Escala de Grises - La utopía de Centroamérica

En opinión de Arendy Avalos

Escala de Grises - La utopía de Centroamérica

Durante la conferencia del pasado lunes 20 de mayo, Alejandra Bárcena presentó el Plan de Desarrollo para México y Centroamérica. Dicho plan está compuesto de proyectos que buscan mejorar los aspectos migratorios, económicos y sociales en la zona que comprende el sur de México, Honduras, El Salvador y Guatemala.

Alejandra Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), estableció los cuatro ejes principales bajo los que se sostiene esta estrategia: desarrollo económico, bienestar social, sostenibilidad ambiental y la gestión integral del ciclo migratorio.

Dentro de las estrategias para impulsar el desarrollo, también se contemplan acciones en cuestión de energía e infraestructura. Aunado a esto, se hizo énfasis en que lo más relevante en estos momentos no solo es la seguridad nacional, sino la seguridad de las personas entro de este territorio que, según Bárcena, es “más violento que Medio Oriente”.

Sobre el tema, Andrés Manuel López Obrador declaró que la ejecución de este plan ayudará a “atender las causas que provocan el fenómeno de la migración”, a que Centroamérica sea una región más prospera y a que se aproveche la naturaleza, el petróleo y el gas del territorio. Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard mencionó que además de generar desarrollo económico, se generará desarrollo social.

Teniendo en cuenta todo lo anterior y si las matemáticas no nos fallan, esto puede (o pretende) traducirse en la palabra bienestar. Este es un gran primer paso por parte del gabinete, aunque suena a utopía. La situación planteada de este modo podría leerse fácil, pero hay más cosas involucradas.

La colaboración de todos los países centroamericanos está presente, lo que hace falta es que Estados Unidos coopere. A pesar de las riquezas naturales que se puedan encontrar en la zona, se necesita una suma fuerte de inversión para, de este modo, generar la infraestructura adecuada y así explotarlos. Este capital no podrá reunirse únicamente con el fondo que los gobiernos de los países involucrados tienen destinado para este fin, con el apoyo de las empresas privadas o con lo obtenido de la austeridad republicana.

Este plan ha sido criticado por tener un enfoque internacional y el argumento principal es que el presidente, en lugar de enfocarse en los problemas internos (que no hace falta enumerar), está queriendo solucionar un fenómeno tan complejo y extenso como la migración. “Hay prioridades”, se podía leer en las redes socio-digitales.

Desde hace varias décadas, la migración es un fenómeno que afecta a México; primero como país de paso y después, como país de destino. Si bien, en el último par de años se han encendido algunos focos rojos respecto al tema, estos problemas no son nuevos. El hecho de que el gobierno mexicano esté tomando medidas al respecto para intentar solucionar los problemas estructurales y cambiar el paradigma de la migración no debe pasarse por alto.

Debemos recordar que una de las prioridades de AMLO ha sido generar una serie de condiciones que regulen el problema migratorio al que nos enfrentamos como nación; no debería sorprender a la opinión pública pues, además de ser un tema que se abordó superficialmente en la campaña presidencial, es un tópico constante en la agenda establecida en las mañaneras.

Este Plan de Desarrollo se encuentra a la mitad de una cuerda floja en la que los extremos podrían categorizarse en el éxito de la cooperación o en el fracaso de quien quiere resolver los problemas con escenarios poco probables. Tendremos que seguir al pendiente para saber si durante este tiempo hay un progreso (por mínimo que sea) o si solo empezamos a conocer las primeras buenas intenciones que solo se quedan en tinta y papel, guardadas en algún archivo.

 

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