Inclusión Educativa en la UAEM - La Discapacidad, autopoyesis de la Inclusión: UAEM

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - La Discapacidad, autopoyesis de la Inclusión: UAEM

Humberto Maturana acuñó el término de autopoyesis, o autopoiesis, para explicar el proceso de autocreación biológica molecular de las primeras células. Una paradoja que pasado a lo cotidiano es decir que primero fue el huevo y no la gallina. Y se rompe el paradigma de quien crea el primer huevo, y se deja de buscar esa primera gallina, porque el huevo se autocrea, por decirlo en simple. Ha sido tan importante esta teoría de la biología molecular del chileno Maturana, que el propio Piaget lo cita para apoyarse en la explicación de la génesis del desarrollo de la inteligencia humana. Experimentalmente demostrada en el desarrollo del niño, desde sus primeros días de nacido.

 

También resuelve un dilema en la psicología al referirse a la autopoyesis psicogenética. Las dos teorías enfrentadas, a principios del Siglo XX, era la maduracionista de Arnold Gesell y la conductista de John Watson, que explica el desarrollo a través de la conducta como respuesta al estímulo del medio ambiente. La primera explica el origen del desarrollo a través de las condiciones endógenas contenidas hereditariamente en el sistema nervioso que conforme va madurando con la edad se va desarrollando desde el niño hasta el adulto. Mientras que en el conductismo su explicación es exógena al niño. Ya que es la estimulación del entorno social lo que va estimulando la conducta del niño para su adaptación a las exigencias de su contexto social.

 

Jean Piaget, por esa misma época va a dar una explicación que no se ciñe ni a una, ni a otra de las teorías en pugna. A partir del reflejo de succión del bebé que es de origen hereditario de la especie en los humanos y en todos los mamíferos, y que no requiere para su elicitación de ningún estímulo externo, sino de la interocepción fisiológica de la sensación de hambre en el bebé, que lo dispara de forma automática. Y comienza a succionar con o sin el pezón de la madre en su boca. Este reflejo es circular, con el que ya viene equipado el recién nacido. Incluso hay bebés que logran succionar su pulgar en el vientre materno. Cuando el bebé logra succionar otro objeto físico que no es el seno de la madre, Piaget habla de que se ha producido una reacción circular primaria. ¿A qué objeto físico se refiere este ejemplo? A su propia mano o dedos de su mano. No es un objeto fuera del propio bebé. Esto es, esta succión se va a acomodar al nuevo objeto de su succión. Y lo va a repetir a placer. Ya no ante la necesidad de alimentación como el reflejo original. El reflejo se descompone en un movimiento motor boca-mano. La mano no es un estímulo externo, es su propio estímulo.

 

El bebé no tiene aún la preparación de su sistema nervioso para responder ordenadamente a estímulos externos, pero sí a su propia estimulación, a su propiocepción. La actividad genera el desarrollo en el niño. De esa reacción circular primaria viene una secundaria, que es coordinar la acción de un objeto para interactuar con un segundo objeto físico. El niño responde en función a sus esquemas de acción, selecciona el estímulo en acuerdo a sus esquemas y no a la inversa, que el estímulo le provoque una respuesta. Muchos movimientos físicos de su alrededor no son estímulos para él. No puede asimilarlos.

 

Esta explicación es la de un desarrollo autopoyético. Que psicogenéticamente se autogenera a partir de la reacción circular primaria y así sigue hasta secundaria y terciaria. En la terciaria, es cuando descubre el mecanismo físico de la causalidad. Si bien el origen es autopoyéctico, las etapas subsiguientes son sensibles a la socialización de su entorno. Piaget, cuando encuentra el concepto de autopoyésis de Maturana, en los años 70s, lo reconoce como referente de lo que ya había explicado en los años 30 y 40 del Siglo pasado.

 

La autogeneración de procesos a partir de la actividad es, también, una explicación epistemológica de la creación del conocimiento científico. Que no responde a la que el positivismo ha impuesto en la visión cientificista de causa efecto directo de los procesos sociales.

 

Es aquí donde entra el ejemplo de la inclusión en los centros educativos, desde una escuela hasta una universidad, como es el caso de la UAEM, la UNAM y cerca de 10 universidades autónomas y tecnológicas inclusivas más, que hay en el país. ¿Cuándo se comienza? ¿Es cuando el personal docente está capacitado? ¿Y, cómo se capacitan los docentes si no hay alumnos con discapacidad? Es un dilema como el huevo y la gallina de los orígenes. La presencia y actividad de las personas con discapacidad en los centros educativos o en las universidades son la ocasión de la inclusión. Cuando habitan las universidades, “habitar” en el sentido fenomenológico del término, como se refería Merleau Ponty sobre el lenguaje. Decía al lenguaje hay que habitarlo para conocerlo. Esto es, los alumnos con discapacidad son en sí mismo el mecanismo autopoyético de la inclusión. Ni antes, ni después. Son el origen, la génesis.

 

La autopoyésis es el principio básico de la inclusión de las personas con discapacidad y de todos los excluidos.

 

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