Repaso - La responsabilidad gubernamental de informar

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - La responsabilidad gubernamental de informar

Ha de ser muy fácil desempeñar tareas de comunicación social en Morelos. Cuando uno lleva la legua recorrida en esos menesteres, detecta que los responsables, así resulten designados por gobiernos de derecha, del centro, de izquierda o, como el actual, de chile, mole y pozole, transitan por las mismas tendencias y emplean asombrosamente idénticos protocolos y formatos. En un breve ejemplo de boletín, difundido hace algunos meses, se dice:

“El gobernador señaló hoy que en Morelos se construye un modelo por competencias, que debe sobreponerse al paso de los gobiernos, porque certifica y acredita a los jóvenes para insertarse en el mundo laboral y así tener acceso a una mejor calidad de vida”.

Textos así se vienen escribiendo en boletines institucionales desde que se firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB), independientemente del mandatario estatal en funciones y de las supuestas tendencias ideológicas del partido que lo postuló. Quizá sin el pregón neoliberal, la costumbre de informar oficialmente mantiene sus negruras.

Se observa en los boletines, cuando menos, los siguientes aspectos:

1. Están alimentados por un estilo triunfalista desmesurado, así en la realidad las acciones oficiales sean contrarias a las expectativas de la mayoría de los ciudadanos.

2. No se tiene el cuidado de la pertinencia conceptual. En el caso que arriba se aborda, se afirma con una soberbia insultante, la construcción en nuestro estado de un “modelo por competencias” En estricto sentido no es mérito estatal esa aspiración, pues la venían impulsando los gobiernos federales desde hace aproximadamente, cuando menos, 12 años.

3. En el contexto a que se refiere el punto anterior, las autoridades educativas estatales no tiene vela en el entierro y se convierten simplemente en reproductoras de políticas educativas “sugeridas” desde espacios de poder y control en donde no se les toma en cuenta.

4. Cuando esos funcionarios o autoridades o sus pregoneros a sueldo se apropian del discurso implantado, lo multiplican hasta la saciedad y lo defienden con furor, como si fuera propio, pero desprovistos de una idea compleja, reflexionada, anclada en principios esenciales de lo que debe ser la tarea educativa.  En consecuencia, los fines formativos en un país como el nuestro, se parcializan, se ven desde ópticas pragmáticas, allí donde sólo aprecian los árboles, pero no el bosque.  A sus  reproductores lo que menos les importa es la percepción del ser humano integral que se quiere formar, más allá del dominio instrumentalista de las famosas competencias para la vida laboral.

5. Por último, se aprecia en esos textos de “comunicación social”· un desparpajo que raya en el cinismo.  Por lo tanto, en realidad no cumplen con su cometido social y se quedan en el pantano del culto a la personalidad, mediante el cual se intenta proyectar al gobernador correspondiente como un experto en todos los temas.

En fin, la intención de estos comentarios es evidenciar cómo un presunto gobierno de avanzada, actúa y habla en el sector educativo del mismo modo que lo puede hacer otro que se experimente alimentado por otras ideologías más moderadas que las de izquierda o de plano, que las de derecha.

Actualmente, el gobierno de Cuauhtémoc Blanco y colaboradores que le acompañan en el sector educativo, se proyectan como firmes defensores de un modelo que no se está construyendo en la entidad, sino que es producto de las aspiraciones de la llamada Cuarta Transformación, con la idea fuerza de la nueva escuela mexicana, cuya concepción filosófica es lo que menos les importa.

Blanco Bravo, mejor dicho, sus colaboradores, porque él casi no piensa en esos temas, sólo cumple muy bien como mandatario estatal atento a las directrices que hemos mencionado. No nos debe extrañar, por lo tanto, que en cada espacio educativo de la entidad, principalmente en la educación básica, los docentes en su mayoría opinen que en la práctica nada ha cambiado. Y quizá tengan razón.

E mail: profechon@hotmail.com