Serpientes y escaleras - La contratación de Estrada

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La contratación de Estrada

Hay dos maneras de ver la candidatura del exgobernador; en ambos casos divide el voto.

 

La contratación de Estrada

El regreso a la arena política del Sergio Estrada Cajigal tiene diversas interpretaciones, aunque al final el resultado es el mismo. El mecánico parece haber aceptado participar en la jornada electoral del 2021 compitiendo por la presidencia municipal de Cuernavaca bajo las siglas del partido Fuerza por México, aunque su postulación aún no es oficial. El exgobernador no tiene muchas posibilidades de ganar, pero si logrará dividir el voto opositor en la capital. ¿A eso viene?

Si lo observamos desde un ángulo partidista, la contratación (¡Sí, contratación!) de Estrada Cajigal responde a la estrategia de un partido cuya prioridad es obtener el número suficiente de votos para mantener el registro. La inversión puesta en las alforjas del exmandatario no es poca, pero se compensará si los sufragios permiten al nuevo partido superar la meta necesaria para sobrevivir.

Si así sucede el panorama de Fuerza por México será distinto en el 2024: por tratarse de un partido de reciente creación en su primera contienda electoral FxM debe competir solo y obtener el número suficiente de sufragios para conservar su registro; si lo logra, en el siguiente proceso puede suscribir cualquier tipo de alianza o coalición y eso vuelve al partido un instrumento electoral y económico más rentable.

El reto de los partidos nuevos es saltar el 2021 para tener la oportunidad de competir coaligados en el 2024. Fuerza por México pertenece a Pedro Haces, líder de la CATEM (Confederación Autónoma de Trabajadores de México), un sindicato de mala fama, pero afín al gobierno de la Cuarta Transformación; Fuerza por México, además, se considera un organismo político ligado al obradorismo que impulsará candidaturas que no quepan en Morena. Lo que en otro tiempo hacía el Verde con el viejo PRI.

Visto desde ese ángulo la contratación de Sergio Estrada Cajigal tiene sentido porque es exactamente igual a lo que hicieron en el 2015 los hermanos Julio y Roberto Yáñez. FxM buscó un personaje conocido, electoralmente rentable, que les garantizara un buen número de votos y les ayudara a sumar más candidatos que abonaran a la causa; ganar sería bueno, pero no es el objetivo central de Pedro Haces en su primera elección. El desembolso económico del líder sindical en sus candidatos para la capital, dicen, fue alto, suficiente para convencer al exgobernador y a Javier Bolaños, pero no tanto como para quitarle el sueño. Son millones bien invertidos, dicen los que saben.

Pero independientemente de la estrategia electoral de Fuerza por México hay otra manera de analizar la candidatura de Estrada Cajigal: su participación en la contienda revive a muchos panistas que se habían alejado del partido y de la vida política, incluye a personajes (como Alejandro Villarreal) que hasta hace poco estaban en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco y llamará la atención de los votantes.

Cuernavaca es una ciudad conservadora con un voto panista simpatizante que siempre aparece en las elecciones; el primer alcalde opositor que hubo en la capital fue Sergio Estrada Cajigal y con su llegada aparecieron quienes por mucho tiempo fueron llamados “neopanistas”, que no son otra cosa que una nueva generación de militantes y simpatizantes que dieron a Acción Nacional el impulso electoral suficiente para ganar el estado en el año dos mil y repetir varias veces el triunfo en Cuernavaca.

El neopanismo creció y superó al viejo panismo, conocido también como la Sagrada Familia; se trató de mucha gente que creyó y apoyó al PAN aún sin ser militante, porque encontró en esa institución una alternativa distinta de gobierno del PRI. El panismo simpatizante supera con creces a la militancia azul y eso es lo que dado a Acción Nacional la competitividad de los últimos años.

La candidatura de Sergio Estrada Cajigal perseguirá ese voto, el mismo que buscará José Luis Urióstegui; el exgobernador no le va a arrebatar votos a la candidatura de Jorge Argüelles, ni atraerá las miradas de los simpatizantes de Morena: su bastión es la clase media de la capital, la que no está de acuerdo con lo que hace Antonio Villalobos ni Cuauhtémoc Blanco, la que quiere un cambio, pero no con cualquiera.

El problema es que, aunque la figura de Sergio Estrada Cajigal es muy conocida (lo ubica alrededor del 85 por ciento de las personas), la intención de voto a su favor es de apenas el 10 por ciento; traducción: lo conocen, pero no votarían por él. Y esto tiene una explicación simple: como alcalde hizo un buen trabajo, pero como gobernador cometió muchos y muy graves errores: en Cuernavaca se le recuerda porque pavimentó la ciudad y construyó un puente, pero a nivel estatal la referencia son sus francachelas, los escándalos de corrupción, sus vínculos con la delincuencia organizada y sus frivolidades, empezando por el “Helicóptero del Amor”.

La mayoría de los electores jóvenes no lo ubican, ni tampoco valoran su trabajo como alcalde, porque salvo el puente (que no saben que fue hecho durante su administración), su trabajo de pavimentación ya no se aprecia, porque los últimos gobiernos revivieron el mote de Cuernabaches.

Dicen quienes tienen contacto con él que Sergio Estrada Cajigal anda animado con la candidatura y ha llamado a su viejo equipo de colaboradores; uno de los alicientes del exgobernador, cuentan, es que tendrá enfrente a quien fuera su procurador, a quien persiguió como gobernador y al que acusó de tener vínculos con el narcotráfico. Más que el candidato de Morena, el objetivo personal de Estrada es evitar que José Luis Urióstegui gane.

La postulación del exgobernador servirá a Fuerza por México, pero dividirá el voto opositor y ayudará a la candidatura de Jorge Argüelles Victorero. Sergio Estrada Cajigal tiene muy pocas posibilidades de ganar, pero no viene a eso; el expanista nunca se ha interesado por el estado, ni cuando fue gobernador; siempre se ha movido en ambientes frívolos y de negocios, entre amigos, mujeres y francachelas. Su interés en esta elección es meramente económico y de revancha contra Urióstegui.

Como candidato de Fuerza por México Sergio Estrada Cajigal está haciendo lo mismo que le criticó a Cuauhtémoc Blanco cuando fue candidato del PES en Cuernavaca.

Exactamente lo mismo.

  • posdata

Para que la candidatura de Jorge Argüelles Victorero progrese no basta un buen planteamiento en materia publicitaria, ni es suficiente que sus mensajes estén bien estructurados; lo que el diputado necesita es aprovechar la división de sus opositores y diseñar una estrategia social y política que vaya más allá de lo mediático; algo que lo conecte con los ciudadanos y le permita mostrarse más identificado con la ciudad.

Nadie puede decir que el coordinador de los diputados federales del PES es un hombre tonto (no estaría en donde está si lo fuera), por el contrario, se trata de un empresario exitoso con muchas relaciones que podrían representar beneficios muy importantes para la ciudad, en caso de que el voto popular lo favorezca.

Argüelles Victorero necesita salirse de la vorágine partidista en la que está metido, tiene que resolver las diferencias con Morena, pero no debe hundirse en ese debate; él y su equipo necesitan tener claridad del escenario y sangre fría para no perderse en una discusión que debe ser resuelta en otro espacio, para que no les contamine lo demás.

Con Morena la rentabilidad electoral del diputado sube considerablemente y lo pone en la pelea por la alcaldía; el diseño de la campaña debe ser profesional, tomando en cuenta todos los factores que influyen en el ánimo de los electores y entendiendo que la de junio será una elección distinta que no correrá por las vías tradicionales.

El diputado no solo requiere un equipo profesional que le diseñe una buena campaña, también debe tener a su lado a figuras locales que lo conduzcan, que lo acerquen con la gente, que le abran puertas con quienes generan opinión y le brinden mejores canales para llegar a sus electores.

Lo que Jorge Argüelles Victorero necesita son aliados.

  • nota

Un grupo de militantes panistas convocaron a la prensa a una rueda de prensa para acusar a Juan Pablo Adame Alemán de estar detrás de los actos violentos registrados el fin de semana pasado durante el proceso de elección de candidatos a la presidencia municipal de Cuernavaca. “Tenemos grabaciones de él dando instrucciones para boicotear” dijeron.

La nota, empero, no fue el señalamiento contra el exdiputado federal, sino la forma como se desarrollo el evento: sin ninguna medida sanitaria, sin sana distancia y con la presencia de más militantes que reporteros. Algunos de ellos, por cierto, no portaban cubrebocas y al menos uno se la paso tosiendo durante todo el evento.

El propio restaurant (Casa Hidalgo) se deslindó de la rueda de prensa; dijeron que la rueda de prensa no estaba programada, que nadie contrató el lugar y que nunca les avisaron. De hecho los convocantes ni siquiera consumieron: llegaron, utilizaron las instalaciones y después se fueron.

Los panistas convocantes son parte del equipo del dirigente estatal y responden a sus indicaciones; se vale que acusen a su rival político, pero es terrible que no se preocupen por cuidar su salud ni la de los reporteros que cumplían una labor profesional.

Lo que hicieron fue total y absolutamente irresponsable; si alguno de los asistentes se contagia de covid será su culpa.

  • post it

Fernando Bahena Vera fue regidor en Jiutepec, formó parte del comité estatal del PAN y luego se incorporó al gabinete de Marco Adame Castillo; en la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente fue subsecretario de finanzas y luego titular; a él le tocó conducir el ambicioso proyecto de rescate de Rio Apatlaco, que consistía en la construcción de varias plantas de tratamiento de aguas residuales con una inversión de varios cientos de millones de pesos. El dinero se gastó, pero el río nunca se limpió.

Al término de ese sexenio comenzaron a surgir acusaciones en contra de varios funcionarios de la CEAMA, entre ellos Bahena Vera; la contraloría estatal inició un procedimiento al respecto porque se encontraron serias irregularidades en la adjudicación de las obras.

La siguiente administración encabezada por el perredista Graco Ramírez le dio seguimiento al tema, pero lo hizo de forma tardía, lo cual ayudó a la defensa de los acusados, quienes en lugar de probar su honorabilidad centraron el debate en la prescripción de los delitos señalados. En castellano: robaron, pero el delito había caducado.

Las denuncias presentadas en contra del funcionario se acumularon sin que ninguna autoridad las impulsara y como casi siempre sucede en estos casos, todo quedó en el ámbito de la especulación; hasta ahora ninguno de los acusados ha pagado por sus actos, pero las obras en cuestión quedaron como pruebas fehacientes del mal manejo de ese gobierno; en su mayoría las plantas de tratamiento de agua siguen sin funcionar a pesar de que se invirtieron cientos de millones de pesos.

Hoy el nombre de Fernando Bahena Vera vuelve a aparecer en Jiutepec: ha sido nombrado titular del sistema de agua municipal y los cuestionamientos por su llegada no se hicieron esperar. El expanista tiene todo el perfil de los funcionarios que estuvieron al lado de Manuel Agüero, pero no encaja con la política que impulsa el nuevo gobierno.

La administración de Rafael Reyes es una de las mejores del estado, es ordenada, responsable y eficiente; pocos alcaldes como él pueden presumir buenos resultados con una multimillonaria deuda heredada y en medio de una pandemia. La clave de su trabajo es la experiencia, su dedicación y capacidad, combinada con un buen equipo.

Fernando Bahena no tiene nada que hacer en un régimen como el de Rafa Reyes.

  • redes sociales

Ya se sabía, pero ahora se confirma: los hermanos Terrazas se volvieron a servir con la cuchara grande: en unos meses Juan Carlos, el presidente, buscará ser reelecto en el cargo; Víctor Adrián, actual regidor en Cuernavaca, vuelve a ir en la fórmula, otra vez en el primer lugar; Oscar Daniel, hoy diputado federal plurinominal, competirá por el primer distrito federal… y va amarrado en una diputación pluninominal.

¡Qué bonita familia!

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