Escala de Grises - Más allá de filias y fobias

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Más allá de filias y fobias

¡Ya regresamos de vacaciones! Aunque las nuestras un fueron tan polémicas ni controversiales como las del Dr. López Gatell, aquí andamos. Si usted no se ha enterado de lo sucedido, no se preocupe. Aquí le cuento un poco al respecto.

La imagen del subsecretario de salud, Hugo López Gatell —quien fuera una de las figuras favoritas del país durante los primeros meses de la pandemia—, se hizo viral durante la última semana gracias a dos fotografías.

En la primera, Hugo aparece caminando por el pasillo de un avión, el entrecejo fruncido, gorra, lentes y el área de la nariz y la boca descubierta. ¿La razón? Su cubrebocas estaba protegiendo su barbilla y gran parte de su cuello.

Días después, circuló la gota que terminó por derramar el vaso. En el fondo se puede apreciar la calma de las playas de Oaxaca, pero es opacada debido a que el subsecretario y su acompañante, en lo que parece ser un restaurante, ocupan el primer plano. El techo, las persianas de palma y los pilares de madera son el marco perfecto para la sonrisa del subsecretario.

Las vacaciones del doctor incendiaron la opinión pública en plataformas como Twitter y Facebook, donde se argumentó que las acciones del subsecretario eran faltas de respeto al personal médico, negligencia, hipocresía y una serie de insultos que usted ya se imaginará.

En la última Escala De Grises le conté el mismo López Gatell respondió que el color del semáforo epidemiológico era “hasta cierto punto intrascendente”, aparentemente los contagios y todo lo que está alrededor del virus SARS-CoV2 también.

Hablemos más allá de filias y fobias. El Dr. López Gatell es el rostro de la pandemia en el país. Sus conferencias vespertinas, sus apariciones en las mañaneras y sus declaraciones lo posicionaron como una de las figuras políticas más importantes a nivel nacional. ¿Afortunada o desafortunadamente? Pues parece que la segunda.

Desde hace diez meses, López Gatell ha repetido [hasta el cansancio] las medidas de protección y prevención de contagios, ha actualizado las cifras a nivel nacional y hasta le explicó a la niñez mexicana por qué no se pueden hacer vacunas de jabón. Sin embargo, no ha sido suficiente. Su papel como epidemiólogo quedó relegado y su personaje político se lo fue comiendo poco a poco con porras a Eréndira Sandoval o con alabanzas a la moral del presidente.

No me malentienda. No estoy diciendo que por ser doctor debe dedicarse únicamente a lo que le toca, sin enterarse de lo que sucede en las otras esferas del país. López Gatell está formado en dos filas y ese es el problema principal de sus vacaciones.

Las salidas estrictamente necesarias, el “quédate en casa”, “si te cuidas, me cuidas” y todas las variaciones de esas frases pasaron a segundo plano cuando el doctor decidió darse un respiro de la tormentosa Ciudad de México.

Lo mismo que hicieron cientos de personas para aprovechar los vuelos baratos, la poca demanda o el trabajo a distancia y fue criticadísimo (en superlativo). Lo mismo que el doctor pidió no hacer durante las fiestas decembrinas. ¿Se da cuenta de las contradicciones?

Lo que Hugo (ya que andamos en confianza) parece no entender, es que sus actos tienen una repercusión directa en el comportamiento de la población y la percepción que se tiene de la pandemia. “No debe ser tan grave si Gatell está de vacaciones” es la primera frase que se me viene a la mente.

Al respecto, López Gatell se nos puso muy filosófico y respondió que “las realidades no son sincrónicas para el país”, pues no es lo mismo comer en un restaurante en Oaxaca que en la Ciudad de México, por ejemplo.

A ver, el punto aquí no es husmear en la vida privada del doctor que, por un tiempo, fue el crush de las plataformas digitales. Los argumentos para tratar de justificar sus acciones sobran, pues él afirma que no fue “a pachanguear” (verbo que me parece increíble, por cierto); empero, el doctor debe asumir su papel, lo que implican sus acciones y los focos que apuntan hacia él. Salga o no salga a pachanguear.

 

Doxing

Derivado de lo anterior, medios de circulación nacional se dieron a la tarea de investigar quién era la acompañante de López Gatell y, además, de publicar información como su nombre completo, experiencia profesional y nacionalidad. Esta práctica es conocida como doxing.

Publicar datos personales de las personas es uno de los delitos cibernéticos más comunes de los últimos años. En los casos más graves, se publica el domicilio de las víctimas, el nombre de sus familiares e, incluso, datos bancarios o números de teléfono.

Aunque hay información que es de libre acceso, asociar los datos de la víctima a un contexto en particular (como que viajó a Zipolite con López Gatell) perjudica la integridad de la persona a nivel físico, mental y emocional.

Con la publicación de los datos de la persona en cuestión —cuyo nombre no se replicará en este espacio— llegaron miles de amenazas, comentarios de odio e insultos por sus vacaciones, su relación con el epidemiólogo, entre otras cosas.

En este apartado quiero dejar dos cosas muy claras: Nada justifica un caso de violencia en contra de las mujeres y ninguna mujer debe ser definida por la relación que tiene o por la persona con la que mantiene dicha relación. Casos tan concretos y con tanto impacto a nivel nacional como este son un indicador más de todo lo que nos falta por avanzar para erradicar la violencia de género.

Empecemos por darnos cuenta de nuestros errores, veamos con ojos críticos lo que sucede a nuestro alrededor y dejemos el egoísmo a un lado. No repliquemos contenido o información que implique violencia de género, dejemos de pensar que este tema no involucra a todas las personas y hagámonos responsables. 

 

Seamos conscientes:

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