El trabajo con las emociones desde la USAER
En opinión de Amador Ocampo Flores
Amador Ocampo Flores 
El inicio del ciclo escolar estuvo lleno de incertidumbre, incertidumbre que no solo aquejó a los maestros, sino también a los padres y los niños.; y debido a esto en la USAER No. 12 decidimos darle prioridad al cuidado socioemocional de los alumnos con los que se trabajaba.
Y de ahí surgió la primera interrogante ¿Cómo hacer para trabajar las emociones a distancia? Los niños se encuentran la mayoría recluidos en sus casas, lejos de compañeros de escuela con los que mantenían contacto y con quien encontraban relaciones sociales que solo puede darse en la escuela.
Para esto, se decidió usa el arte como excusa en el trabajo de las emociones, el arte tiene la característica de permitir representar absolutamente todo el mundo exterior y el mundo interior de una forma no declarativa, y porque no, usar elementos de la memoria episódica (memoria autobiográfica) para tener un aprendizaje más significativo de las emociones. Otra de las características del arte es que es atemporal, es decir, no esta circunscrito a un tiempo y espacio específico, por lo tanto, a través de el los niños pueden representar vivencias que se han anclado en su pensamiento y puede hacerlas más accesible a la consciencia. Además, el arte no se califica, no se puede decir quien lo hizo mejor o peor, no se asigna una calificación en una escala ordinal (del 1 al 10) que me diga el desempeño del alumno. Y finalmente, el arte es contemplativo y puedo reconocer al otro y reconocerme en el otro a través de las posibilidades que me brinda el arte.
Después de haber elegido la forma de intervención, surgió la segunda interrogante ¿Cómo nos encontraríamos? Es ahí donde la figura del docente se vuelve importante y donde el trabajo colaborativo del que tantos hablan debe verse. En nuestro caso la docente del grupo regular se volvió un eje central que articula el trabajo de la USAER, el trabajo de los niños y el trabajo con los padres. Se llega a más niños a más familias si todos trabajamos en conjunto.
Y finalmente, el desarrollo de las actividades en las cuales vemos como cada niño comparte lo que le esta aconteciendo en el día a día y que pocas veces como padres o familiares le damos importancia o simplemente consideramos que por ser niños no les afecta o lo van a resolver rápido. Sin embargo, es necesario la creación de espacios que permitan a los niños resolver estas vivencias y poner nombre a lo que están vivenciando, debido a que nombrar las cosas empieza a conferir existencia y por tanto se vuelve accesible a la consciencia.
