Cuando sea demasiado tarde… - Cultura del Riesgo

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Cultura del Riesgo

Ya sé que sueno a disco rayado, pero en lo que por fin sale publicado el siguiente libro de Supervivencia Vial, les cuento que ya estamos trabajando en el siguiente. El primero (Dorantes-Argandar, 2016) recogió todas mis observaciones al respecto (hasta entonces) de lo fenómenos asociados o estudiados por la Psicología de la Movilidad. El segundo (sin espoilear) recoge mucho de lo que he juntado al respecto del fenómeno de la agresividad vial (Dorantes-Argandar, IN PRESS). Perdonen que me autocite, pero me gustaría proporcionar la liga de dónde pueden descargar el primer libro, y el segundo aparecerá en la misma presentación. ¿Considera usted que el conductor es agresivo en su conducir? Una veintena de autores nos comparten su perspectiva al respecto del fenómeno desde diferentes partes del mundo. Ahora viene otro fenómeno que empieza a emerger en temas de riesgo y prevención, y se denomina “Cultura del Riesgo”. Sírvase este texto como maqueta de un gran trabajo que a penas está comenzando a comenzar por el comienzo.

            Es preciso diferenciar entre peligro, daño, vulnerabilidad, y riesgo. Conceptos muy relacionados entre sí, pero que son diferentes en su naturaleza. Vayamos allá, ¿qué es el peligro? El peligro es un elemento del entorno del individuo, grupo, o comunidad, que produce determinada probabilidad de afectar a un individuo, grupo o comunidad. ¿Un buen ejemplo de peligro? El volcán Popocatépetl. Desde 1994 que despertaron el movimiento zapatista y Don Goyo, los mexicanos de la región centro del país hemos tenido que estar más conscientes del volcán en virtud de que comenzó a arrojar material incandescente. Por ende, el Popo es un peligro, porque puede causarles daños a las poblaciones aledañas al mismo. ¿Qué tipo de daño? Pues en el caso de dicho volcán, se espera que aparezcan taludes de lodo y proyectiles balísticos principalmente, aunque no se descarta la actividad sísmica ni los lahares. Tales fenómenos ocasionarían pérdida de vida y de bienes materiales (en grado de gran seguridad, la evacuación de las comunidades es un elefante blanco).

            La vulnerabilidad, por otro lado, es la probabilidad REAL de que dicho daño ocurra. Desde 1994 los vulcanólogos, geólogos, y demás ólogos, han invertido incontables horas para poder determinar cuál es la probabilidad de que el Popo haga una erupción de grandes magnitudes, y en caso de ocurrir, cuáles serían los daños reales y quiénes sufrirían tales daños. En casos como el volcán Popocatépetl, es en verdad difícil determinar cuál es la probabilidad real del daño, ya deje usted, apreciado lector, cuáles serán las formas y las magnitudes de dicho daño. Algunos fenómenos son más complejos que otros.

            Finalmente, el riesgo es la parte humana. Todos los seres humanos calculamos la probabilidad de sufrir daño de un peligro determinar. Tómese un segundo para estimar la probabilidad de que en su comunidad caigan proyectiles balísticos provenientes del Popocatépetl en caso de que el volcán haga Pico de Dante. Concretamente: cuál es la probabilidad de que en su casa caiga una piedra de lava proveniente del Popo cuando este haga erupción. Le obsequio el punto y a parte para que se lo piense.

            Pues bien, si usted reside en la gloriosa Cuernavaca, ciudad de la eterna balacera, la probabilidad de que proyectiles balísticos provenientes del volcán Popocatépetl caigan en el techo de su casa es de CERO. Si consulta usted el mapa de riesgo de dicho coloso, encontrará que el primer círculo de riesgo termina antes de llegar a Hueyapan. Justo pensaba citar dicho mapa, y me encontré que hicieron un mapa interactivo mucho más actualizado (Gobierno de México, s/a), para que lo consulten y jueguen con él un ratito.

            Pues bien, sobre de todo esto se está avanzando en un fenómeno que se ha denominado Cultura del Riesgo. Resulta que no sólo es humano el calcular el riesgo al cual usted y yo estamos sometidos en un momento determinado, sino que también tomamos actitudes hacia el mismo. Piense usted en los semáforos en rojo que casualmente se encuentra uno en las intersecciones viales. ¿Cuántos semáforos en rojo debe uno de respetar mientras conduce un vehículo automotor? Pareciera que la pregunta es un tanto subjetiva, ¿cierto? Pues la respuesta correcta es TODOS. Uno debe de respetar todos y cada uno de los semáforos en rojo que se cruza por el camino. Sin embargo, ¿por qué no respetamos los semáforos en rojo? ¿Por qué circula la gente en sentido contrario? Si sabemos que no debemos de hacerlo y de que la probabilidad de ocasionar un accidente, sufrir y ocasionar daños es alta, ¿por qué lo seguimos haciendo? Pues porque dentro de todo aquello que llamamos cultura, hay una cultura al respecto del riesgo vial, al respecto de la probabilidad de ocasionar y sufrir daño, y la actitud que tomamos al respecto.

            Tal pareciera que se nos enseña a vivir peligrosamente, pareciera que la seguridad no ha muerto, pero cuente usted el número de accidentes que han ocurrido sobre el pavimento del libramiento de Cuernavaca. Pareciera que el mexicano añade sabor a su existenca poniendo en riesgo su vida y la de los demás.

 

Dorantes-Argandar, G. (2016). Manual de Supervivencia Vial. Cuernavaca: Editorial UAEM. Disponible en línea para descarga: http://libros.uaem.mx/archivos/epub/manual_supervivencia/manual_de_supervivencia_vial.pdf

Dorantes-Argandar, G. (IN PRESS). Supervivencial Vial: Agresividad. Cuernavaca: Editorial UAEM.

Gobierno de México. (s/a). Mapa de Peligros del Volcán Popocatépetl. Disponible en línea: http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/archivo/mapa-peligros-popo.html Consultado: 20-05-2022 16:35 hrs.