La menor del Cobaem abusada: las secuelas

El Colegio no sólo fue omiso ante los ataques; ha brindado nulo apoyo a la menor y a la familia
La madre de la víctima acusa que su hija fue dada de baja de su escuela, con lo que, además, la dañan en su proyecto de estudios

La menor del Cobaem  abusada: las secuelas

(2a y última) La justicia para la menor estudiante del Colegio de Bachilleres (Cobaem), plantel 03, en Oacalco, Yautepec, víctima de estupro, por Alexander N (presunto responsable) no sólo se constriñe al castigo judicial que habrá de llegar.

La joven también ha sido víctima de la insensibilidad e interés por parte del Colegio, cuyo máximo responsable es Víctor Nájera quien, a decir de la familia de la adolescente, ha perjudicado a ésta y nunca le brindó su apoyo.

Además de omisiones evidentes de las autoridades del Colegio de Bachilleres, en cuanto al cuidado que debían proveer a la estudiante, los directivos de dicho sistema, comenzando por Víctor Nájera, director general, se mostraron indiferentes e insensibles ante los daños a su alumna y, en consecuencia, se le negó cualquier apoyo, según el recuento de la madre de la víctima, como ya ha sido publicado en estas páginas.

Lo último que la familia de la adolescente supo fue que el Cobaem ya había dado de baja a la menor, pese a que había una solicitud de la Comisión de Derechos Humanos, en sentido contrario, para preservar el derecho a la educación de la menor a quien, de momento, no le hacen válida ya su trayectoria en el nivel bachillerato, y quien tendría que iniciar desde cero sus estudios, si se pretende que continúe su trayectoria académica.

La señora informó que luchará para que, al menos, el Colegio le entregue la validez documental de la proporción de estudios que, satisfactoriamente, tenía ya completada la estudiante quien, además, se destacaba por su excelencia, proyecto de vida que se vio detenido por el ataque criminal que está pronto a ser confirmado judicialmente, sólo antes de conocerse la sentencia de los años que Alexander N deberá cumplir ante el delito del que aún es sólo presunto.

En tanto, la estudiante en receso mantiene sus consultas de ayuda psicológica para normalizar su vida. Le impidieron ejercer, por el momento, su derecho a la educación. Está en espera de regresar a estudiar, en cuanto el papeleo pueda ser concluido por su mamá, quien se divide entre el trabajo, la atención a su casa, el seguimiento al proceso judicial y la atención a las prioridades cotidianas que debe atender la gente trabajadora, como su esposo. La continuación de esos estudios truncos quizá se concrete una vez que Alexander esté ya en algún penal del estado.