Ellos con su pleito, nosotros con nuestra tragedia

En opinión de José María Román Román

Ellos con su pleito, nosotros con nuestra tragedia

Ni al gobernador, ni al presidente municipal de Cuernavaca le queda claro, a  más de un año de haber tomado el poder, el tamaño y la obligación de la responsabilidad que tienen con la sociedad que gobiernan.

Entre una ola de criminalidad incontrolable uno y otro se la han pasado culpándose de lo que acontece con sus deberes, mientras los ciudadanos gobernados somos víctimas constantes de una ola delincuencial que al parecer el único derrotero que tienen es crecer cada día que pasa  ante la mirada indiferente de quienes como los gobernantes tienen la obligación de combatirlos. Ignoro si sea el síndrome de AMLO el que a ellos los guíe para no enfrentar la delincuencia y por lo menos ponerse a trabajar con los medios a su alcance. Lo que hemos visto es una serie de culpas y disculpas, de dimes y diretes respecto a las obligaciones para cumplir con su deber. Esto rayó en un exceso tal que incluso hasta  que ejecutaron al señor Juan David Juárez López, titular de Seguridad Pública del municipio, siguieron las diferencias en lugar de concentrarse en el trabajo. De Cuauhtémoc queda claro cada día que lo que pasa es que el muchacho no sabe dónde está pisando. No tiene idea de su responsabilidad. Llegó al cargo por circunstancias muy afortunadas y por estar en el lugar adecuado en el momento preciso, no llegó por su brillante trayectoria como presidente municipal de Cuernavaca. Llega al cargo como consecuencia de un enorme desgaste de TODOS los partidos políticos tradicionales que en Morelos no han sabido desde hace 20 años cumplir con su tarea. Del mismo modo llega Francisco Antonio Villalobos Adán y se saca la lotería el mejor conocido por El Lobito. Morelos está gobernado por suertudos, no por capaces. Es decir, les tocó por circunstancias del azar y así gobiernan ambos, pero no por su capacidad o por su prestigio de ser funcionarios u hombres de los  que  tengan pleno conocimiento de sus altos valores éticos y morales y sobre todo de conocimientos técnicos o experiencia para ocupar el cargo.

Todo crece y todo decrece. En Morelos crece la delincuencia, en especial el secuestro, pero decrece la capacidad del gobierno para que sus instituciones realicen las tareas que se le asignan en las leyes. La antigua Procuraduría hoy Fiscalía a cargo de un aún joven abogado ha servido solo para proteger a los funcionarios del antiguo régimen, a Graco, pero no para investigar la ola masiva de crecimiento de homicidios de aparente presentación y ejecución del crimen organizado. Para eso no están hechos, ni el gobernador, ni el presidente municipal, es más, ni siquiera están hechos para los pleitos de comadre porque caen en la ridiculez en sus declaraciones contradictorias. El fiscal Carmona no ha sabido responder a nuestras necesidades y por razones políticas el Congreso lo sostiene inexplicablemente en el cargo. Todo decrece cuando no da una en sus tareas primordiales y cuando por circunstancias muy específicas si detienen a algún delincuente es por cuestiones afortunadas y no por trabajos de investigación.

Las acusaciones del Lobito al Cuauh fueron llamaradas de petate, primero el Gobernador acusa al Presidente de negligente e irresponsable por no asistir a las reuniones de seguridad que, en segunda, efectivamente sirven para nada y para hacer espectáculo como jocosamente dice el Presidente de Cuernavaca.

La aparente conciliación de antier será eso, una cuestión circunstancial donde muy pronto volveremos a mirar esas diferencias que les caracterizan. Mientras tanto nuestras calles y nuestros jóvenes siguen muriendo asesinados al por mayor sin que autoridad alguna intervenga para investigar, detener y castigar a los culpables. Sólo falta ver a estos dos personajes en la calle o en conferencias de prensa pregonando con un ramo de flores el amor y paz, los besos y abrazos en lugar de balazos para combatir a los delincuentes. Ambos son originarios del mismo partido y pues, los malos ejemplos son fáciles de copiar. Total, si AMLO puede y hace, ¿ellos, por qué no? ¿Las víctimas?...pues sólo sirven para las estadísticas. ¿La función legal y ética del gobierno o los gobiernos? Eso, en el mejor de los casos solo sirve para el papel del baño de las lujosas oficinas de los funcionarios. Bien, muy bien dijo el señor Javier Sicilia hace unos días: “en Morelos hay un gobierno que no existe, y si fueran honestos, deberían de renunciar”, perdón señor Sicilia, son deshonestos, no tarugos, por no  decir otra palabra que lastime nuestros oídos.