Dos años y una ilusión perdida

En opinión de José Román

Dos años y una ilusión perdida

Las promesas se han esfumado, las causas por las que se eligió a Andrés Manuel López Obrador, siguen tan presentes como al principio.

El empleo se ha perdido, la inversión generadora de riqueza y de fuentes de trabajo, se ha alejado, la inseguridad se ha incrementado como ningún gobierno en el pasado, los conservadores al menos de palabra e hipotéticos, se han esfumado, han sido objeto de muchas recriminaciones, pero hasta este momento no encuentro en la palabrería de AMLO, ni los nombres concretos de tan nefastos personajes, ni las causas delictivas de qué acusarlos, si es que ser conservador es un delito punible.

Cada mañana, hoy más que antes, es una incertidumbre salir de casa a trabajar  para ganarse el diario sustento y pagarle puntualmente a los gobiernos los impuestos que se supone servirán de pilar para reforzar la economía y darnos educación, seguridad, salud pública y mantenimiento del orden público. Nada de eso se ha visto seriamente impulsado, al contrario, hemos mirado como ha desaparecido la poca atención que la sociedad ha tenido en casi todos los renglones de la actividad social y de gobierno, hemos transitado en un peligroso retroceso que casi sin darnos cuenta comienza a minar las bases sociales que antes escasamente teníamos.

Los datos y la cifras dan la razón a los eventos que a diario se suceden, y me refiero a tres renglones elementales, a la economía que está deteriorada por falta de inversión y a su vez, ésta falta de inversión, por falta de confianza en parte y en seguridad, un renglón que a la sociedad hace dos años se le prometió resolver inicialmente en 6 meses y que ha quedado solo en eso, en promesa que el viento de la demagogia  del gobierno federal arrebató y se ha encargado de difundir en las mañaneras diciendo que vamos bien, como si ir bien es vivir en el mundo de la fantasía del gobernante en turno, de AMLO.

A dos años la corrupción es mentira que haya desaparecido, es más, ni siquiera realmente se ha intentado en serio castigar. Los pocos que están siendo procesados, aun no se han condenado ni se ha demostrado a plenitud en sentencia que hayan cometido los delitos que se les atribuyen. Eso sí, los intentos parecen más venganzas personales o de ideología traicionada como el caso de Rosario Robles que el encuentro real, comprobable de las disposición de dinero público que haya ido a para a los bolsillos de los ex funcionarios procesados. Sigue la impunidad de los gobiernos anteriores y los recursos cuantiosos que no se saben a donde realmente pararon o se justifiquen en que se invirtieron, solo son hipotéticos en una serie de señalamientos que a la fecha no encuentran el canal correcto de una sentencia firme en contra de los pocos que se dice dispusieron de los impuestos que afanosamente el pueblo y las empresas entregan a los gobiernos para el bienestar público.

En salud no puede ser peor, desaparece el seguro popular y en plena pandemia mundial golpea en la cara a los gobiernos federal y estatales la enorme incapacidad y falta de preparación para atender la salud pública. El titular federal, AMLO, ni siquiera fue capaz de pedir a la población que usara un simple y elemental cubre bocas para medio paliar la enfermedad y su propagación y al contrario, despreció, ninguneó su existencia y peligrosidad. Los más de 105 mil muertos gravitan en la conciencia de un gobernante (AMLO) que se escudó en un amuleto, un rezo y una estampita para protegerse de algo tan grave como la pandemia. Inventaron un semáforo de mofa, de risa, francamente inservible. La llamada de la OMS advirtiendo la falta de atención a los enfermos y la mortandad, ni siquiera la escucharon, menos atendieron. Ahí hay responsabilidades legales de los funcionarios, al menos de omisión y todos la pagamos porque ésa absurda confianza genera muertos en los seguidores de AMLO. La criminalidad produce inseguridad y el pueblo busca y no encuentra al  gobierno capaz de protegerlos. ¿Cifras? Más de 65,539 mil asesinatos dolosos en estos dos años, 150% más del mismo periodo de Felipe calderón y 70% más de EPN.

En muertos de la pandemia del Covit 19, hasta ayer, y solo los oficiales (las cifras reales son mayores) 107,565 y contando. Contagiados, más de un millón, crecimiento económico, menos 0.1%, feminicidios un crecimiento del 8.1 %, extorciones 20% más. ¿Cómo festejar éstos dos años de fracasos?