Escala de Grises - Las letras chiquitas

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Las letras chiquitas

El pasado domingo, la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022. Tras una sesión en la que se invirtieron más de 42 horas, 273 personas votaron a favor del dictamen presentado por la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. Como ocurre cada año, las controversias derivadas del tema no se hicieron esperar.

Aunque todavía se debe remitir el decreto al Ejecutivo, parece que Andrés Manuel López Obrador está lo suficientemente satisfecho. Tal fue su júbilo que decidió mandar un tuit al respecto. De acuerdo con el presidente, la aprobación del proyecto beneficia al pueblo y no a las minorías. Y es que, según el mandatario, 25 millones de familias se beneficiarán con la decisión del Legislativo.

El plan que se estableció con el PEF 2022 es destinar un aumento de casi 6 millones a programas sociales prioritarios (salud, educación, desarrollo y bienestar); mismos han sido estudiados por la Auditoría Superior de la Federación (entidad que ha señalado las anomalías) y por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

¿Gobierno feminista?

No es un secreto que ciertas personas, pertenecientes a la actual administración, han afirmado ser parte de un gobierno feminista. Según Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Olga Sánchez Cordero y hasta el mismo López Obrador, la cuarta transformación tiene como objetivo luchar por la equidad y por la integridad de las mujeres en todos los niveles.

A pesar de los múltiples discursos que se han enunciado al respecto, parece que las palabras no fueron lo suficientemente enérgicas como para llegar al presupuesto del siguiente año. Entre algunos de los rubros que no se consideraron en el PEF 2022 (medio ambiente, seguridad pública, etc.) se encuentran los relacionados con la igualdad de género.

Aparentemente, el presupuesto para la igualdad de hombres y mujeres tendrá más recursos que durante el 2021 y podría parecer que, efectivamente, el presente gobierno es “muy” feminista. Sin embargo, si leemos las letras chiquitas, la realidad es completamente distinta. Los recursos destinados a disminuir la brecha de género disminuirán considerablemente.

Las acciones “destinadas a las mujeres” están contempladas dentro de las becas para estudiantes, el apoyo a personas mayores y hasta en programas como Sembrando Vida. Nada más. No hay un plan en el que se considere la educación sexual o reproductiva, la maternidad, atención a las víctimas de violencia de género, programas de concientización o prevención de esta… Todo lo contrario.

Los recortes para el programa de apoyo de infancias con madres trabajadoras continuarán, situación que se replicará para las Instancias de Mujeres en Entidades Federativas. La situación, por supuesto, no pasó desapercibida por parte de organizaciones, colectivas y mujeres feministas, quienes se han pronunciado respecto al tema en plataformas digitales y pronunciamientos oficiales.

Como ocurre casi siempre (lamentablemente), las peticiones y argumentos de las mujeres no se han considerado de manera concreta por parte de las autoridades responsables, lo que representa una preocupación más dentro del panorama nacional bajo el que nos encontramos. Parece que los once feminicidios diarios que ocurren en todo el país, las múltiples expresiones de violencia de género que ocurren en el espacio público y privado, así como las denuncias formales y las llamadas de auxilio por violencia sexual e intrafamiliar no son lo suficientemente graves como para querer resolverse.

El poco interés que se tienen en cuestiones relacionadas con la violencia de género (ni digamos con el feminismo) es evidente. Llenarnos los oídos de publicidad vacía en la que se pretende empoderar a las mujeres o establecer ciertas cuotas de igualdad o afirmar que una mujer está lista para llegar a la presidencia del país no es suficiente.

Implementar una perspectiva de género, además de palabras, requiere conciencia, una preparación constante, capacitación, programas de igualdad, estrategias para erradicar la violencia y una serie de acciones para las que el Estado debería destinar un presupuesto significativo. No hay recursos (humanos, financieros o materiales) para resolver el machismo y la violencia de género en un año, pero reconocer que son necesarios es el primer paso.

Aparentemente, hay quienes siguen reusándose a caminar.

arendy.avalos@gmail.com

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