Serpientes y escaleras - Modas políticas

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Modas políticas

 

El problema no son los malos gobernantes, el problema es que nosotros los elegimos.

 

Modas políticas

Dicen los expertos en cuestiones electorales que cada elección es diferente; dependiendo del momento, las circunstancias, de los candidatos, del contexto nacional y la situación política local, cada proceso electivo tiene su particularidad y no puede ser abordado de la misma forma. La única constante que los ciudadanos hemos visto en los últimos años en este aspecto es una: vamos de mal en peor. Frente a un escenario totalmente adverso, si queremos que las cosas cambien y la situación mejore, debemos pensar bien en la manera como emitiremos nuestro sufragio en el 2021.

En la política igual que en otros aspectos de la vida pública, las modas también marcan tendencia e influyen; hace poco más de veinte años algunos partidos políticos, como el PAN, trazaron sus campañas en torno al concepto ciudadano, algo que poco se había visto en las elecciones, pero llamó mucho la atención.

Los panistas impusieron una lógica disruptiva, propusieron un cambio en la política con el ingreso de figuras ajenas a la actividad pública; queremos que sean los ciudadanos quienes estén al frente de las instituciones, decían, que sean ellos quienes nos representen en los distintos espacios de poder y sean los que tomen las decisiones importantes del país y del estado.

La base de ese concepto era una: los políticos son corruptos y los ciudadanos no; la oferta resultó electoralmente efectiva, por ello casi de inmediato fue imitada por otros partidos. Comenzamos a ver entonces a figuras diferentes: empresarios, comerciantes, jóvenes, amas de casa, académicos, líderes sociales… y en general personas que hasta ese momento no participaban de manera activa en los partidos, ni tenían experiencia en los pasillos del poder. ¿Qué podía salir mal?

Con esta apertura partidista surgió una nueva clase gobernante y se empezó a reescribir la historia de las instituciones; con el inicio del nuevo siglo en Morelos vimos la llegada de un mecánico a la gubernatura y un ingeniero químico a la alcaldía; ambos se hicieron acompañar en el gobierno de sus conocidos, sus cuates, gente que como ellos desconocía los gobiernos y sin experiencia en administración pública.

La bandera de ciudadanizar la política no fue lo único que cambió en los partidos; el impulso a los derechos humanos, a la igualdad, la paridad y el respeto a todas las expresiones y movimientos sociales se convirtieron en parte de la dinámica formal y legal de las instituciones políticas y a partir de ello fue evolucionando la representación popular.

En los últimos años la oferta recurrente en cada elección es la ciudadanización de la política y la paridad de género, como si estas dos situaciones por si solas representaran una mejora en el desempeño de las instituciones. Tener más ciudadanos y mujeres en todos los espacios de toma de decisión siempre va a ser importante, pero para que su presencia se traduzca en eficiencia y bienestar, se requiere que quienes ocupen esas posiciones tengan capacidad. Explico:

Si hacemos un recuento de lo ocurrido en los últimos veinte años en Morelos valorando el desempeño de los “ciudadanos” que han llegado al poder, nos daríamos cuenta que las cosas no resultaron como esperábamos y peor: en algunos casos los problemas aumentaron. No quiero decir con esto que la vieja clase política sea mejor, trato de puntualizar que el ejercicio del poder y el servicio público implican mucho más que buena voluntad.

En las últimas elecciones los morelenses hemos elegido a personajes que nunca habían tenido un cargo de elección popular, ni habían participado en una administración. El resultado ha sido la degradación de la función pública y el deterioro de las instituciones a partir de ocurrencias. Hoy mismo tenemos una legislatura con una abrumadora mayoría femenina y las cosas no han mejorado desde ningún ángulo.

El punto para reflexionar es uno: si queremos que las cosas cambien en Morelos, lo primero que tendríamos que hacer los electores es cambiar nosotros, tomar conciencia del valor de nuestro sufragio y elegir con la responsabilidad que esto conlleva. Las últimas dos décadas hemos votado con el corazón y con el estómago, nos dejamos llevar por una frase, un sentimiento o la conveniencia individual, sin pensar que a la vuelta del tiempo esto nos resultaría perjudicial a todos.

Veamos hoy lo que tenemos enfrente, analicemos a quienes nos gobiernan en todos los espacios de poder y aquellos que tienen en sus manos la importantísima tarea de representar a la gente desde una curul. Observemos la situación en la que se encuentra la ciudad y el estado, la forma como se ha movido el congreso y lo que han hecho nuestros legisladores federales.

Más aún: piensa lectora lector querido, si quienes te representan en todos y cada uno de los ámbitos de toma de decisión actúan en función a tus intereses, si les preocupa la situación de la ciudad y del estado o si tienes la confianza de buscarlos con la certeza de que van a atenderte.

El problema que enfrenta hoy nuestra entidad es que se ha roto la comunicación entre el poder y los gobernados, la sociedad no puede comunicarse con sus autoridades porque no las conoce y los políticos no dialogan con el pueblo porque no les interesa.

La culpa es de quienes votamos por gente así, por haber dado la confianza a figuras que sabemos ajenas a nuestra entidad, con quienes no tenemos ningún tipo de relación y que no tienen ninguna afinidad con la gente de aquí. No le podemos pedir ayuda o empatía a quien no le duele este estado ni su población.

Votar en función de un estado de ánimo o de una moda no ha sido bueno para el estado ni para el país; sufragar sin pensar en lo que vendrá después tiene a Morelos en un momento de crisis generalizada que no se superará en el corto plazo. Confiar que las cosas cambiarán solo porque elegimos a un ciudadano o a una mujer, sin analizar si están preparados para ocupar un cargo nos ha resultado contraproducente.

Si queremos que las cosas mejoren, los primeros que debemos cambiar somos nosotros; tenemos que impulsar una nueva clase política, con paridad y equidad en todos los aspectos, pero tomando en cuenta quienes sean electos, mujeres y hombres, tengan preparación y experiencia, que conozcan la situación del sitio que buscan representar y estén en contacto con la gente.

El 2021 puede ser el punto de inflexión para Morelos; apostemos por figuras que tengan identidad con el estado y con su gente, que les duela la situación que vive Morelos y que cuenten con la formación profesional para participar en un momento sumamente complejo para las instituciones públicas.

En Morelos ya sabemos lo que es votar por moda y por desquite, es momento de que aprendamos a votar utilizando la razón.

  • posdata

El congreso local entró a su último periodo ordinario de sesiones; en el arranque la diputada Alejandra Flores hizo una reflexión autocrítica al señalar que la legislatura 54 ha dejado mucho que desear a la ciudadanía, al tiempo de afirmar que en este tercer tramo los congresistas deben trabajar al mil por ciento para recuperar el tiempo perdido y atender los rezagos parlamentarios.

Lo dicho por la morenista tiene mucho sentido más allá de lo que implica atender la agenda legislativa; quizá los miembros de este congreso no han dimensionado que ya se les fueron dos años, que en enero habrá candidatos y que el 2021 será un año electoral en donde todas las figuras de poder quedarán desplazadas de la atención pública por la efervescencia política.

Pongámoslo de esta manera: los miembros de la 54 legislatura morelense perdieron dos años que pudieron servirles para muchas cosas en lo institucional y en lo individual, tiempo en el que debieron construir nuevas relaciones políticas y personales, generar proyectos sociales y políticos y disfrutar lo que implica un cargo de elección popular.

No me queda duda que a todos los integrantes de este congreso les ha ido bien económicamente, que muchos vivieron una transformación sustancial de su vida por el aumento significativo en sus percepciones y que algunos lograron acumular una pequeña fortuna que les hará más llevadera la vida en los próximos años.

Sin embargo, esto no le resuelve la vida a nadie, porque los colocó en un nivel de gasto muy superior al que estaban acostumbrados y los tiene en un nivel de vida muy costoso del que muchos no se van a querer bajar. La diputación les dio poder, los hizo “alguien” y los montó en una posición de importancia social y política que no tendrán sin el cargo.

En este último periodo de sesiones los diputados tendrían que reflexionar sobre el tiempo perdido y atender la recomendación de su homóloga morenista; no solo le quedaron a deber a la sociedad con su trabajo, también dejaron ir la oportunidad de construir su propio futuro político y electoral.

El desgaste del congreso les pega a todos y a cada uno de sus miembros, es falso que la gente identifica a quienes trabajan y sabe diferenciar a los buenos de los malos. Si no hay un trabajo conjunto y una estrategia integral de imagen, el golpe es para todos. Recordemos que por el desgaste de la cámara, ninguno de los diputados de la pasada legislatura pudo reelegirse.

¿Cuántos de los actuales legisladores volverán a ocupar un espacio de poder después del 2021?

  • nota

Jorge Messeguer Guillén nunca en su vida ha ganado una elección. Puede presumir que coordinó una campaña a la gubernatura, pero seguramente omitirá que la estrategia, la conducción, la operación y el diseño de esta corrió a cargo de varias empresas especializadas que fueron contratadas por el candidato Graco Ramírez.

Quizá refiera en su currículum que ha sido diputado local, dirigente estatal del PRD, secretario de gobierno, de Transportes y candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca, lo que no va a presumir es que como dirigente partidista y funcionario estatal se caracterizó por su mediocridad, fue señalado por actos de corrupción y constantemente lo criticaron por sus limitaciones profesionales.

Eso sin contar que fue presidente del PRD por designación, no por elección, legislador por la vía plurinominal y la única vez que compitió por un espacio de elección popular, con todo el apoyo y dinero del gobierno estatal, fracasó de manera escandalosa.

Ahora, desde la banca, el brazo derecho de Graco Ramírez presenta una empresa de consultoría denominada “Directa Decisiones Estratégicas”, cuya oferta de servicios incluye el análisis político-electoral del país y la región, definición de estrategia política, planeación estratégica, asesoría en comunicación, contenidos y discursos, análisis de riesgos, capacitación, encuestas, estudios de opinión… es decir, todo lo que él debió utilizar y hacer en su paso por la cámara de diputados, el partido, el gobierno estatal y la campaña, pero nunca supo o quiso hacerlo.

Luego de transitar con pena en distintos cargos públicos y puestos de representación popular, Jorge Messeguer reaparece como “consultor” en todo aquello en lo que profesionalmente ha fracasado.

En su escueta carpeta de presentación el ingeniero debería ofertar aspectos en los que sí tiene experiencia: Errores Personales, Soberbia Política, Intolerancia Gubernamental, Ocurrencias Electorales, Torpezas de Campaña, Cómo hacer negocios en el Transporte y por supuesto el ABC de como tenerlo todo y perderlo en un solo sexenio.

Habrá que ver quién es el valiente que se anima a contratar a un consultor así.

  • post it

No tengo claro si es la primera vez que sucede, pero por tercer año consecutivo Alfonso Sotelo presidirá la mesa directiva del congreso local.

La decisión se toma en medio de la falta de acuerdos de una cámara a la que se le han complicado mucho las cosas, pero ha logrado cierta estabilidad precisamente por el actuar del diputado Ponchito.

En este último tramo de la legislatura, Morena y PES mantienen el control de los órganos directivos de la cámara; lejos quedaron aquellos tiempos en los que la petista Tania Valentina puso en jaque al congreso, enfrentó al Ejecutivo y formó un bloque parlamentario que paralizó por casi un año los trabajos de la cámara. Hoy Valentina Rodríguez se quedó como única representante del PT y convertida en fracción parlamentaria; la operación para desarticular al G7, por cierto, también se debe a Alfonso Sotelo.

Veremos que sigue para el congreso en este último año; si los diputados entienden su realidad, retoman el orden parlamentario y trabajan de manera conjunta para renovar su imagen, las cosas les pueden ser mejores para todos.

Ahí entra nuevamente la habilidad que ha mostrado el presidente de la mesa.

  • redes sociales

Dicen que en política no hay casualidades: regresó Gayosso a la política y reaparece Messeguer como consultor.

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