Inclusión Educativa en la UAEM - Sistema de Escritura: Liliana Tolchinsky

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - Sistema de Escritura: Liliana Tolchinsky

En la entrega anterior comentábamos cómo Ana María Kaufman ponía en contacto al niño que todavía no dominaba el descifrado a que anticipara el contenido probable de diferentes soportes materiales de texto, como parte de la comprensión lectora; así como predicciones de contenido complementario en enunciados cuyo inicio se le daba a conocer, también, como parte de la comprensión de textos. Con el propósito de que se iniciara en el descifrado a partir de la comprensión y no a la inversa. También, hacía descifrar textos de canciones conocidas a los niños; o, refranes ya sabidos por los pequeños lectores. Esta inducción al descifrado es más gradual que de lleno descifrar para comprender los que se sonoriza u oraliza en voz alta, que resulta tortuoso para los niños que se inician en la lectura y escritura. También, Kaufman considera importante que los niños logren identificar diversos usos sociales de la lengua escrita, en esta línea de investigación. Es el caso de la tipología de los textos. Como son los textos literarios: Cuento, Novela, Obra de teatro, Poema. Textos periodísticos: Noticia, Artículo de opinión, Reportaje, Entrevista. Textos de información científica: Definición, nota enciclopédica, informe de experimentos, monografía, biografía, relato histórico. Textos instruccionales: Receta, instructivo. Textos epistolares: carta, solicitud. Textos humorísticos: historieta. Textos publicitarios: aviso, folleto, afiche. Todo esto con una estrategia comparativa y funcional. No para definiciones, ni cuestiones de profundidad, sino para que reconozcan la variedad de los usos de la escritura en su entorno y que agudizan sus anticipaciones de contenido. Es por demás divertido para los niños pequeños. Estos trabajos vienen en su libro: “La escuela y los textos” de editorial Santillana (2003).

Este libro existe en la Biblioteca de los 2 mil Centros de Maestros, cuya selección fue acuciosamente cuidada por el propio Subsecretario de Educación Básica de esa época, el Mtro. Olac Fuentes Molinar.  

El sistema de escritura tiene condiciones propias que no comparte con la lengua oral que es importante identificar. Es el caso de las mayúsculas -no se pronuncian-, la puntuación como el punto, la coma, el punto y coma. Que su entonación en el habla es muchas veces imperceptible y sirve más para la escritura y la comprensión cabal del mensaje. Algunos signos como la pregunta y la interjección (¿? ¡!). Algunas letras “mudas” como la “H”. Algunas homófonas como “horca y orca”. Algunas homógrafas que tienen sentido en el contexto del enunciado. Y lo más importante, los espacios entre las palabras, es propio de la escritura. No existen los espacios en la lengua oral. De hecho, no existían tampoco en la escritura. Fue un invento en la Edad Media, antes se escribía todos los enunciados unidos, hilados.

En los textos que se compartían en la antigüedad y en buena parte de la Edad Media, se hacía en la lengua universal de la época, el latín. Los conventos religiosos estaban vinculados (imaginemos El Nombre de la Rosa) y enviaban pergaminos con oraciones y textos espirituales de interpretación. Todo en latín y con enunciados todos unidos en la escritura. Para comprender estos textos, era necesario que fueran leídos en voz alta. Quien los leía se escuchaba e iba entendiendo el texto, como si fueran notas musicales en ejecución. De hecho, había lecturas en colectivo. No era necesario que todos supieran leer, bastaba con uno que fuera descifrando (aquí sí descifrando para comprender). Como si fueran pequeñas reuniones de música de cámara. Cuando los pergaminos llegaban a países sajones, era más difícil la lectura del latín. Y en uno de estos conventos, uno de los friales, se le ocurrió separar palabra por palabra para poder realizar una lectura fluida y sin tropiezos del latín. Incluso, descubrió que así con espacios entre las palabras se podía leer en silencio, sin oralizar el texto. Así se descubrió la lectura individual en silencio. También permitió una reflexión metalingüística sobre lo que eran las palabras y su función gramatical en el texto. Esto fue un gran invento de la cultura occidental.

Kaufman, como hemos comentado procura iniciar, más que le lecto-escritura, la Lengua Escrita desde la escritura y sus soportes. Liliana Tolchinsky, de la Universidad de Tel Aviv (también, discípula de Emilia Ferreiro) también busca iniciar a los niños desde la Escritura. Todos los métodos de iniciación tienen un fuerte componente oral. Como si la Lengua Oral y la Lengua Escrita fueran los mismo y fueran transparentes entre sí. Sabemos que el inglés, por ejemplo, es más opaco que el español, que es más transparente. Pero no el 100% transparente como se ha creído o se tiene la ilusión de que así es.

Se considera que las escrituras que corresponden uno a uno con la palabra oral, son representaciones “gráficas” y las que no corresponden son representaciones “ortográficas”. Para los latinoamericanos las C, la S, y la Z, son palabras con representación ortográfica. No así para los españoles en castellano, que tienen pronunciación que permite diferenciar con cuál de las tres letras corresponde su representación gráfica, para ellos.

Iniciar la Lengua Escrita desde la escritura es una forma eficaz. Para luego ligarla a la Lengua Oral, porque tienen una vinculación importante, pero no es una un mero código escrito de la otra. Ambas forman parte de la Lengua Española (Castellana), pero no una depende de la otra, como si la Lengua Oral fuera la raíz primaria de la Lengua. Existen, a partir de la escritura, muchos préstamos de la Lengua Escrita a la Lengua Oral, que no siempre se reconocen. Incluso, lo últimos trabajos de Emilia Ferreiro se ocupan de este tema. No formula y habla igual una persona alfabetizada que otra persona no alfabetizada. Su lengua oral se va perfeccionando con la Lengua Escrita y no a la inversa como se creía.  

Tenemos que tener presente que con las investigaciones psicolingüísticas psicogenéticas de Emilia Ferreiro y colaboradoras la Lengua Escrita es una nueva ciencia, o un nuevo objeto de conocimiento. Pero este es otro tema que debemos de abordar en otro momento.

 

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