La sociedad de los POETAS EBRIOS - Voto duro/ ciego/ inútil, aquí

En opinión de Héctor Rangel Terrazas

La sociedad de los POETAS EBRIOS - Voto duro/ ciego/ inútil, aquí

VOTO DURO

Con Cuernavaca como LA JOYA DE LA CORONA a disputarse este domingo 6 de junio, las elecciones en Morelos entran en su recta final en una penosa situación; además de por sus  campañas y candidatos, principalmente ante el sentimiento de decepción y desánimo de los electores que tendrían que estar acudiendo a las urnas.

 

La definición de ese ayuntamiento, donde gobernará uno de los principales contendientes a la gubernatura en 2024, SE DEFINIRÁ, como casi la gran mayoría de los puestos de elección popular en juego, PRINCIPALMENTE POR EL VOTO DURO.

 

Estamos por presenciar la que será muy probablemente LA PEOR JORNADA COMICIAL en la historia del estado, en cuanto al PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN de los votantes. Todo mundo sabe que las intermedias suelen ser normalmente aquéllas con más baja asistencia, frente a ésas cuando se define al gobernador del estado y / o al presidente de la república.

 

Hay proyecciones, sin embargo, que auguran, incluso para una jornada de votación intermedia, a la del próximo domingo como LA MÁS POBRE en cuanto a su atractivo para los ciudadanos cuernavaquenses y morelenses.

 

En ese panorama, EL VOTO DURO de los institutos políticos que, en masa, compiten esta vez aquí, SERÁ AQUELLO QUE PRINCIPALMENTE DETERMINE AL TRIUNFADOR.

 

El próximo alcalde de Cuernavaca se llama Jorge Argüelles o José Luis Urióstegui. Punto. Sus probables ejércitos de simpatizantes (hay que decirlo así para que se animen esos dos abanderados) representan un nuevo tipo de VOTO DURO al que no estamos habituados todavía a entender y reconocer.

 

EL DEL PANISMO, que reinó durante poco más de dos sexenios (hay que recordar que comenzó su camino en verdad ascendente en 1997, precisamente en esta ciudad capital, con aquel joven que hoy envejecido va irremediablemente a una derrota anunciada)  es endeble actualmente. Se diluyó entre distintos partidos, incluso con escisiones que se incrustaron en Morena.

La desaparición de la sagrada familia y el arribismo (que no, arribo) de aquéllos que se adueñaron del negocio, andan quemando el apellido, hace que se antoje como difícil una gran masa de panistas apoyando al IZQUIERDISTA José Luis Urióstegui. La medianamente buena fama de éste, y los simpatizantes con que cuenta, y los que todavía hoy esté logrando acercarse son la mayor y más factible opción para derrotar en las urnas al candidato oficial.

 

El VOTO DURO MORENISTA es nuevo y peculiar y, sin duda, el más amplio actualmente. Ahí sí hablamos de ejércitos de jóvenes (algunos estudiantes y otros en trabajos con subsidiados), sembradores de árboles, personas de la tercera edad y otros qué multitudinariamente reciben miles de pesos al mes, o bimestralmente, o trimestralmente, y qué no están en disposición de poner en riesgo esos pesos que hacen una diferencia enorme.

Pero en realidad no hablamos ahí de uno duro  SINO DE UN VOTO CIEGO; "voy a votar por Morena para que no me quiten el apoyo", se escucha una y otra vez por todos lados.

 

Ése es el factor fundamental de ese sufragio de aquéllos que tacharán el logotipo de Morena en las boletas sin razonar más que en su ingreso extra, AUNQUE NO HAYAN SIQUIERA LEÍDO A QUIÉN ESTÁN RESPALDANDO; cuadro penoso y vergonzoso, pero es el que constataremos ya desde la noche de este domingo que viene.

 

VOTO INÚTIL

Y luego están todos los demás, a quienes escuchamos cotidianamente pedir el voto útil que según sus discursos se define muy fácilmente como "aquel que me den a mí".

 

Lo que llegaron a representar esas masas de decididos priistas y perredistas ya no existe más. Los primeros, aún visibles y localizables (aunque en número muy reducido), garantizarán al tricolor, bajo el nombre de Cipriano Sotelo, su permanencia y su posibilidad de luchar por el segundo lugar. No más.

 

El perredismo de cepa está desaparecido, donde los miles de soldados que le dieron vida en suelo tlahuica se fueron principalmente con Morena. Los pocos que quedaban están siendo recuperados por el graquismo, hoy con nombre de Progresa, por lo que Jorge Arizmendi pasará a la historia como el último abanderado de ese instituto a presidir Cuernavaca.

 

Todos los demás son lamentable relleno que sólo confunden al lectorado y que surgen de la misma podredumbre partidista, amén de actuales funcionarios públicos que buscan incursionar en este negocio de la grilla, ante todo lo que un milagroso escaño o presidencia municipal les puede otorgar.

 

Votar por cualquiera de ellos es un voto inútil y no otra cosa.

 

En algún otro momento, hablaremos sobre el VOTO NULO, genuina expresión de desprecio a esa clase política y gubernamental referida, y que nada tiene que ver con el ABSTENCIONISMO (el seguro vencedor el próximo domingo), pues representa una forma de participación que busca expresar el repudio que muchos tenemos hacia la nulidad de opciones.