HUMANOS MEXICANOS

En opinión de César Daniel Nájera Collado

HUMANOS MEXICANOS

En naciones azotadas, un ídolo siempre tendrá perdón. Esto es lo que sostiene a Andrés Manuel López Obrador como el presidente mexicano más popular de la historia moderna, y lo que ha llevado a tal hegemonía de MORENA que, según la encuesta de Buendía & Laredo, este partido aventaja a la oposición por al menos 15% en lo que respecta a las elecciones de diputados federales en 2021. Aquí, lo que está logrando la 4T de manera excepcional es la división de un pueblo diezmado, llevándolo al grado de quitarle la mayor cualidad que tiene para hacerle frente.

            Nos detestamos unos a otros de una forma que jamás me había tocado ver. Entre denominaciones de “chairos” y “fifís”, se buscan impostores sin tregua, aprovechando cualquier excusa para exponerles. Lo único que estamos logrando es fortalecer a ese gobierno que sonríe ante gente que, en su empeño por forzar que las cosas vayan a su modo, venderían al prójimo por el simple hecho de verlo arder. ¿Qué frente puede hacérsele a una tiranía cuando la resistencia fomenta la cacería de brujas? Todos hemos caído en la dinámica de odio sin percatarnos que, de alguna forma u otra, terminará hundiéndonos en algo que parece no tener fondo. No se trata ni siquiera de un asunto hippie, sino de simplemente darnos cuenta que el declive del otro no significa, al menos directamente, el éxito tuyo. ¿Tiene más culpa la gente que debe salir a trabajar, sin importar qué, para poder comer? ¿O los manifestantes que expresan su descontento? ¿O la tiene un gobierno que no puede asegurar la seguridad en ningún tipo de ocasión? Incluso lograron olvidarse de su indignación contra los colonizadores cuando decidieron sacrificar e inundar comunidades indígenas en Tabasco.

            Veamos la imagen de manera más amplia. Esto no va de fieles y traidores. Esto va de unirnos por un país con cualidades para aspirar a condiciones mejores. No nos ha quedado claro con la pandemia, y espero no necesitemos de otro temblor para recordar que antes de cualquier ideología política o resentimiento, somos humanos mexicanos.