Repaso - Caja de ahorro del magisterio: ¿pugna gansteril?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso - Caja de ahorro del magisterio: ¿pugna gansteril?

La caja de ahorro del magisterio morelense por lo general ha gozado de cabal salud financiera desde sus inicios, gracias, sobre todo, a la garantía de recuperar totalmente los montos de los créditos otorgados y sus correspondientes intereses.

La fórmula fue elemental: su creación y consolidación se hizo al amparo de las negociaciones que hacía la Sección 19 del SNTE con las autoridades correspondientes. Si no estoy equivocado, en las negociaciones del sindicato con las autoridades gubernamentales, se llegó incluso a solicitar en algunos pliegos petitorios anuales ciertas cantidades económicas para respaldar la administración de esa instancia, que asumió la figura de sociedad cooperativa.

Todo se facilitó a los administradores, principalmente a Pedro Pino Flores, quien fue por siempre, hasta su lamentable deceso, el titular de la caja de ahorro. El acuerdo de que fuera el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, el que hiciera los descuentos a las maestras y maestros socios que solicitaban y se le autorizaban un préstamo. Creo que después, con la misma tónica, el ISSSTE asumió ese compromiso para hacerle los descuentos a los socios jubilados.

No hubo modo alguno, supongo, de padecer incumplimientos de morosos. Sin mucho esfuerzo, ni aparato sofisticado de cobranza, lo único que tramitaban es que el IEBEM les depositara a sus cuentas las cantidades que descontaban del sueldo quincenal de los trabajadores endeudados. Por ello, no lo dudo, la credibilidad como administrador de Pino Flores se mantuve en óptimos niveles.

Así empezó a funcionar la caja del magisterio, con un reglamento o estatuto que se aprobó durante la gestión sindical de Enrique Vargas Larios, quien podría dar una explicación enterada de los fines que presuntamente les inspiró impulsarla. ¿En qué momento se desvirtuaron esos propósitos o, cuando menos, a partir de cuándo y por qué, la caja de ahorro quedó fuera de control de la Sección 19 y, en contrario, Pedro Pino Flores construyó una estructura legal y operacional bajo su total control? Quizá lo podrían explicar los siguientes secretarios generales de la Sección 19, Basílides Nava Ariza y Mario Luis Salgado Salgado. Probablemente fue en esos periodos donde se modificó el reglamento.

Todo intento por “doblegar” a Pedro Pino Flores para que se sometiera a las disposiciones de los líderes de la Sección 19 fueron infructuosos. Las cosas las cuadró muy bien, de modo que, por ejemplo, la figura de asamblea general de socios cooperativistas como el máximo órgano de gobierno, se mediatizó con las figuras de delegados especiales regionales, quienes al final de cuentas eran los que tomaban las decisiones fundamentales para el funcionamiento de la caja de ahorro, entre las cuales estaba la designación de los responsables de conducirla.

La designación de esos delegados regionales fue atribución invariable de Pino Flores, quien impuso la estrategia de que dichos delegados fuesen por lo común siempre los mismos. Y como eran con los que se llegaba a los acuerdos de “asamblea general”, ante la “imposibilidad” de que se convocase a todos los socios, ese grupo de notables “vitalicios” siempre actuó con la encomienda de cerrarle al paso a toda innovación democrática.

Pues bien, en estos días presenciamos la disputa gansteril por el control de la caja de ahorro del magisterio morelense. Las facciones en pugna alegan cada quien que la ley los respalda. Las cabezas visibles sostienen que, en consecuencia, son los legítimos representantes de los miles de socios que aún existen, muchos de los cuales experimentan la incertidumbre, incluso de la suerte de sus ahorros.

Tengo la impresión que ninguno de esos grupos ha sido validado por una verdadera asamblea general de socios, quitando de en medio a sus “representantes”, los supuestos e inamovibles delegados espaciales o regionales, que son, me lo comentaron con lenguaje a tono con el léxico de López Obrador, la mafia del poder que tiene en sus manos esa caja de ahorro.

Entre las dudas que tengo sobre lo que está pasando, es el rol oculto o abierto que en este conflicto desempeña la Sección 19 del SNTE o, por qué no, los representantes del Comité Ejecutivo Nacional, quien seguramente está muy informados de este penoso asunto. Lo que menos creería es que dijeran que están al margen.

 

  • De refilón

Una pregunta más: ¿sigue el IEBEM haciéndole el trabajo de cobrador a la caja de ahorro?  En noviembre del año pasado, el director general, Eliacín Salgado de la Paz, informaba de la cancelación del convenio mediante el cual se realizaban los descuentos. Si eso ya sucedió, ¿cómo están recuperando los montos prestados?

Y como el convenio referido se estableció entre el IEBEM y el SNTE, en su momento, se le cuestionó al respecto a la dirigente de la Sección 19, Gabriela Bañón Estrada, quien declaró que el sindicato no mantenía relación alguna con la caja de ahorro. ¿Será cierto?

Queda mucho por atestiguar en este asunto, sobre todo ahora que observamos la pugna entre filibusteros. A ver qué pasa.

E mail: profechon@hotmail.com