Repaso

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso
  • Eliacín Salgado y la maestra Judith Peña

Un cartón del buen amigo Miguel Ángel, publicado ayer jueves en la Jornada Morelos, da cuenta con puntillosa genialidad del impacto que en la opinión pública pudiera tener la demanda por corrupción que dos ex empleados del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) presentaron en contra de Eliacín Salgado de la Paz.

En el cartón se representa a dos personas, un hombre y una mujer, formados frente a una ventanilla, como en espera de recibir un pago. Detrás de ellos, con el brazo extendido atravesando los cuerpos de esos dos presuntos trabajadores, asoma la mano abierta de Eliacín. El mensaje es claro: se aparenta que los que cobran son los empleados, pero en realidad lo está intentando hacer el funcionario educativo.

Hay una respuesta oficial a esa acusación, que no inhibió la decisión tomada por Dalia Moreno Mañón y Miguel Ángel Moreno Valenzuela para ratificar su demanda legal en la instancia pertinente.

El punto, hay que decirlo, mueve a sospecha, porque Dalia y Miguel Ángel fueron despedidos en el año 2016, pero el IEBEM siguió emitiendo los cheques correspondientes sin que los demandantes los estuviesen recibiendo. Se enteraron de todo ello cuando fueron requeridos por el SAT para que cubriesen los impuestos correspondientes a las cantidades salariales no recibidas. Finalmente, este conflicto habrá de dirimirse legalmente y mientras dure el proceso, la piedrita en el zapato sobre sospecha de corrupción le causará muchas incomodidades a Salgado de la Paz.

Súmese ese sospechoso asunto a las críticas que ha recibido el director general del IEBEM por la compulsión persecutora de algunos de sus colaboradores en contra de la profesora Judith Peña Flores y otros ex funcionarios educativos que estuvieron allí durante el gobierno de Marco Antonio Adame Castillo, quienes enfrentan un proceso administrativo, pero que ello no los convierte en delincuentes o apestados del sistema. A leguas se ven afanes revanchistas o ambiciones de grupo para colocar incondicionales.

¿Qué tan informado estaba Eliacín Salgado de la Paz de esos asuntos? Por la respuesta que dio al grupo de docentes que lo abordaron en el auditorio de la Secundaria 1, en ese caso parece que defendió a quien todos señalaban como el principal instigador de los embates en contra de la maestra Judith. Me refiero a Vicente Hernández. Del mismo modo, todo parece indicar que en el caso de Dalia y Miguel Ángel ya adoptó la actitud de estar al frente del problema y negarles la razón a quienes lo han denunciado.

¿Confía a pie juntillas en sus principales colaboradores? ¿Metería las manos al fuego por ellos? ¿Por todos? ¿Está seguro que pura honradez hay entre ellos y nadie se atrevería a cometer imprudencias, sesgos y abusos?  Cuando el ex gobernador priísta Jorge Carrillo Olea dijo confiar absolutamente en su jefe antisecuestros, Armando Martínez Salgado, se le vinoabajo toda su credibilidad, que ya era poca a esas alturas, pues Martínez Salgado fue evidenciado como el cerebro perverso de los plagios que para ese entonces habían proliferado en Morelos. Todo se le derrumbó como gobernante cuando descubrieron que agentes antisecuestros habían tirado por las inmediaciones de Iguala el cadáver del delincuente Jorge Nava Avilés, alias “El Moles”.

Guardadas todas las proporciones, ¿hasta dónde estará dispuesto el director general del IEBEM de ponerse al frente de sus colaboradores ante cualquier indicio de corrupción?

  • De refilón

Al momento de escribir estos comentarios, la maestra Judith Peña Flores permanecía internada en el ISSSTE de Cuautla. Desde el pasado miércoles, cuando sostenía una reunión con directores de la zona escolar de la que es supervisora, empezó a sentirse mal con síntomas de taquicardia y dolores de pecho. Se le dificultaba respirar y prefirieron trasladarla a urgencias

A las seis de la tarde de ayer jueves, ya le habían realizado algunos estudios, pero fue necesario que un particular le realizase otros exámenes, como el de troponina. “Es un examen —consulté en Internet— que mide los niveles de las proteínas troponina T y troponina I en la sangre. Estas proteínas se secretan cuando el miocardio resulta dañado, como ocurre con un ataque cardíaco. Cuanto más daño se produzca en el corazón, mayor será la cantidad de troponina T e I que habrá en la sangre”.

El reporte que amablemente me dieron sus familiares es que la maestra Judith Peña Flores se mantenía estable, aunque todavía faltaba que la revisasen médicamente en la tarde noche. Espero sinceramente que se restablezca.

E mail: profechon@hotmail.com