El tercer ojo - Covid-19 y sus consecuencias para américa latina, Según la Cepal (primera parte).

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El tercer ojo - Covid-19 y sus consecuencias para américa latina, Según la Cepal (primera parte).

Covid-19 y sus consecuencias para américa latina,

Según la Cepal (primera parte).

 

Durante las últimas cuatro semanas la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) ha publicado varios documentos centrados en lo que denomina Los Efectos del COVID-19 en los Países de América Latina y Proyecciones para una Reactivación con Igualdad.

 

La serie en cuestión dio comienzo con un Conferencia de Prensa que la Directora General de la CEPAL dio el día 15 de julio último, desde Santiago de Chile y prosiguió con tres documentos cuyos títulos son: 1) Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe (30 de julio del 2020); 2) Los efectos del COVID-19 en el comercio internacional y la logística (06 de agosto del 2020); y 3) La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19 (13 de agosto del 2020).

 

Según las estimaciones y proyecciones de la CEPAL en estos informes, y para documentar el optimismo, dijera el buen Carlos Monsiváis:

 

A partir del mes de abril, cuando la CEPAL publicó sus últimas proyecciones sobre la dinámica de la región para 2020:

 

  • La actividad económica en el mundo está cayendo más de lo previsto en abril y, con ello, aumentan los impactos externos negativos sobre la región.
  • Además, América Latina y el Caribe se encuentra hoy en el epicentro de la pandemia...

 

El avance dispar de la pandemia se ha traducido en que sus efectos en la actividad de los países y sectores sean también desiguales:

 

  • El mayor impacto se produce en servicios como el turismo, la aviación, alojamiento, restaurantes, entretenimiento y comercio, con excepción de los supermercados, farmacias y otros servicios declarados como esenciales, según el país de que se trate.
  • Las industrias de productos no esenciales también enfrentan problemas derivados del confinamiento, cuando este ha implicado detener sus actividades…
  • En algunos países, la construcción también se ha visto muy afectada por la paralización de obras y la elevada incertidumbre que afecta la puesta en marcha de nuevos proyectos.
  • (…) En otros países la situación aún no cede y la pandemia sigue afectando varios sectores esenciales de la economía. Los indicadores generales de actividad muestran que en varios países hay una fuerte contracción. La producción industrial en México cayó un 29,3% interanual en abril...
  • Sobre la base de estimaciones de los efectos de los procesos en curso, la CEPAL proyecta, para el conjunto de la región, una caída promedio del PIB del 9,1% en 2020, con disminuciones del 9,4% en América del Sur, el 8,4% en Centroamérica y México, y el 7,9% en el Caribe.

 

Una década perdida: la caída de la actividad económica redundará en que, al cierre de 2020, el nivel del PIB per cápita de América Latina y el Caribe sea similar al observado en 2010:

 

  • La fuerte contracción en 2020 se traducirá en una caída del PIB per cápita regional del 9,9%. Esta caída del PIB per cápita implica un retroceso de diez años: su nivel en 2020 será similar al registrado en 2010

 

El deterioro de las proyecciones económicas hace necesaria una revisión de las estimaciones de los principales indicadores del mercado laboral y de las tasas y niveles de pobreza:

 

  • Dado que los indicadores de empleo en los primeros cuatro meses del año ya muestran un deterioro de las condiciones laborales y tomando en cuenta las nuevas proyecciones del PIB, se espera que la tasa de desocupación regional se ubique en alrededor del 13,5% al cierre de 2020, lo que representa una revisión al alza (2 puntos porcentuales) de la estimación presentada en abril de 2020 y un incremento de 5,4 puntos porcentuales respecto del valor registrado en 2019 (8,1%).
  • Con la nueva estimación, el número de desocupados llegaría a 44,1 millones de personas, lo que representa un aumento cercano a 18 millones con respecto al nivel de 2019 (26,1 millones de desocupados).
  • En la dinámica de los mercados laborales, es importante recordar que debido a la elevada tasa de informalidad laboral de la región estos trabajadores son muy vulnerables a los efectos de la pandemia. De igual forma, el aumento de las tasas de desocupación, en particular en el comercio y el turismo, golpea significativamente a la fuerza de trabajo femenina, que estructuralmente presenta mayores tasas de desocupación.

 

La revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento y el consiguiente aumento de la desocupación se traducirán en un deterioro aún mayor de la situación prevista en lo referente a la pobreza y la pobreza extrema:

 

  • La CEPAL proyecta que el número de personas en situación de pobreza se incrementará en 45,4 millones en 2020, con lo que el total de personas en situación de pobreza pasaría de 185,5 millones en 2019 a 230,9 millones en 2020, cifra que representa el 37,3% de la población latinoamericana. Dentro de este grupo, el número de personas en situación de pobreza extrema se incrementaría en 28,5 millones, pasando de 67,7 millones de personas en 2019 a 96,2 millones de personas en 2020, cifra que equivale al 15,5% del total de la población.
  • El impacto esperado sobre los países de la región es diverso. Los mayores incrementos de la tasa de pobreza (de al menos 7 puntos porcentuales) se producirían en Argentina, Brasil, Ecuador, México y Perú. A su vez, la pobreza extrema se incrementaría principalmente Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, México y Nicaragua (al menos 4 puntos porcentuales).

 

Estas proyecciones de impactos, según expresa la propia CEPAL, tienen limitaciones. Éstas consideran únicamente las consecuencias de la pandemia en el mercado laboral y la pérdida de ingresos asociada, y no incorporan proyecciones de lo que sucedería con los ingresos no laborales de los hogares. Algunas fuentes de recursos podrían presentar disminuciones adicionales, por ejemplo, las remesas de migrantes. Por otra parte, no toman en consideración las medidas adoptadas por los Gobiernos de la región para transferir recursos a los hogares. Cabe esperar que estas medidas atenúen el impacto de la pandemia sobre las condiciones de vida, particularmente de los hogares más vulnerables.

 

Finalmente, y más allá de eufemismos, el panorama resulta sumamente desolador. (Continuará),