El Tercer Ojo - Lawfare

En opinión de J. Enrique Álvarez Alcántara

El Tercer Ojo - Lawfare

La guerra no es otra cosa que un duelo en una escala más amplia. Si concibiéramos a un mismo tiempo los innumerables duelos aislados que la forman, podríamos representárnosla bajo la forma de dos luchadores, cada uno de los cuales trata de imponer al otro su voluntad por medio de la fuerza física; su propósito inmediato es derribar al adversario y privarlo de toda resistencia. La guerra es, en consecuencia, un acto de violencia para imponer nuestra voluntad al adversario.

Karl Von Clausewitz.

La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de la actividad política, una realización de la misma por otros medios. Lo que queda aún de peculiar a la guerra se refiere solamente al carácter peculiar de los medios que utiliza. El arte de la guerra en general y el jefe en cada caso particular, pueden exigir que las tendencias y los planes políticos no sean incompatibles con estos medios y esta no es insignificante, pero por más que reaccione poderosamente en casos particulares sobre los designios políticos, debe considerársela siempre solo como una modificación de los mismos: el propósito político es el objetivo, mientras que la guerra es el medio, y el medio no puede ser nunca considerado separadamente del objetivo.

Karl Von Clausewitz

Estimados lectores que siguen esta columna. He decidido iniciar esta colabora con dos epígrafes devenidos del texto clásico de estrategia militar, De la guerra, escrito por el militar prusiano Karl Von Clausewitz, y publicado por la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, Fondo Editorial Hormiguero, Caracas, Ve, (s/f).

He optado por ello porque tradicionalmente se ha reconocido que la relación entre la guerra y la política podría ser comprendida bajo esa óptica y tal mirada o perspectiva.

No me propongo realizar una análisis sobre la validez, en todos sus sentidos, de tales asertos; empero, para los fines de este escrito considero que es suficiente y me permitirá mostrar lo que me propongo compartir con ustedes.

Permítanme contarles a ustedes que soy un asiduo seguidor del sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón; éste, muy recientemente compartió en una serie sucesiva de cuatro correos electrónicos una breve y sucinta exposición intitulada Introducción al Lawfare. Ya desde su primera entrega expresó claramente: “El Lawfare tiene como complemento necesario un periodismo puesto al servicio de los intereses dominantes y completamente desinteresado de la búsqueda de la verdad (…y agregó…) No está para informar sino, como lo recuerda a menudo Noam Chomsky, para “desinformar” y manipular a la opinión pública.

Sin aspavientos y sin un gran esfuerzo analítico podemos aprecia que Atilio Borón centra su objeto de interés en el papel de la prensa y de los medios de información, entre ellos las “redes sociales”, como instrumentos privilegiados del Lawfare; sin embargo, considero que dio por descontado que era obvio el conocimiento por parte de sus lectores de lo que este término significa o representa.

Por ello, retomando los epígrafes que dan pie a esta colaboración considero necesario precisar el sentido y el significado de dicho concepto.

Lawfare es una palabra de uso en inglés compuesta por dos partes, Law, que significa ley, y warfare que se traduce como ir a la guerra; ahora bien, al apocopar warfare y adicionarla a Law, puede ser neologísticamente comprendida como “guerra jurídica” o “guerra por medios jurídicos”. Importa destacar el hecho de que es muy reciente su uso en el análisis sociopolítico, apenas, muy probablemente, al inicio de este siglo XXI.

Tratando de acoplar otra suerte de definiciones puede referirse como “el uso indebido de los recursos jurídicos para fines de persecución política”. En este sentido, la “Ley” es utilizada como “arma de guerra” en contra de adversarios políticos.

Conviene adicionar aquello que Atilio Borón hace explícito: “Una característica fundamental de la Lawfare consiste en la utilización de acusaciones frívolas, o sea, acusaciones sin pruebas, sin materialidad jurídica. Asociado a ello, el uso de la prensa y los medios de información propalan el asunto como si sus notas estuvieran fundadas con pruebas irrefutables”.

Como toda guerra y parafraseando a Von Clausewitz puedo expresar que “su propósito inmediato es derribar al adversario y privarlo de toda resistencia. La Lawfare es, en consecuencia, un acto de violencia para imponer la voluntad de quien diseña y opera tal guerra contra el adversario”.

Itero, “La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de la actividad política, una realización de la misma por otros medios”.

Ejemplos que dan muestra de ello en América Latina pueden ser el de Luiz Inácio Lula, el de Rafael Correa o el de Evo Morales; en Europa el de Carles Puidgemont y los perseguidos por el Procés Catalán y, sin duda, en nuestro país y estado de Morelos los hay.