Repaso - Partido nueva alianza: ¿Úsese y deséchese?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - Partido nueva alianza: ¿Úsese y deséchese?

Al Partido Nueva Alianza en Morelos no le ha ido bien con los personajes que al amparo de sus siglas desempeñan o desempeñaron un cargo de representación popular, como se puede comprobar con quienes han sido diputados locales, principalmente:

Víctor Benítez Quintero, después de ser secretario general de la Sección 19, contender por la gubernatura del estado y ocupar una curul plurinominal (2006 – 2009), se desvinculó completamente de ese partido y ha intentado infructuosamente reverdecer lauros cobijado por otras expresiones políticas. Hoy deambula en la agrupación “Maestros por México”, cuyos dirigentes se han pronunciado recientemente en contra de lo que queda de Nueva Alianza a nivel nacional, por su promesa de coaligarse con Morena en las próximas elecciones intermedias del 2021.

Francisco Santillán Arredondo, primer presidente en nuestro estado del llamado Panal, merced a sus nexos, dicen, con alguien de la familia de Elba Esther Gordillo Morales, ha sido diputado plurinominal (2006 – 2009) y diputado de mayoría relativa (2015 – 2018), este último encargo en virtud de la pasada coalición PRI – Nueva Alianza. Se desempeñó como coordinador del grupo parlamentario turquesa, hasta que abiertamente se alió a los intereses del gobernador perredista Graco Ramírez y de Rodrigo Gayosso, quien aspiraba a suceder a su padrastro. Cuando esto ocurrió, Santillán dejó la curul en posesión de Ulises Vargas, un joven político que se caracterizó por su nula actividad parlamentaria, pero eso no le impidió obtener buenos dividendos como una jubilación prematura. Cuando en el congreso local tuvo como coordinadora a Edith Beltrán Carrillo, ella sí convencida aliancista, a la que no reconoció como tal porque mantuvo su vínculo subordinado con Santillán Arredondo, Ulises Vargas se declaró diputado independiente. Hoy ejerce una regiduría en el ayuntamiento de Cuernavaca, gracias a su adhesión al Partido Social Demócrata.

Desconozco qué ha sido de Othón Sánchez Vela, quien se desempeñó como diputado local en el periodo 2009 – 2012, aunque me parece que al final de ese periodo lo sustituyó Rubén Román Hernández. Othón llegó a la curul aliancista, dado su vínculo con el clan regenteado por Elba Esther Gordillo.

En el caso de Erika Hernández Gordillo (2012 – 2015), sobrina de Elba Esther, hizo lo que se le dio la gana y desatendió cualquier directriz que le intentara sugerir la dirigencia estatal de Nueva Alianza. Últimamente se supo de ella, promoviendo en la entidad a la agrupación “Maestros por México” y tengo la certidumbre de que nada quiere saber del Panal.

De Blanca Nieves Sánchez Arano (2018 – 2021), puedo afirmar que su gestión parlamentaria muy poco ha servido para proyectar su filiación aliancista de manera comprometida y propositiva.

Designados obedeciendo a voluntades cupulares y no a procesos democráticos internos, esos personajes jugaron por lo general para sus intereses individuales y de facción. Por ello durante su paso por el congreso y en años posteriores, Nueva Alianza les ha valido un comino.

El desdén también lo observo en el desempeñó como diputada federal plurinominal de María Eugenia Ocampo Bedolla, la anterior secretaria general de la Sección 19. ¿Qué es de ella? ¿Qué hace? ¿Espera que termine la gestión de Gabriela Bañón Estrada, con quien nunca sintió empatía y fue ampliamente correspondida, para seguirse ufanando de su militancia turquesa? ¿O de plano ya mira hacia otros lados?

Finalmente, traigo a colación el caso de Ángel García Yáñez, quien primero fue presidente municipal de Zacualpan y luego diputado local por el Verde Ecologista. Cuando obtuvo la diputación federal lo hizo por el Partido Nueva Alianza y para senador contendió por una coalición integrada por el PRI y Nueva Alianza. Se rumora de un distanciamiento actual del senador con el partido turquesa y, en contrario, ya se habla de cercanías con el Partido Redes Sociales Progresistas.

El saldo para Nueva Alianza, según mi parecer y por lo antes dicho, es deprimente. Poco han hecho sus principales beneficiarios para fortalecerlo. Es como si tuvieran la premisa de usarlo y desecharlo. O como si se rigiesen por la consigna de que los que llegan a dirigir a la Sección 19 se les considere como el primero o la primera aliancista del estado de Morelos y, en consecuencia, con las facultades omnímodas, compartidas por los comisionados del CEN del SNTE, de poner y quitar a quienes quieran, con lo cual asumen el compromiso de atender prioritariamente las expectativas del que los puso y no fijarse en hacerle honor a los principios doctrinarios del partido y mucho menos a las expectativas de la sociedad. ¿Así seguirá?

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