Repaso - ¿Se acuerdan de los cursos por correspondencia?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - ¿Se acuerdan de los cursos por correspondencia?

Una de las modalidades de la educación a distancia son los llamados cursos por correspondencia, de ya longeva existencia. Podría actualmente utilizarse, dada la contingencia por la que atravesamos, quizá simplificada mediante una especie de comunicación epistolar.  

Estos cursos surgieron al amparo de las necesidades de una sociedad en la que era cada vez más difícil ingresar a una institución educativa de nivel superior, o en la que  se ofrecía cierto tipo de estudios técnicos para aquellos, hombres y mujeres, que no disponían del tiempo suficiente para cursar en  el sistema escolarizado una carrera, de modo que optaban por alguna modalidad que les permitiera, desde su hogar u otro espacio adecuado, ponerse a estudiar en horarios muy flexibles y de acuerdo con el ritmo de estudio que cada persona tuviera.

Al respeto, se afirma que “aun cuando el avance en la tecnología permite la existencia de programas de estudio virtuales, a través de Internet, en la demanda de educación abierta todavía hay quienes. por disposición, tiempo y recursos, continúan solicitando estudios por correspondencia, pues no tienen posibilidades de ingreso al mundo del ciberespacio, sólo a los tradicionales sobres membretados y timbres postales”-

Fueron o son famosos dos institutos, uno extranjero y otro nacional, que ofrecían un amplio abanico para estudiar una carrera, sobre todo técnica pero también profesional. Uno fue el Hemphill School, con sucursal en México, y el otro fue el Instituto Maurer. Ofrecían desde dibujo técnico, dibujo artístico, mesero profesional, peluquería y estética canina y mecánica de automóviles, entre otras muchas alternativas.

Refiero lo anterior, en el contexto de la estrategia de educación a distancia implantada por la SEP para continuar con el ciclo lectivo 2019-2020 desde casa, a raíz de la pandemia causada por el tristemente Coronavirus.

Si bien para ello se le apuesta prioritariamente al uso del Internet, las autoridades del ramo no descartan cualquier otra adecuación, sobre todo en espacios sociales y comunitarios donde los recursos tecnológicos no están a disposición de la gente.

Es así que sugieren también el uso de la televisión, el radio o cualquier otra opción que esté al alcance de cada comunidad. No tiene caso, como lo repiten algunos, quizá muchos, quedarse en el argumento pretexto de que hay hogares donde no se dispone de la tecnología aludida y, por consecuencia, aparentemente poco se puede hacer.

Evidentemente, mucho se puede hacer. Sobre todo, aquello que convenza a los maestros para que lo asuman no como una imposición, sino como un reto que deben enfrentar con profesionalismo.

A propósito, escuché el comentario radiofónico del pasado jueves en un noticiero que se transmite desde Cuautla, del profesor Marco Aurelio Mares Cáspeta, director de la Escuela Secundaria General “Antonio Caso”, que refleja de algún modo lo que arriba mencioné. Mares Cáspeta dijo:

“Los maestros están tratando de que (las indicaciones de trabajo) les lleguen a los alumnos. Tenemos que reaccionar ante la situación crítica que estamos viviendo. Estamos contando con el apoyo de los padres de familia. Pero no hay que saturar a los alumnos de trabajos.”

Como dicen por ahí: esa es la actitud.

  • De refilón

Otra agradable iniciativa la ha tomado el profesor Joel Sánchez Vélez. Invita a especialistas, graba un breve video, hace la introducción y deja que el invitado o la invitada exponga sus conocimientos sobre temas relacionados con la circunstancia que estamos viviendo. He podido ver los videos sobre nutrición y orientación psicológica, y me han parecido muy aprovechables. Seguramente producirá más y creo que deben difundirse mucho más. Sánchez Vélez lo hace a través del Facebook.

Ya se ve que el periodo de contingencia no implica dejar hacer y dejar pasar. Queriendo, se puede aportar al proceso educativo. Quienes, en el ámbito sindical u oficial, sólo fingen que están comprometidos para tomarse la foto, tarde o temprano el colectivo docente los pondrá en su lugar.

  • Rebaba

Hay que tomar en serio eso de la sobrecarga de actividades que deben realizar los alumnos en sus casas. No es recomendable. Tampoco lo es que algunos docentes le “echen” en cara a los padres de familia su incomprensión y exigen ahora que se les valore. Desde luego que se les debe valorar, principalmente a aquéllos que cumplen con sus funciones, pero ese merecimiento no debe exigirse a manera de reclamos.

E mail: profechon@hotmail.com