Serpientes y escaleras - Durmiendo con el enemigo

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Durmiendo con el enemigo

Se quejan de lo que hicieron y de lo que les dejaron. Pero ahí los tienen.

 

Durmiendo con el enemigo

Mucho se ha quejado la administración de Cuauhtémoc Blanco de la pesada herencia que le dejó el gobierno de Graco Ramírez; las finanzas públicas estuvieron a punto de colapsar al final del 2018 porque antes de irse el perredista vació las arcas: contrató créditos, escondió pasivos y comprometió el erario por los próximos 20 años. Tiene muchas razones el ex seleccionado nacional para estar enfadado con su antecesor, lo absurdo es que a pesar de todas las quejas mantiene a gran parte de la estructura graquista enquistada en su equipo.

Entendamos algo: el gran saqueo cometido por Graco Ramírez y su familia no se hizo solo, para que la multimillonaria desviación de recursos fuese posible los orquestadores del robo tuvieron que echar mano de muchas personas ubicadas en posiciones clave para que se pudieran ejecutar las órdenes.

En el caso de las compras y las licitaciones, por ejemplo, se colocó a Alberto Barona, a quien le encargaron que procesara los temas y ejecutara las ordenes; Barona era el hombre de confianza del gobernador, muy allegado a la familia y por ello fue colocado en un lugar en donde se manejaron miles de millones de pesos.

Lo mismo ocurrió con Sergio Beltrán Toto, Andrik Ruíz de Chávez, Mónica Reyes Fuchs, Jerónimo Bernal, Nadxxieli Carranco y Alejandro Alonso, por mencionar algunos. La clave de la operación estuvo en el control de las áreas administrativas y de compras en todas las dependencias estatales; fue Rodrigo Gayosso Cepeda quien nombró a la mayoría de los titulares de esas oficinas y así tuvo el manejo económico de esas instituciones. Lo que pasó después es del conocimiento público

A la vuelta de ocho meses el gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo no quita el dedo del renglón e insiste en castigar a tales funcionarios, reitera que lo ocurrido no tiene precedente y que las acciones cometidas por el clan Graco-Gayosso además de ser ilegales, representaron un enorme daño a las instituciones públicas estatales y por consecuencia a todos los morelenses.

Pero la administración cuauhtemista actúa como perro persiguiendo su cola: por un lado acusa a sus antecesores, los responsabiliza de la parálisis estatal y de la recesión económica, de la falta de recursos y de la perversión de la estructura; pero por otro lado mantiene dentro del gobierno a quienes operaban las cosas, a sus hombres y mujeres de confianza, a quienes formaron parte de la cadena de corrupción y se enriquecieron con el saqueo.

Entendamos algo: ninguno de los operadores de Rodrigo Gayosso en el gobierno eran profesionistas brillantes, algunos (como el que ubicó en el área administrativa de la Comisión Estatal de Seguridad) eran borrachines cuyo único mérito fue ser amigo de la escuela del hijo del gobernador. Por eso en todos los casos los operadores del Gayo incorporaron al gobierno a otros elementos en las direcciones donde se arrastraba el lápiz, en posiciones en las que se sacaban adelante los temas y se transformaban las órdenes en dinero. Casi todos ellos siguen ahí.

Eso ocurre en la Secretaría de Salud, en el área de adquisiciones, en Seguridad Pública, en Obras, en Medio Ambiente, en Turismo, en Cultura, en Agua, en Educación y otras instancias más en donde los funcionarios de confianza graquista no solo fueron ratificados en el cargo, en algunos casos fueron elevados de rango y presumen que ahora enseñan a los nuevos funcionarios el camino para hacer negocios.

Reza la sabiduría popular que la corrupción ocurre cuando coinciden dos partes: la que da y la que recibe. En este proceso de malversación de recursos había la orden superior de hacer los negocios (del gobernador, de sus hijos o de su esposa), el segundo eslabón lo representaron quienes estaban a cargo de las unidades administrativas o de compra y finalmente aparecían los funcionarios responsables de ejecutar las órdenes, de hacer las negociaciones y concretar los negocios. Estos últimos, insisto, siguen en el gobierno haciendo lo mismo.

La pregunta surge de manera natural ¿están ahí porque no se han dado cuenta o los mantienen para que les enseñen cómo se roba?

Desde el principio el nuevo gobierno estatal ha mantenido un discurso de crítica a la administración anterior, acusan a Graco Ramírez del multimillonario desvío de recursos, de la comisión de distintos fraudes, del uso arbitrario e irracional del dinero público y del daño social y patrimonial a miles de ciudadanos. Pero a pesar de ello la estructura principal del graquismo sigue ahí, en puestos claves, haciendo lo mismo que hacían antes y presumiendo no solo su impunidad, sino su nuevo rol de “asesores” del nuevo gobierno en temas que quieren hacer, pero desconocen cómo.

Entendamos algo: Cuauhtémoc Blanco ganó la elección y llegó al gobierno sin equipo y eso lo obligó a mantener a gran parte de la estructura que le heredó el graquismo. Se entiende que no se mueva al personal de base que año tras año, sexenio tras sexenio arrastran el lápiz, hacen su trabajo y sacan adelante a las instituciones; pero el problema no son ellos, sino quienes ocuparon puestos de buen nivel en el gobierno anterior y llegaron ahí para hacer negocios. Esos ya no deberían estar en la nueva administración, pero sin embargo se mantienen. ¿Es un descuido, es desconocimiento o es corrupción?

Las denuncias de corrupción contra graquistas no han prosperado por dos razones: 1- Porque los encargados de presentar las querellas no tienen la capacidad profesional para armar expedientes sólidos y 2- Porque desde dentro del gobierno hay todavía muchos personajes que pasan información al graquismo, que les avisan sobre las acciones que emprenderán en su contra y les proporcionan elementos para defenderse.

No hay manera de que Cuauhtémoc Blanco logre una victoria en este terreno contra Graco Ramírez y Rodrigo Gayosso. No mientras tenga a su lado a quienes protegen al gobierno anterior porque se enriquecieron a sus costillas.

  • posdata

Nuevas acusaciones surgen contra el alcalde Antonio Villalobos, esta vez por los gastos hechos en un viaje a Nueva York con el objeto de hermanar a Cuernavaca con la ciudad de Yonker. El hermanamiento fue una excusa para que el edil paseara con su familia, porque ni el hermanamiento se dio, ni hubiera servido de nada.

Pero a pesar de lo escandaloso que resultó la exhibición de los recibos del viaje (ciento veinticinco mil pesos por un viaje de 4 días para 5 personas a NY no parece gran cosa), lo que verdaderamente habría que analizar es lo que sucede hoy en Cuernavaca, una ciudad sin rumbo, sin proyecto, sin obra pública y sin gobierno.

El menor de los problemas de Antonio Villalobos es que descobijen por lo que pagó por su viaje o por sus evidentes limitaciones neuronales; lo que en realidad preocupa es su desconocimiento de los problemas sociales y sus berrinches como máxima autoridad de la capital.

Cuernavaca vive hoy el peor de sus momentos, salvo el servicio de recolección de basura en el resto de los casos estamos frente a una administración mediocre, despreocupada del hundimiento del municipio y convencida de que con demagogia se engaña a la gente. Peor: el pleito personal que mantiene Villalobos Adán con la comunidad de Acapantzingo expone de cuerpo completo a un hombre que no sólo carece de  la experiencia y la capacidad para conducir un gobierno, muestra la intolerancia de un sujeto mareado por el poder y convencido de que arriba de su pequeño tabique es más poderoso que Thanos.

El TangaGate y el NYGate son asuntos menores frente a los verdaderos y gravísimos problemas que enfrenta Cuernavaca. La escases de agua, la mala administración, la falta de obra, la ausencia de proyecto, la vinculación con grupos de la delincuencia organizada y los diversos actos de corrupción que hay en el municipio son los problemas que verdaderamente preocupan a la ciudadanía y sobre los cuales el alcalde no dice absolutamente nada.

No habla quizá porque no entiende cuál es la función de un alcalde… o porque es parte del problema.

  • nota

El regidor panista Jesús Martínez Dorantes publicitó a los cuatro vientos que las plazas y centros comerciales de Cuernavaca darían al menos una hora gratis a sus clientes como resultado de una iniciativa que él impulso en el cabildo.

Pero en la realidad eso no ocurre. El panista, como muchos políticos, miente y supone que al repetir mil veces sus mentiras, éstas se volverán realidad.

Por eso el PAN perdió las elecciones.

  • post it

El jefe de la oficina de la gubernatura salió al paso de las críticas vertidas contra Cuauhtémoc Blanco por haberse tomado algunos días de vacaciones; según algunos comentarios en redes sociales el mandatario salió del país.

Así habló José Manuel Sanz sobre el tema:

El gobernador está en comunicación permanente, en todos sentidos, con los secretarios; está atento de las reuniones de seguridad que tenemos, conmigo en lo personal habla tres o cuatro veces al día. Decidió no tener actos públicos durante unos días, pero una cosa es estar totalmente ausente y otra muy distinta es estar trabajando. El gobernador sigue trabajando por Morelos y sigue trabajando con nosotros.”

- ¿Pero está fuera del estado?

- “No, está aquí, está cerca de aquí; lógicamente no hay un abandono a la administración ni mucho menos. Cuauhtémoc Blanco es un gobernador responsable, es un gobernador que actúa con la responsabilidad que merecen los ciudadanos del estado y se está trabajando diariamente.”

  • redes sociales

Lo leo y coincido. Así es nuestra realidad.

“Había estado nevando toda la noche.

8.00 am. Hice un muñeco de nieve.

8.10 am. Una feminista pasó y me preguntó porqué no hice una mujer de nieve.

8.15 am. Hice una mujer de nieve, es blanca.

8.17 am. Mi vecina feminista se quejó del voluptuoso perfil de la mujer de nieve, diciendo que cosificaba a las mujeres en todas partes.

8.20 am. La pareja gay que vivía cerca tuvo un ataque de furia y protestó, porque podrían haber sido dos hombres de nieve en su lugar.

8.22 am. La persona transgénero me preguntó porqué no hacía una persona de nieve con partes desmontables.

8.25 am. Los veganos al  final de la calle se quejaron de la nariz de zanahoria, ya que los vegetales son comida y no para decorar figuras de nieve.

8.28 am. Me denuncian anónimamente al INADI porque la pareja de nieve es blanca.

8.31 am. El caballero musulman al otro lado de la carretera exige que la mujer use una burka.

8.40 am. La policía llega diciendo que hay un reclamo, alguien se ha sentido ofendido.

8.42 am. La vecina que se dice feminista se quejó nuevamente de que la escoba de la mujer de nieve debe ser removida porque representa a las mujeres en un papel doméstico.

8.43 am. Un fiscal llegó y amenazó con iniciarme una causa.

8.45 am. El equipo de noticias de la TV apareció. Me preguntan si se la diferencia entre hombres de nieve y mujeres de nieve. Respondo “bolas de nieve” y ahora me llaman sexista.

9.00 am. Estoy en las noticias como presunto terrorista, racista, delincuente con sensibilidad homofóbica.

9.10 am. Me preguntan si tengo un cómplice.

9.20 am. Un programa de chismes me hace una entrevista al aire y me interpelan 6 panelistas y 8 invitados.

9.25 am. Un mediático me manda carta documento y me impone un bozal legal.

9.29 am. Los manifestantes de extrema izquierda, ofendidos por todo están marchando por la calle exigiendo que me decapiten.

9.35 am. Las feministas me escrachan y me pintan la casa con la palabra “machirulo”.

9.45 am. La AFIP me investiga para saber si el dinero que utilicé para comprar la pala y la zanahoria lo obtuve de manera legal.

9.55 am. Organizaciones ecologistas me acusan de contaminar la nieve.

MORALEJA: No hay moraleja, esto nos va a pasar si no terminamos con la infección ideológica en la que estamos cayendo día tras día.”

Autor: Tomas Geist @TomasGeist_

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