Juego de Manos - ¿Regular influencers?

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - ¿Regular influencers?

Las y los influencers, día con día, ocupan más espacios dentro de la agenda. Hace una semana te escribí sobre el caso de YosStop, youtuber que fue denunciada por pornografía infantil y, el lunes, vinculada a proceso. Semanas antes, observamos como un grupo de personalidades de internet usaban sus redes para hacer propaganda en favor del Partido Verde (en plena veda electoral). En el mismo rango temporal, vimos la controversia generada por la proteína de Bárbara de Regil, cuyos nutrimentos, de acuerdo con un estudio, no concordaban con aquellos señalados en su empaque. 

Y así, ha habido un sinfín de polémicas alrededor de aquellas personas a las que hoy definimos como influencers. Estos conflictos han llamado a un debate en torno a cuál es la frontera de la libertad de expresión, así como sobre el por qué de las indulgencias hacia el comportamiento de las personalidades de internet, y su virtual inmunidad ante aquellos actos por los cuales las personas comunes enfrentaríamos juicios penales y sociales en un abrir y cerrar de ojos. 

En este sentido, 3 organismos civiles se han dado a la tarea de recopilar firmas a través del portal change.org, con la finalidad de llegar a una actualización de la Ley Federal de Protección al Consumidor y crear una iniciativa de ley que regule la publicidad hecha a través de creadores de contenido. A esta medida, se le nombró Ley Influencer.

Este llamado— que, hasta el momento en que se escribe esta columna, no ha sido rescatado por el Legislativo— parte de una ausencia de normatividad en la materia, lo que permite que las y los creadores de contenido puedan publicitar bienes y servicios sin declarar su relación con las marcas. Así, tienen la libertad de anunciar, por ejemplo, una proteína y disfrazar el mensaje como una recomendación genuina (a pesar de haber recibido un beneficio por hacerlo).  

Entonces, ¿qué pretenden alcanzar con esta petición? Definir la publicidad con creadores de contenidos, obligarles a transparentar dichos actos, generar certeza legal a influencers y empresas durante estas prácticas—estos 3 primero puntos me parecen plausibles y relevantes—; también, otorgar la responsabilidad de monitorear esta ley a una organización de la sociedad civil y brindar, en conjunto con las 3 organizaciones civiles, capacitaciones para las y los creadores de contenido. Por su naturaleza parcial, los últimos 2 puntos no son realizables.

La idea general es buena, pues daría una actualización necesaria a nuestro marco normativo, un paso que ya se ha dado en otros países como Alemania o Estados Unidos; sin embargo, hasta el momento no existe señal de que esta vaya a ser analizada por el Congreso. Seguimos pendientes.

 

Justicia 

 

Hablando de influencers. La semana pasada te conté sobre el caso YosStop, en el marco de su posible vinculación a proceso por el delito de pornografía infantil (alerta de spoiler: sí la vincularon). Como te comenté, este proceso se ha convertido en un doble juicio —social y penal— que los equipos legales de ambas partes buscan ganar. 

Del lado de la influencer, voces muy cercanas a ella difundieron comunicados exigiendo que se le libere del penal de Santa Martha Acatitla. Inclusive, en un monólogo, la mamá de la acusada hace un llamado directo a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para que dé seguimiento a este caso. Hasta aquí, no hay nada fuera de lo ordinario.

No obstante, llamó la atención la respuesta de la dirigente capitalina, quien solicitó a la Fiscal, Ernestina Godoy, recibir a la mamá de la youtuber. Evidentemente, ello desató descontento en redes y por parte de Ainara, quien señaló que la madre de YosStopno fue la única quien sufrió por este caso, ya que su madre también ha sido víctima de amenazas de muerte. Señaló que le parece injusto que se tome en cuenta únicamente a una de las partes.

Ojo, aquí, primeramente, hay que señalar que este no es un tema de que mamá sufrió más, porque el dolorde una u otra no es comparable. Por otro lado, la justicia no se basa en hechos subjetivos como este, sino que obedece a una serie de factores predeterminados, cuya raíz se basa en debates previos que —en el mundo del deber ser— están actualizados.

Por el momento, vemos un presunto favoritismo hacia una de las partes —algo que no sería extraño dentro del sistema de justicia mexicano—; no obstante, el equipo de abogados de Ainara acertó al momento de publicitar y visibilizar el caso, ya que, de esta manera,construyó una protección mediática para la imparcialidad del juicio.

Aunque este no sea un escudo infalible, sí implica que la persona que juzgue el caso pensará dos veces antes de tomar una decisión ajena al marco de la ley. La cuenta regresiva para el desenlace de este juicio ha dado inicio y, seguramente, veremos más mensajes de ambas partes buscando hacerse de la simpatía de la opinión pública.

 

Por cierto

 

El Vasalgel es un nuevo método anticonceptivo para hombres que se aplica a través de una inyección de polímeros en el conducto deferente (es decir, ahí abajo) que actúa como barrera. Tiene una duración de hasta 13 años, es 97% efectiva y reversible. 

Su existencia es una noticia positiva —a pesar de que aún no esté disponible en México— puesto que pone sobre la mesa una eventual nueva opción para que podamos evitar embarazos no deseados y compartir la responsabilidad reproductiva. No obstante, en un país en el que educación sexual es carente como en el nuestro, nuevos métodos anticonceptivos no solucionan el problema que buscan enfrentar.

Lamentablemente, los embarazos no deseados, el contagio de ETS y la violencia sexual no son problemáticas que nacen de una falta de opciones para atenderlas; sino que parten de una falta de educación en la materia y, en ocasiones, de una nula empatía con la pareja cuando se trata de protegerse.

El éxito de esta inyección en México está por verse, puesto que su aplicación conlleva mayores dificultades que otros métodos anticonceptivos; sin embargo, desde este momento es posible anticipar que alzará nuevas conversaciones en torno a lo que cada hombre está dispuesto a hacer para gozar su sexualidad con “mayor libertad”. Lamentablemente, es común que la responsabilidad anticonceptiva recaiga sobre la mujer. Habrá que ver quienes estamos dispuestos a enfrentarnos a una aguja en un lugar incómodo para compartir este deber.

 

¿Lo harías?:

 

diegopachecowil@gmail.com