Cuando sea demasiado tarde… - Favor de no olvidar la Movilidad durante las vacaciones.

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Favor de no olvidar la Movilidad durante las vacaciones.

El vehículo que se conduce es muy particular. Cuando un auto sale de la fábrica es prácticamente idéntico a todos los demás vehículos de la misma marca y modelo que salen de esa misma fábrica. Muy probablemente el metal venga de la misma fuente, y las mismas máquinas fueron las que lo ensamblaron. Sin embargo, una vez que el vehículo abandona la fábrica, se vuelve sujeto a las condiciones que se va enfrentando. El pavimento, las condiciones climáticas, el lugar donde se almacena, el tiempo que se usa, la distancia que ha recorrido, el mantenimiento que se le da, las refacciones que se le cambian, etc. Cada vehículo se vuelve menos parecido a sus pares conforme pasa el tiempo.

El vehículo es una herramienta compleja, puede tener pocas o muchas funciones, pero tiene un solo propósito: trasladar a uno o más individuos de un punto a otro a través de la transformación de combustible en energía mecánica. Hoy en día ya empiezan a circular vehículos que son de una naturaleza diferente al motor de combustión interna. Sin embargo, además de que son una minoría, se ha hecho un esfuerzo ergonómico por hacerlos funcionar de la misma manera que los automóviles tradicionales. Esta energía mecánica hace que el vehículo transforme la fuerza que lo tiene detenido en inercia que lo haga desplazarse. Una vez vencida dicha fuerza, la cosa se empieza a poner interesante. El desplazamiento del vehículo está determinado por la fuerza del motor, que tiene una capacidad determinada. Esta capacidad es el primer factor que debemos de conocer de nuestro vehículo. ¿Qué tan rápido acelera mi vehículo? ¿Cuánto tengo que presionar el acelerador para alcanzar la velocidad que deseo? ¿Cuánto tiempo le toma llegar a esa velocidad? ¿Cuánta distancia?

La velocidad del vehículo es el primer enemigo del usuario. Un impacto a 40 km/h ya tiene el potencial de tener consecuencias que atentan contra la vida del usuario (DGT, s/a). Se supone que el límite legal de velocidad para circular dentro de una ciudad debe de estar sobre los 50 km/h. En algunas ciudades de diversos países del mundo este límite es inferior las regulaciones urbanas de México. Sin embargo, las modificaciones a los reglamentos de tránsito no son materia de interés principal para este trabajo. Ojalá algún día exista un reglamento de tránsito verdaderamente digno de los conductores que se apegan a él, pero también es preciso entender que sin una correcta aplicación de las leyes de tránsito, la calidad del reglamento es un tema secundario. A criterio del autor de este trabajo, la circulación en avenidas principales ronda, obviamente sin tráfico, sobre los 60 o 70 km/h. Las vías que no son principales tienen una velocidad muy variable, en función de muchos factores. La realidad es que el límite es sólo una referencia, puesto que este trabajo no ofrece evidencia de la velocidad promedio a la que se circula en realidad. Sin embargo, podemos afirmar que el binomio vehículo-conductor tiene una velocidad promedio. ¿Conoce usted cuál es la velocidad promedio de su vehículo? ¿Cuál es la velocidad promedio a la que acostumbra circular usted en carretera? ¿En ciudad?

¿Respeta usted los límites de velocidad? ¿Cuáles límites de velocidad, dice usted?

 

Para más información, consultar el Manual de Supervivencia Vial, de autoría de su servidor, el cual puede consultar en la siguiente liga: http://riaa.uaem.mx/xmlui/handle/20.500.12055/54