Presupuesto estatal; vicios y oportunidades

En opinión de Roberto Salinas

Presupuesto estatal; vicios y oportunidades

¿Qué pasaría si en el hogar o en el trabajo realizamos deficiente cálculo de nuestros ingresos o gastos, con errores de hasta 40%? Los padres o directivos realizan cálculos para determinar cuánto será su ingreso por sueldos o ventas y sus gastos para manutención de la casa o la operación de la empresa. Estos cálculos les ayudan a tomar decisiones, en el primero de los casos el alimento del hogar y los gastos básicos como agua, luz, gas e internet, en la empresa sobre cubrir los sueldos de los empleados, la renta de la oficina o industria y de igual forma el pago de servicios básicos o la materia prima para su operación. Posterior a ello, se evalúa si hay la posibilidad de que en el hogar se disponga de recursos para recreación, compra de vestimenta o uno que otro gusto de sus integrantes, en el caso de las empresas se toman decisiones sobre invertir en la empresa, los impuestos por pagar y las utilidades que se entregarán a los accionistas. Realizar malos cálculos en los ingresos y el gasto, podrían terminar en serios problemas como embargo del auto o casa, falta de servicio de luz o internet y en las empresas, problemas para el pago de nómina o falta de cumplimiento en la entrega de pedidos o servicios que podría llevarlos al cierre del negocio.

En el caso de los gobiernos también se determina en qué gastar y cómo, pero son formas muy opuestas porque en el caso del hogar y la empresa saben que los errores tienen costos, en el gobierno, generalmente no les preocupan las consecuencias. A muchos políticos no les interesa qué y cómo hacer para mejorar los ingresos, generalmente esperan los que envía el gobierno federal, recursos que proviene principalmente de impuestos que pagan los ciudadanos y las empresas. A los políticos les preocupa y les ocupa más cómo gastar y en la mayoría de los casos lo hacen muy mal.

En Morelos, el cálculo del presupuesto del gobierno estatal se ha realizado con errores hasta del 39% como lo fue en el año 2016 cuando se estimaron ingresos por 19,975 millones de pesos y los ingresos reales fueron de 27,763 millones, un error de 7,800 millones. En cuanto al gasto, la mayor diferencia se dio en 2017 cuando se estimó un gasto de 21,516 millones y se ejercieron 30,759 millones, una diferencia de 9,200 millones de pesos. Así es como el Gobierno de Morelos lleva al menos seis años siendo el estado con el mayor error en el cálculo del presupuesto en todo el país, Morelos Rinde Cuenta lo ha evidenciado y el Instituto Mexicano para la Competitividad señaló lo mismo en enero de este año. Un empleado de cualquier empresa, con esos errores hubiera perdido su empleo inmediatamente, pero en gobierno y en Morelos no pasa nada, ningún funcionario ha sido sancionado a pesar de la evidente y dañina práctica.

Calcular un presupuesto con tantas diferencias y durante años, no es una casualidad, con ello se evidencian complicidades entre el ejecutivo y el legislativo quienes son los que aprueban el presupuesto, pero más importante aún, tienen la faculta de modificar el presupuesto y no lo hacen correctamente. En estos años, hemos sido testigos de la sumisión y complicidad legislativa para aprobar y fiscalizar los recursos que son de los ciudadanos.

Un presupuesto con tantas diferencias y sin un acto responsable de análisis y evaluación tiene de entrada dos consecuencias, la primera es permitirle al gobierno estatal mover y usar de forma discrecional cerca de cinco mil millones de pesos al año y la segunda, que calcular un presupuesto bajo permite darle menos recursos a la UAEM ya que su presupuesto estatal debe ser de 2.5% del presupuesto total, por lo que desde 2013, año en que entró en vigor esta disposición, se le han dejado de entregar 1,265 millones de pesos, por cada 1,000 millones de pesos de error en el presupuesto estatal, se dejan de dar a la Universidad aproximadamente 28 millones.

El presupuesto se divide en capítulos, luego en partidas genéricas y finalmente en partidas específicas. Los capítulos son grupos globales de gastos semejantes, por ejemplo, el capítulo 1000 engloba los gastos de sueldos y lo relacionado a ellos, el capítulo 2000 de materiales y suministros, el capítulo 3000 de servicios generales, el 4000 de transferencias y apoyos como los recursos que se envían al poder legislativo y judicial, las ayudas sociales o las pensiones. El capítulo 5000 engloba los gastos en bienes muebles, inmuebles o intangibles como el software y licencias, el capítulo 6000 es para inversión públicas, es decir, las obras públicas. El capítulo 7000 es de las inversiones financiera y provisiones para desastres naturales o gastos extraordinarios, el capítulo 8000 para los recursos que se envían a los municipios, fideicomisos o fondos y finalmente el capítulo 9000 para el pago de deuda con bancos o proveedores de años fiscales atrasados.

Al ir al detalle del presupuesto, podemos analizar cada partida presupuestal dentro de esos capítulos, las partidas contienen diversos conceptos de gasto, por ejemplo, la partida 1131 se refiere al sueldo de personal permanente o de base, la partida 2341 se al gasto en combustibles, la 3341 a los servicios de capacitación, la 5411 al gasto en adquisición de vehículos y la partida 6221 a las obras públicas de salud. Con ello, el gobierno del estado de Morelos tiene habilitadas 191 partidas presupuestales en las que debe hacer una programación de lo que planea gastar en determinado año fiscal, al concluir este, se puede observar si el cálculo fue correcto y en su caso analizar las diferencias para que el siguiente año lo realice mejor, procurando las mejores prácticas presupuestales y contables.
 

Durante los años 2019 y 2020, el gobierno del estado de Morelos tuvo diferencias de hasta 5% en el cálculo y gasto final de 15 partidas presupuestales, de ellas, en 10 partidas gastó más recursos sin superar el 5% de exceso y en otras cinco la diferencia fue entre -1% y -5%, en ambos casos pueden ser comprensibles y normales las diferencias. En 74 de las 191 partidas presupuestales, la diferencia entre lo que se aprobó y lo que realmente se gastó fue superior a 5%, algunas partidas llegaron incluso a diferencias de 108,000% y 535,000% ya que en el primer caso se programó para 2019 y 2020 un gasto de 62 mil pesos en la adquisición de cemento y productos de concreto, la realidad es que se gastaron 67 millones. En el segundo caso se programaron 83 mil pesos en materiales para el registro e identificación de bienes y personas, pero se gastaron 445 millones, en esa partida se compraron las placas para vehículos.

En otras 102 partidas las diferencias fueron de -5.2% a -100% de lo programado de gasto, por ejemplo, se programaron 95 millones de pesos para obra hidroagrícola pero no se ejercieron recursos, en el mismo caso se encuentran las obras turísticas al programar 96 millones sin ejercer, en la partida 7911 desastres naturales, se programaron 371 millones y no se ejercieron recursos, en otros casos, como en telefonía celular, fotocopiado, energía eléctrica, espectáculos culturales y viáticos dentro del estado presentan ejercicio de recursos menores a lo programado de hasta 90%, esto podría ser parte de la dinámica de la pandemia de COVID o estrategias de ahorro, lo cual es bueno, porque se pueden destinar recursos a otras prioridades, pero como hemos señalado tantos errores en el cálculo no son buenos y da señales de malas prácticas y vicios en la programación del presupuesto estatal. Con un Congreso que no analiza y debate, el resultado es un desastroso presupuesto con consecuencias sociales y económicas que ya conocemos. En la próxima columna abordaremos las oportunidades en el presupuesto 2022 del gobierno del estado de Morelos.

Roberto Salinas