no olvida; la clave, insisto, es tener candidato arraigados, sin muertos en el clóset, con un discurso atractivo y un diseño de comunicación eficiente.

Las mentadas de madre ayudan a mermar la imagen de un gobierno, pero no representan en automático un triunfo electoral de la oposición.

  • posdata

En la nueva normalidad que se avecina muchas cosas van a ser diferentes y la mejor protección vendrá de cada uno de nosotros.

Imagina lectora lector queridos que la próxima semana reiniciaran las actividades y que tuvieras que reintegrarte a tu empleo; piensa por un momento que comienzan a abrirse los negocios, los centros de entretenimiento, los restaurantes y casi todos los establecimientos que hasta el momento se encuentran cerrados.

La pregunta es ¿te integrarás de inmediato a todo? Es decir: llevarás enseguida a tu familia a los centros comerciales, al cine, a los restaurantes y a los parques. ¿Reanudarías actividades cotidianas como ir al cine, acudir a fiestas, organizar reuniones, realizar viajes o convivir con la familia? Lo más importante: ¿Lo harías de la misma forma que como lo hacías antes de la pandemia o proseguirás por cuenta propia las medidas de sana distancia e higiene que tanto nos han recomendado en esta etapa?

De la reactivación económica dependen muchas familias y en general todo el país, pero la reactivación está directamente ligada a la integración de las personas a la dinámica diaria, es decir, al consumo.

Empero la nueva normalidad nos tomará a la mayoría con serias dificultades económicas, sin solvencia para comprar y con la enorme incertidumbre de lo que vendrá en el futuro. Los negocios ofrecerán sus productos de distintas maneras, lanzarán ofertas, abrirán créditos, darán plazos, pero cada uno determinará qué hará con su dinero y si es que quiere endeudarse.

La esperanza de muchas personas y negocios está en que tras la orden de reactivación venga una importante derrama económica, esto es que en cuanto los negocios abran las personas vayan de inmediato a comprar y con las ventas comiencen a moverse las finanzas del país.

Pero eso depende de lo que gente decida en lo individual, del ánimo que tengan para adquirir algún bien o contratar un insumo, de que la solvencia económica se los permita y de la certeza que tengan respecto a su futuro, es decir, que puedan gastar sin preocuparse de lo que les depara la vida.

Lo evidente es que sin importar el momento en que las autoridades levanten el confinamiento y permitan la reapertura de los negocios, la verdadera reactivación económica tardará mucho y ello tendrá un fuerte impacto para todos.

Estamos en los días más difíciles de la pandemia. Lo peor en materia económica apenas viene.

  • nota

Este jueves durante el reporte nacional de covid-19 se informó que en México hubo 447 decesos en un solo día; un día antes fueron 463 y el martes 501.

El pico de la pandemia, según había informado el doctor López-Gatell se alcanzaría entre el 8 y el 20 de mayo, sin embargo hasta ayer las cifras siguen aumentando sin que se sepa cuándo comenzarán a mejorar los números.

Hasta ayer en México se contabilizaban 9 mil 44 muertos y 81 mil 400 casos confirmados de coronavirus; dice el subsecretario de salud que en nuestro país podrían morir hasta 30 mil personas a causa del covid-19.

Con números oficiales el panorama es de terror.

… Y eso que ya domamos la pandemia.

  • post it

Juan Ángel Flores Bustamante, alcalde de Jojutla, está realizando un buen trabajo. Lo ha hecho desde que inició su administración y lo continúa haciendo durante la pandemia.

Jojutla es un municipio que ha sido muy castigado en los últimos años: primero por la inseguridad y los elevados índices delictivos que multiplicaron la violencia en todas sus expresiones; luego el sismo que tuvo como epicentro esa comunidad y destruyó gran parte de la infraestructura. Ahora es la pandemia.

Juan Ángel definió una ruta crítica para su gobierno desde el principio: lo primero fue manejar eficientemente los recursos para que el poco dinero que recibe alcanzara, luego entrarle de lleno al tema de la inseguridad, con estrategias innovadoras como el uso de drones para prevenir delitos.

Cuando la crisis sanitaria explotó, el edil jojutlense revivió un programa de apoyo alimenticio que ya funcionaba, pero que tomó relevancia en tiempos de covid; el gobierno municipal comenzó a vender alimentos de primera necesidad a bajo costo y entregó despensas a las familias más vulnerables. Personalmente Juan Ángel Flores participó en este programa y sin importar el esfuerzo físico o riesgo de contagio, el alcalde estuvo presente en la implementación de esos programas.

Como pocos recursos Juan Ángel ha hecho mucho por su pueblo; es un hombre sensible, comprometido, aunque también sumamente aprensivo; basta que alguien lo critique en redes sociales para que explote y olvide que frente a esas voces adversas hay muchas personas que reconocen su trabajo.

La labor de Juan Ángel Flores como presidente municipal de Jojutla es buena y digna de reconocimiento; el edil no debería distraerse en agresiones personales en redes sociales, de esas que siempre habrá, porque es imposible que todo mundo este contento y en esos espacios los haters abundan.

  • redes sociales

Imaginen que tan mal anda el diputado Belindo, que hasta en las encuestas patito pierde.

Comentarios para una columna optimista:

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