Serpientes y escaleras - ¿Cómo será la nueva realidad?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Cómo será la nueva realidad?

 

La labor más importante la realizará cada uno de nosotros.

 

¿Cómo será la nueva realidad?

En unas semanas la capital de la república comenzará a reanudar sus operaciones, lo hará de manera gradual, vigilada, pero sin interrupciones. El objetivo es reactivar la economía y con ello ayudar a millones de personas que económicamente ya no aguantan el encierro, porque necesitan trabajar para vivir. Una vez que la Ciudad de México se reactive la presión se elevará en el resto del país para que todos los estados se muevan. ¿Cómo va a ser la nueva realidad en Morelos

Lo primero que debemos tener claro en la pandemia es que hasta el momento no existe cura para el covid-19; en diversos países del mundo, incluido México, se llevan a cabo ensayos y pruebas para analizar la efectividad de algunos medicamentos, ver la forma como responden los pacientes y tener la certeza de que realmente actúa contra el coronavirus. Pero pese a que en algunos casos los datos son buenos, todavía no tenemos un remedio efectivo para combatir el SARS-CoV-2.

Esa es la realidad mundial y con ella debemos lidiar; varios países del orbe han comenzado a reactivarse, relajaron las medidas de distanciamiento social y la cuarentena e iniciaron el regreso paulatino a sus actividades. En el caso de México se ha planteado un retorno paulatino guiado por un semáforo sanitario federal que mostrará la situación en la que se encuentran los distintos estados, para definir a partir de ahí qué, cómo y cuándo comenzará la reapertura.

La capital mexicana será la primera en abrir nuevamente sus espacios a la circulación y a la convivencia colectiva; será con restricciones, pero ocurrirá en alguna semana del mes de junio. El resto de la república deberá esperar un poco más y seguirá los lineamientos de la CdMx, pero una vez que la zona metropolitana se reactive, no habrá forma de que los demás estados se queden confinados.

Una y otra vez se ha repetido: la cuarentena no puede ser indefinida porque la gente no tiene los recursos suficientes para aguantar tanto tiempo sin trabajar. Hoy muchas personas, la mayoría, están en un punto crítico, sin recursos para soportar el encierro y sin ánimo de mantenerse fuera de sus actividades cotidianas.

La mayoría de quienes se han aislado en sus casas entienden que aún no es tiempo de salir y saben lo peligroso que resulta reintegrarse a las actividades sin que exista la seguridad de una vacuna; es más: para todos es claro que el encierro pudo haber funcionado mejor si la gente que sale sin motivo se hubiera quedado en casa o hubiese actuado con más responsabilidad.

Las cosas son complejas por todos lados: los contagios y las muertes van al alza, aún no existe cura para el covid-19 y la economía nacional está colapsando; pero los estados de México necesitan volver a funcionar, aunque al hacerlo corran el riesgo de una nueva oleada de contagios que supere la capacidad hospitalaria instalada y provoque más muertes de las que hasta ahora se han registrado.

Morelos correrá la misma suerte que la Ciudad de México; la apertura de la zona metropolitana meterá presión a las autoridades locales, generarán un reclamo por salir a las calles y aumentarán la movilidad sin importar lo que el gobierno haga.

No hay otra: la capital mexicana y la tierra de Zapata son entidades cercanas no solo en lo geográfico, ambas comparten negocios, actividades y formas de vida; gran parte de los contagios de Morelos tienen su origen en gente de la ciudad de México, en visitantes que acudieron de vacaciones, de fin de semana, que vienen a fiestas o los que cada domingo huyen de la gran ciudad para pasear en los pueblos.

Si no hay manera de evitar que se reanuden las actividades en el país a pesar del difícil momento que pasamos, la pregunta entonces es ¿Cómo reanudar las actividades de la manera más segura posible?

En Morelos como en muchas partes de México y del mundo la sociedad se ha dividido; entre los que creen en el virus y quienes rechazan su existencia, los que han seguido la cuarentena y aquellos quienes no han tomado ningún tipo de medida sanitaria, entre los que culpan al gobierno por todo y los que hacen la parte que les corresponde para no enfermarse, entre los que agreden a médicos y personal de salud y quienes reconocen su esfuerzo, quienes se cuidan para no contagiar a los demás y los que se exponen, se enferman, contagian a los demás y mueren.

A partir de esta división es posible identificar el camino que todos deberemos seguir una vez que se reanuden las actividades, entendiendo que en el ambiente además de un virus, hay muchos irresponsables; lo correcto será mantener las medidas de higiene personales para evitar enfermarnos.

Digámoslo así: igual que como muchos han actuado durante la cuarentena, guardando distancia, evitando el contacto físico, asumiendo medidas sanitarias permanentes y utilizando cubre bocas, de esa forma habremos de proceder una vez que el semáforo sanitario indique que es momento de salir.

Los ciudadanos deberemos actuar de manera distinta en esta nueva realidad: aumentando las medidas preventivas y asumiendo el control de nuestras acciones; también deberemos proceder así en términos financieros: asumiendo nuestros propios riesgos, tomando nuestras oportunidades y enfocándonos en superar individualmente el enorme reto económico que nos deja la pandemia, porque no recibiremos ayuda de nadie.

La nueva realidad que nos dejará el covid-19 es distinta a la anterior solo en lo que respecta a la presencia de un virus sin cura, pero no respecto a la higiene que cotidianamente debemos tener todos nosotros. Hasta en el terreno económico esta nueva realidad es muy parecida a la que había antes del coronavirus, donde cada quién tenía que salir adelante solo, por sus propios medios, con sus recursos y sin la ayuda del gobierno.

Una vez que las autoridades determinen la reactivación económica del estado, lo que sigue es continuar cuidándonos de la enfermedad y de los necios que la propagan. En lo económico vamos a tener que salir adelante igual que en lo sanitario: cada uno por su cuenta

  • posdata

La delegada especial enviada por el Gobierno de México para atender el problema de Covid-19 en Morelos vino a supervisar las acciones realizadas por las autoridades locales, pero nada más.

Igual que Hugo Erick Flores, Elsa Julita Veites es un florero político que adorna, pero no sirve para nada; su presencia en el estado era para ayudar, para tratar de superar los obstáculos y apoyar en las acciones institucionales que se llevan a cabo; nada de eso ha hecho la funcionaria.

La también directora del INAPAM no ha hecho nada en el estado, ni cambió la manera como trabajan las autoridades. Desde antes de su llegada los gobiernos municipales y el estatal realizaban operativos de supervisión, habían ordenado la suspensión de actividades, clausuraron espacios públicos, cancelaron las clases, mandaron a los trabajadores a sus casas y desplegaron una estrategia de comunicación para informar a la ciudadanía sobre la situación.

Cuando ella llegó todo siguió igual: las campañas, las acciones, las reuniones… todo fue lo mismo, lo único que se agregó fue su presencia.

Donde muchos esperaban algo distinto era en el trato y en la ayuda; los alcaldes confiaban que la dama sería un conducto directo de comunicación con el gobierno federal, un espacio de ayuda, un interlocutor que explicaría en el centro del país la difícil situación que enfrentaban las comunas. Pero no fue así.

Elsa Julita Veites solo escucha, pero no resuelve nada; una y otra vez se ha lavado las manos del problema, insiste que su labor no es conseguir recursos, ni tampoco canalizar auxilio extraordinario; en su último encuentro con autoridades municipales y ciudadanos simplemente les dijo que no; si esperan dinero, no lo habrá.

Imagina lectora lector queridos: se trata de un funcionario federal que no coadyuva en nada, que no responde a peticiones, que no es interlocutor, que no resuelve, que no apoya, que no trae dinero. ¿Para qué sirve?

Elsa Julita Veites es un florero político más. Uno muy feo, por cierto.

  • nota

De repente comenzó a circular en Twitter una encuesta sobre la intención del voto en Cuernavaca; se trata de un sondeo telefónico, de esos que muchos se y pocas veces sirven de algo, salvo para animar a quienes los difunden.

La “encuesta” fue adjudicada a Massive Caller, aunque no se presentó su base metodológica; de cualquier manera los sondeos que realiza esa empresa en cada proceso electoral son poco confiables, nada certeros y casi siempre inflados a petición del patrocinador.

A pesar de todo hubo algunos personajes que se emocionaron con la encuesta, como Juan Pablo Adame Alemán, a quien le emocionó (dijo) “poder recuperar la dignidad perdida”.

Obvio: al hijo del ex gobernador panista de Morelos le urge que alguien lo tome en cuenta y le haga revivir la época dorada que disfrutó cuando su familia administraba los bienes del estado, utilizaban a placer las instituciones públicas y otorgaban contratos directos a sus amigos.

Juan Pablo Adame ha logrado algunas posiciones políticas a lo largo de su vida, todas ellas gracias a las relaciones de su papá y siempre por la vía plurinominal; nunca ha ganado nada en las urnas y actualmente no tiene condiciones para ser postulado porque carece de trabajo y capital político en el estado. Aunque le regalaran una candidatura, con su prestigio y carisma no vencería a nadie.

En medio de la pandemia inicia ahora la calentura electoral con encuestas patito.

¿A alguien más le emocionó el sondeo de Massive Caller?

  • post it

La marcha por la paz que cada año se lleva a cabo en Cuernavaca ha sido pospuesta a causa del coronavirus; obvio, sus organizadores saben que se trata de un evento masivo que reúne a miles de personas y con la pandemia actual sería inoportuno llevarla a cabo.

La iglesia católica aún no la ha dado a conocer la fecha para la realización de la marcha, aunque consideran que esta podría llevarse a cabo después del mes de septiembre, una vez que la situación del covid-19 esté más controlada.

Postergar la marcha por la paz no necesariamente es una buena noticia para la clase política; celebrarla al final del año deja el acto más cerca de las elecciones y probablemente cuando ya haya iniciado oficialmente el proceso electoral; entonces el tema se va a politizar y cada reclamo pegará con tubo.

Recordemos algo: aunque la marcha por la paz no es una acción contra el gobierno, por el sentido de la expresión siempre se convierte en una llamada de atención para las autoridades. Hoy estamos todos metidos en el tema del coronavirus, observando la evolución de la pandemia y esperando que pronto los científicos encuentren una cura; en paralelo la violencia y la inseguridad sigue, afecta a muchas personas y causa más muertes que la enfermedad.

Mientras más cerca esté la marcha por la paz de las elecciones, más impacto tendrán sus reclamos en el proceso electoral.

  • redes sociales

Entre tantas cosas malas rescatemos dos buenas:

El lunes Morelos alcanzó la cifra de 502 pacientes recuperador por covid.

Ayer martes Jiutepec logró un segundo día sin un solo caso confirmado de covid.

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