¡Me dueles México! - Ejército Infantil
En opinión de Alicia Vázquez Luna
Alicia Vázquez Luna 
Al hacer público que niños y jóvenes se agrupan para autodefensas, me pregunto, ¿a nadie le importa?, ¿Acaso somos tan insensibles?, ¿Qué clase de sociedad somos?
De qué sirven los tratados internacionales que protegen los derechos de los niños, la respuesta siempre es, de nada sirve. No sirven porque son ideales que viajan en la atmósfera diplomática y en la superficie de las estructuras de poder y de sus tres funciones, ejecutivo, legislativo y judicial; a carne de trinchera los ideales no se ejecutan, no se discuten, no importan.
El hecho tan incomprensible de que los niños y jóvenes se autodefiendan del fenómeno de la violencia, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador se divierte rifando un avión, si desde la estructura más alta de jerarquización de poder no existe la firme intención de evitar que los niños y jóvenes se agrupen con armas para formar una autodefensa, qué podemos esperar de las entidades federativas y de los municipios.
Hablando de estos, observe querido lector, que ahora que van a manifestarse los alcaldes por los recursos económicos queda claro que el dinero es lo único que les importa, claro, sin dinero no es posible la operación, pero también es justo señalar que cuando se obtiene no se ejecuta con transparencia, honestidad ni efectividad. El tema de la prevención, como lo saben los expertos, tiene 3 niveles de acción y no existe ninguna institución que esté implementando estrategia para evitar que los niños y jóvenes sean presa de la violencia, como tampoco atender cuando estos son víctimas, menos si se agrupan para autodefensas.
Los niños, según las políticas públicas, son el futuro del país y del mundo, sin embargo, en México, la delincuencia sabe que por tecnicismos jurídicos los pueden utilizar, realizando acciones que causan violencia sin que sean juzgados como adultos. Cómo duele que los niños hoy tengan que tomar un arma y atentar contra otra persona, coadyuvando en este proceso sangriento de teñir de rojo a este país ante la indolencia de las autoridades, tratando de ocultar la verdad de lo que pareciera hoy una guerra civil en México.
¡Me dueles México!
