Inclusión Educativa en la UAEM - El Enfoque Histórico-crítico de los Modelos de Atención a la Discapacidad

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - El Enfoque Histórico-crítico de los Modelos de Atención a la Discapacidad

Los Modelos de Atención a las Personas con Discapacidad se presentan lineales y unidireccionales en el tiempo. Como si hubiere sido suficiente el paso del tiempo para su sucesiva aparición. Así, el Modelo Asistencialista pregonaba la ineducabilidad de las personas con discapacidad; el Modelo Médico Rehabilitatorio, el que sólo algunos eran educables; Y, el Social Educativo, el que todos son educables.

 

Existen contradicciones entre el planteamiento del Modelo y la realidad que pretende abarcar. Éstas, por lo regular, son negaciones de la sustancia del Modelo. Tales negaciones propician su transformación como parte de su proceso histórico. Porque no son Modelos cerrados, sino abiertos a los acontecimientos históricos impredecibles, hasta cierto punto. La necesidad lógica -sistémica- del Modelo no responde plenamente al azar histórico del momento.

 

La Lengua de Señas propició la educabilidad de los Sordos en pleno Modelo Asistencial; lo mismo, el código Braille para los ciegos. En México y América Latina, en el último tercio del Siglo XIX. Y a principios del Siglo XX (1905) se crea el primer Test para medir la inteligencia en los niños escolares, en París. Diez años después es revisado y perfeccionado y toma el nombre de sus emblemáticos autores (Alfred Binet y Theodor Simon): Binet-Simon. Para 1925 ya es aplicado en México y aparecen los primeros niños débiles mentales, diferenciándolos de los deficientes profundos. Surge así una población que no pertenecía al grupo normal de inteligencia mental, que era también educable.

 

Lo anterior, contradice el hecho de que los niños con discapacidad sean ineducables; y surge un nuevo Modelo de Atención a las Personas con Discapacidad, el Modelo Médico, con todas sus herramientas de medida para instaurar su diagnóstico y su tratamiento terapéutico. Se pasa a una afirmación nueva sobre las personas con discapacidad: algunas sí son educables.  Eran buenas noticias iniciando el Siglo XX.

 

Además, era explicable por condiciones naturales, tipo causa-efecto, la deficiencia y debilidad mental, por motivos hereditarios, congénitos durante la gestación, al nacimiento o adquiridos por infecciones, o lesiones por accidente. Había un razonamiento positivistamente científico de la época.

 

Aparecen, ya bien entrado el Siglo los casos de escolares que con inteligencia normal o superior que no lograban aprender el cálculo elemental y la lecto-escritura. No respondían a causas naturales. Para ser coherentes con el paradigma científico de la época, se acuñó el término de disfunción cerebral mínima. Que no detectaban los aparatos diagnósticos, por ser tan mínima la lesión, como su nombre lo indicaba -según esto-.

 

Esta contradicción puso en crisis al Modelo Médico Rehabilitatorio, porque ya no respondía al paradigma de la discapacidad. Eran niños, aparentemente, sin discapacidad y con problemas de educabilidad. Y la presencia de niños con discapacidad con plena capacidad educable incrementaba la contradicción.

 

Aparece un concepto que incluye a niños con y sin discapacidad para que sean igualmente atendidos, el de las Necesidades Educativas Especiales (NEE). Que no era un concepto diagnóstico, era un señalamiento de la necesidad de satisfacer la atención con recursos adicionales o diferentes, sin importar que tales niños tuvieran o no discapacidad. Incluso, que no perdieran por presentar NEE su lugar en la escuela y quienes estaban excluidos, aprendieran juntos en la misma escuela regular. Como un derecho más que por una demostración de capacidad estándar.

 

Esta contradicción sobre la discapacidad y su entorno de exclusión o inclusión dio pie a un nuevo concepto de la discapacidad: el concepto social de discapacidad. Para mayor paradoja quien acuñó este concepto fue un investigador de la Universidad de Shoenfeld, Inglaterra, junto con otro como él, se dieron a la tarea de investigar sobre este campo. Se trata de un grupo de científicos que tienen discapacidad. Gracias a ellos y a un conjunto muy complejo de situaciones históricas, que haya surgido el Modelo Social de Discapacidad.

 

La negación del modelo, como parte de una contradicción dentro de él, lo pone en crisis y hace que surja uno nuevo, que responde mejor a una aproximación de la realidad. Al final, se conservan elementos de los modelos anteriores en el último. Así tenemos todavía del primer modelo la Lengua se Señas y el Sistema o código de escritura Braille, vigente en nuestros días; procesos despatologizantes de la lecto-escritura, del cálculo y del conocimiento de las ciencias naturales y sociales que surgieron en el Modelo Médico y que prevalecen hoy como parte de la didáctica en procesos de inclusión.

 

El enfoque histórico-crítico nos evidencia que las contradicciones de los Modelos de Atención de las Personas con Discapacidad movilizan su superación.