Observador político - Tiempos de cambio en partidos

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - Tiempos de cambio en partidos

La disfuncional familia política de los Terrazas aún no logra asimilar el golpe político, económico y social sufrirán sí pierden el próximo 24 de octubre la elección de la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional, en la que, de forma inédita en Morelos, únicamente participarán mujeres en el proceso interno.

 

EL HERMANO INCÓMODO.- Todo empezó con la caída del hermano incómodo Óscar Daniel Martínez Terrazas, quién además de haber sido exhibido por los magistrados de un tribunal de alzada al quedar como un político mentiroso y además, falsificador de documentos con la constancias que supuestamente lo acreditaba como una persona indígena sin serlo, en su afán protagónico por continuar cobrando la nada despreciable 105 mil 378 pesos mensuales más los 294 mil 879 pesos que percibía en prestaciones, entre las que se encuentran aportaciones a la seguridad social, un ahorro solidario y la gratificación de fin de año. Es decir, el legislador solo de su salario sin hacer ningún negocio legal o ilegal, tres millones 600 mil pesos que pretendía (es lo que ganan todos los legisladores federales del país) volver a percibir pero que por sus engaños, se quedó en el último escalón de su curul en el Congreso de la Unión.

Un negocio económico y político que habían logrado amasar la familia Terrazas qué, por fortuna, se les cayó gracias al trabajo periodístico que realizó la corresponsal del periódico El Financiero, Verónica Bacaz Rojas, con aquella entrevista que le hizo a Daniel de forma incisiva al evidenciarlo ante la falta de argumentos para responder a sus cuestionamientos por su constancia que logró de autoadscripción indígena, al caer en grandes y severas contradicciones.

Y aunque usted no lo crea, gentil lector lectora, el proyecto de la disfuncional familia política de los Terrazas era ir por la gubernatura de Morelos (se mantiene vigente) para el 2024. Razón por la cual, Juan Carlos, intentó a toda costa antes del proceso electoral de junio de este año, colocar como candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca a su hermano. Hizo todo lo que pudo para instalarlo en esa posición y dejarlo en la considerada antesala a la primera magistratura.

Sin embargo, pese a su enorme altura siempre fue un político enano, ya que no pudo crecer socialmente y con la injerencia de José Luis Urióstegui Salgado, las cosas cambiaron y tuvieron que virar en su estrategia política para amarrarlo al hoy alcalde electo y se fortalecieran con los votos, lo que a la postre así sucedió.

La segunda reacción de Juan Carlos Martínez fue aprovechar la relación de su amigo Marko Cortés, dirigente nacional del PAN para ubicar a su hermano incómodo en la primer distrito electoral federal en Cuernavaca y ante el riesgo de una inminente derrota, se blindaron en la lista de candidaturas a diputaciones federales de la cuarta circunscripción en la que están; la Ciudad de México, Puebla, Guerrero, Tlaxcala y Morelos.

Hasta ahí todo iba bien para el grupo de la “Santísima Trinidad”, como los denomina la militancia del blanquiazul.

Empero, la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, no solo desenmascaro a Óscar Daniel sino que puso en riesgo el proyecto político de continuar perpetrados en la dirigencia estatal de Acción Nacional, en razón de que el 24 de octubre se realizará la elección en la que solamente participarán mujeres y su propuesta, Dalida Morales Sandoval, la tendrá complicado porque la disidencia panista se está uniendo para formar una candidatura que les haga frente e impedir que siga el agandalle en las candidaturas a cargos de elección popular para favorecer a sus hermanos, familia y grupo afín. Además, su proyecto es continuar instalando en puestos de privilegio a sus allegados dentro de los gobiernos municipales como Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Jojutla, entre otros. Hoy su apuesta es ofrecerles a sus incondicionales ingresarlos a la nómina de la comuna capitalina teniendo como aliado al edil electo, José Luis Urióstegui Salgado. ¿Permitirá el abogado dejarse chantajear por los Terrazas?

 

MORENA Y GERARDO ALBARRÁN. - Los tiempos de cambio también se estarán dando en otros institutos políticos como Morena, dónde pese a que Gerardo Albarrán Cruz, secretario general en funciones de presidente, ha decidido literalmente ser un fantasma al esconder la cabeza como los avestruces y negarse reiterativamente a no declarar en temas que hoy en día tienen inconforme a la ciudadanía como la gravísima situación de inseguridad, el desempleo y la pandemia del covid-19 entre otros.

De entrada, el proceso de afiliación de militantes dentro del partido en el gobierno iniciará en los próximos días, sin embargo, todo hace ver que la elección para elegir a su próximo presidente hombre o mujer de Morena en el estado, no será este año sino hasta el 2022.

Por lo tanto, Gerardo Albarrán Cruz seguirá administrando a diestra y siniestra el millón 400 mil pesos que percibe como prerrogativas que les entrega mensualmente el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, sin que rinda y transparente los dineros. De ahí a queja de la militancia que demanda conocer el origen y destino del recurso público que lo manejan como si fuera una empresa privada.

 

EN EL PRI VA JONATHAN MÁRQUEZ. - En el tricolor las cosas son diferentes puesto que una vez que salió la convocatoria, todo indica que él responsable de la expulsión de iconos del PRI cómo Amado Orihuela Trejo, Maricela Sánchez Cortés y Maricela Velázquez Sánchez, así como César Cruz Ortiz, entre otros, está fortaleciendo su proyecto al contar con el respaldo de sectores y organizaciones, aunado a los consejeros políticos estatales.

Por esta razón, Jonathan Márquez actual, quien dejó la dirigencia del PRI y su lugar fue ocupado por Carlos Rebolledo Pérez, presidente interino, es quien se perfila para convertirse en el próximo presidente del Comité Directivo Estatal, además de contar con el respaldo de su dirigente nacional y amigo, Alejandro Moreno, Alito.

Hasta el momento la única que pudiera hacerle sombra es Rosalina Mazari Espín, quien salió muy raspada por su labor en el Congreso, tras el distanció de la dirigencia y la militancia. Un punto a su favor, es que tiene el control por ser la dirigente del Organismo de las Mujeres del partido.

En tanto que otros sectores como el popular, campesino y obrero, así como las organizaciones de los jóvenes, del movimiento territorial estarían dándole el respaldo a Jonathan Márquez, quién anda haciendo proselitismo político, reuniéndose con los consejeros estatales que al final, serán quienes decidan el futuro del PRI por los próximos tres años.

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