¿Es en este momento el covid 19 en México una enfermedad de las elites?

En opinión de Aura Hernández

¿Es en este momento el  covid 19 en México una enfermedad de las elites?

“... pero el examen reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos que del cólera…”

Gabriel García Márquez, en El amor en los tiempos del colera.

 

Hace dos días, en su cuenta de Twitter, Pilar del Río presidenta de la Fundación José Saramago de nacionalidad española y ex pareja del nobel portugués, apuntó en referencia a las medidas que el estado de alarma impuso a los habitantes de España con motivo de la epidemia del  covid 19, “Los sin techo ¿dónde van a pasar la cuarentena? Y las personas que viven hacinadas ¿cómo van a respetar las normas legales? ¿La emergencia sanitaria nos contemplará a todos?[...]

Y traigo a cuenta la expresión de la periodista que compartió su vida con José Saramago, porque me parece que las exigencias para que el gobierno federal imponga medidas restrictivas radicales de una vez, devienen de una visión clase mediera urbana que no contempla a las personas que viven precariamente al día y en zonas rurales y a quienes, sin duda, la medidas de fuerza, que tal parece se aplicarán muy pronto en México, afectarán su economía de una manera demoledora.

Cuando esto escribo, según cifras de la autoridad sanitaria del gobierno federal en México había 53 casos confirmados de  covid 19, 176 casos sospechosos, 483 casos negativos y 2 casos recuperados y todos los estados de la república, excepto Campeche no cuentan con casos sospechosos ni confirmados, por lo cual de acuerdo a los protocolos el país, se encuentra en el escenario número 1, aunque ya se anunciaron para el próximo 20 de marzo y hasta el 20 de abril medidas que corresponden a al escenario 2.

En esta etapa las medidas de intervención del Estado serán mucho más restrictivas, sin llegar a lo que se establece en el escenario 3 que es la etapa en la que se encuentran la mayoría de los países europeos, como España e Italia en la cual los casos ya se cuentan por miles y son el resultado de contagios comunitarios y no casos importados como lo es el caso de México.

En esa lógica, y si las cifras oficiales son correctas, es un atentado a nuestra convivencia la difusión de noticias falsas que tienen como objetivo infundir el miedo y sobre todo lucrar políticamente. La crisis del papel higiénico, cosa que no preocupa a los habitantes de las zonas rurales, es una muestra de que las campañas de miedo están surtiendo efecto en la población urbana de clase media, clase media alta y clase alta.

Mientras que los habitantes pobres y algunos de la clase media baja de este país, sigue haciendo su vida normal, si es que la situación de pobreza y precariedad se puede considerar normal. Más bien lo hacen lo mejor posible con Coronavirus o sin coronavirus. Y este no se democratizará hasta que no lleguemos a la fase 3, que no es lo deseable en ninguna circunstancia.

El anuncio hecho durante la noche del domingo sobre el supuesto fallecimiento de José Kuri, socio y pariente de Carlos Slim por líderes de opinión de la Ciudad de México ejemplifican lo que lo que los medios no deben ser en una crisis sanitaria como la que, tal parece, se avecina en nuestro país. Pues no solo se debe apelar a la responsabilidad individual en esta crisis sanitaria, sino a las acciones colectivas que procuran el bienestar de la sociedad en su conjunto, incluyendo a los periodistas.

En Argentina el expresidente derechista Mauricio Macri, expresó su solidaridad con las medidas decretadas por el actual presidente de su país, el izquierdista Alberto Fernández, una lección para México sin duda.

En nuestro país, es deplorable la crispación y el enojo que se muestra en las redes sociales, sobre todo entre los antagonistas políticos con motivo de lo que hacen, no hacen o deberían hacer las autoridades, cuando en su lugar debería generarse un clima de solidaridad, pues a fin de cuentas se trata de sobrevivir a una enfermedad que de acuerdo a ciertas condiciones de salud de las personas pondría en riesgo nuestras vidas. ¿no es esa una razón suficiente para procurar la concordia?