Juego de Manos - Un Estado que se enrojece

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Un Estado que se enrojece

Como te escribía la semana pasada, la Suprema Corte de los Estados Unidos anuló el fallo de 1973, con lo que el aborto en el país deja de ser un derecho constitucional y, como consecuencia de ello, queda a la discreción de cada estado su ejercicio legal y seguro o su penalización. Al momento en que se escribe esta columna, estados como Texas, Ohio y Florida han establecido medidas restrictivas en materia de aborto.

Dentro de este contexto, la opinión pública se divide en discursos a favor de la penalización, bajo el argumento de que son acciones que salvan vidas en potencia, y quienes se manifiestan en favor del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo que, vale la pena señalar, han sido declarado un derecho humano por instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas.

Es decir, este primer impacto, y las acciones que pudieran desencadenarse a partir de ello, representan un retraso a pasos agigantados para esta nación, y gran parte de la agenda nacional e internacional sustenta esta hipótesis. En este sentido, diferentes integrantes de la iniciativa privada de los Estados Unidos han lanzado programas y acciones de apoyo en favor de las mujeres que deseen acceder a una interrupción voluntaria del embarazo, en los espacios donde aún se ve como un derecho en el horizonte.

Empresas como Disney, JP Morgan, Meta, Reddit, Amazon, Apple, Microsoft, Starbucks, entre otras; están ofreciendo a sus personas trabajadoras la cobertura de los gastos de traslado hacia los estados en donde, hasta el momento, el procedimiento de interrupción voluntaria del embarazo sigue siendo una garantía para las mujeres y personas gestantes.

De igual manera, medios de comunicación como el diario Washington Post han publicado información relevante en la materia, como una guía para que las personas que decidan practicar un aborto puedan hacerlo sin dejar atrás una huella digital. Lo anterior, con la finalidad de que el acceso a este procedimiento se pueda realizar no solo con seguridad médica, sino también previniendo el acoso que pudieran surgir por las autoridades que se posicionan en contra de estas medidas.

En un país donde el aborto era visto como una garantía para todas las personas, resulta llamativo que ahora sea el sector privado quien vele directamente por atender el derecho humano de las mujeres y personas gestantes, ante un Estado que se enrojece conforme se acerca el 2024 y les da la espalda, bajo la amenaza del retorno del Donald Trump a la Casa Blanca.

 

Alito a las armas

 

Polémica tras polémica, el presidente nacional del PRI, Alejando Moreno, continúa llamando la atención (por todas las razones equivocadas). La semana pasada, el dirigente declaró que, a partir de la vulnerabilidad de las y los mexicanos frente al crimen, era imperativo legalizar la portación de armas en el país pues, argumenta, la gente está cansada de estar desprotegida frente al crimen organizado.

Hay un viejo dicho que asegura que quienes no conocen la historia están condenados a repetirla, existe otro que establece que quien porta un arma debe estar preparado para usarla. En este caso, Alito parece no estar familiarizado con la historia inmediata que ocurre en el país al norte de nosotros, donde el acceso a las armas de fuego ha llevado a que la propia población sea un peligro para sí misma, y los protocolos de acción ante tiroteos masivos en escuelas de todos los niveles han sido adoptados dentro de la normalidad de la nación, a partir de la frecuencia y magnitud de estos lamentables acontecimientos.

De igual manera, no está tomando en consideración el hecho de que el grosso de la población no está capacitado para portar y utilizar armas de fuego. Esto no es un videojuego, un arma en manos no entrenadas es un peligro para todas y para todos. Vaya, en resumidas cuentas, si bien la estrategia de abrazos, no balazos ha sido ineficaz para dar solución al grave problema de inseguridad que se vive a lo largo y ancho del país; pasar a los balazos, sin abrazos, únicamente aumentaría el flujo de sangre en México. Hay que buscar opciones más allá de las ocurrencias y de las víceras.

La lluvia de burlas y reclamos en contra de este líder derrotado no se hicieron esperar, mientras que la situación interna de su partido clama por su renuncia. Lo que anteriormente fue el partido hegemónico en el país (dicho de manera estrictamente descriptiva), hoy es un partido pequeño, diminuto, que como nieve de Alpuyeca se encuentra a la merced del tiempo, que lo evapora de prisa. Irónicamente, el recurso más efectivo ahora es la unión de fuerzas, cuya suma aún deja un escenario poco optimista. Quien pensaría que el partido planeta, se convertiría en un potencial satélite.

 

Por cierto

 

El Inegi publicó la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021, un ejercicio novedoso en el país. El antecedente inmediato de este mecaniso de medición poblacional es la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, cuyas cifras, evidentemente, han cambiado durante estos años.

Ahora, podemos conocer con mayor precisión a este sector en el país, sus condiciones de vida, de desarrollo personal y profesional, así como su percepción respecto a la calidad de vida y respeto de sus derechos. A manera de resumen, podemos destacar una serie de cifras:

En México, 5 millones de personas se autoidentifican LGBTI+ —es decir, el 5.1 % de la población de 15 años y más—, el 81.8 % se asume parte de esta población por su orientación sexual, 7.6 %, por su identidad de género y 10.6 %, por ambas. Las entidades federativas con mayor población LGBTI+ en el país son: el Estado de México (489,594), la Ciudad de México (310,788) y Veracruz (307,858). Morelos se encuentra en el puesto 18 de 32, con 112,675 personas pertenecientes a este sector.

No obstante, cuando se contrastan estas cifras con la población neta la cosa cambia. Morelos se encuentra dentro de la clasificación más alta, en cuanto a porcentaje de población LGBTI+ mayor a los 15 años, con un 7.2% de su población. Como referencia, Colima (la entidad con el porcentaje más alto) cuenta con un 8.7%.

Sin duda, este ejercicio estadístico será una herramienta importante para el análisis de políticas públicas presentes y futuras, así como para la toma de decisiones en el país. Ahora, con el cierre del mes del orgullo y con el estreno de esta encuesta, habrá que estar pendientes a una mejora en las acciones en favor de este sector poblacional. 

 

El tiempo dirá:

diegopachecowil@gmail.com