Punto Kairo - Dilo por escrito

En opinión de Juan Salvador Nambo

Punto Kairo - Dilo por escrito

Enseñar es establecer una relación. El siglo XXI ha traído diversos enfoques sobre la enseñanza y el aprendizaje que tienen que ver con la formación en la práctica, aprender haciendo, reconocer casos específicos que permitan obtener experiencia para solucionar problemas. Esto es, construir una perspectiva de desarrollo profesional enriquecida por los saberes de la experiencia, buscando situar al docente como voz autorizada de la sociedad del conocimiento (Southwell, 2009).

El estudio de caso como herramienta didáctica (Wasserman, 2006) y el enfoque socioformativo de las competencias (Tobón, 2013) han sido alternativas para lograr que el docente logre situarse como mediador entre el alumno y la sociedad. Sin embargo, lograr las preguntas adecuadas, los retos, la selección de materiales, identificar las emergencias y trasladarlas al salón de clase no es una tarea fácil. Es aquí donde el docente toma un papel relevante, ya que se convierte en un agente que ayuda a identificar los casos que permitan formar el interés de los estudiantes en temas específicos, para después generar conocimientos y ayudar a la retroalimentación y al conocimiento propio y viceversa.

El profesor es un generador permanente de conocimientos. No obstante, existe una notable dificultad del docente para articular ideas que permitan sistematizar el emprendimiento de algún proyecto. Más bien, se caracteriza por solucionar los problemas en la práctica, al momento, sin reparar en alguna toma de evidencia que permita socializar lo aprendido.

En este sentido, el proyecto socioformativo se perfila como una forma ideal para que el profesor sistematice y desarrolle el emprendimiento de proyectos, ya que está fundamentado en el proyecto ético de vida y permite la solución de problemas de contexto (Tobón, 2013). Dichos proyectos deben tener al menos cuatro características: a) pertinencia y buscar obtener productos relevantes mediante la planeación y ejecución de actividades y la comunicación de los resultados; b) contribuir a formar una o varias competencias; c) abordar problemas de contexto; d) evaluación, principalmente a través de mapas de aprendizaje.

La relación profesor-alumno es ahora más compleja, por lo tanto es necesario pensar cuánto hemos ganado en las transformaciones que el oficio ha ido desplegando, pudiendo analizar como productivas algunas incertezas que ponen a prueba nuestro juicio profesional, dotado de mayor autonomía en la vinculación con el conocimiento y con el mundo.

Como sabemos, más allá de las prescripciones existentes, el modo en que las formas de justicia (reflejadas desde el castigo de las indisciplinas hasta las discusiones sobre ética), los roles individuales e institucionales entra en juego en la vida escolar, encierra una serie de cuestiones que no tienen respuesta prefijada, sino que cobran sentido en el devenir de la práctica, en un terreno de decisión que no está previa ni completamente cartografiado. Y es en esta cartografía en la que es importante incidir, en pequeñas o en grandes proporciones, para avanzar en el conocimiento, consciente de que el éxito del Sistema Educativo Mexicano depende de sus docentes.

Por lo anterior, he buscado como ejemplo el siguiente proyecto de investigación denominado “Escribir la educación. Estrategias para atreverse a escribir sobre el tema educativo”. La necesidad o reto que surge es la siguiente: ¿Cómo lograr que los profesores se inicien en el proceso de escritura para dar a conocer sus inquietudes y experiencias para el mejoramiento de su profesión docente? El cual surge como parte de mi trabajo como profesor de la materia de investigación educativa, en el cual se manifiesta la imperiosa necesidad de lograr que los profesores-estudiantes escriban acerca del tema de investigación que les interesa y logren, además hacer un aporte al conocimiento del campo educativo.

Entre las debilidades encontradas con relación al proceso de la escritura están las siguientes, las cuales tienen que con el conjunto de normas que rigen la escritura la cual “no es producto estricto de la razón ni es impermeable a los prejuicios, conflictos sociales y decisiones que nada tienen que ver con facilitarle la vida al usuario... más bien todo lo contrario" (García, 2009, p. 67):

Escribir como pronunciamos: esta situación tiene que ver con la poca familiaridad que se tiene con el proceso de escritura. Sin embargo, no siempre es una debilidad cuando se puede expresar las ideas exactas de lo que se quiere. El problema radica principalmente en que no se expresan las ideas ni siquiera como se habla y aquí el miedo que se tiene a la burla y ser exhibido ante los demás.

No meterse con el Rey y con la Ley. Pocas personas quieren meterse en controversias, principalmente los profesores, quienes a últimas fechas han sido bastante afectados por la opinión pública.

El mundo virtual. Los mensajes de textos y el Facebook ayudan a comunicarnos y ha permitido que podamos comunicarnos con más personas y que le perdamos el miedo a la escritura, pero no siempre nos expresamos de la mejor manera y los profesores estamos obligados a escribir mejor.

Asimismo, la invención de palabras, las nomenclaturas y las vulgaridades científicas pueden ser un problema grave si no se usan adecuadamente.

En otra entrega seguimos expresando más ideas al respecto.

 

Comentarios: juan_nambo@hotmail.com