Con control biológico de insectos, CEIB combate plagas en cultivos

Con control biológico de insectos, CEIB combate plagas en cultivos

La problemática de plagas que enfrenta el campo y afecta diversos cultivos en Morelos, como el de arroz, está siendo contrarrestada a través del control biológico de insectos plaga que utiliza el Centro de Investigación en Biotecnología (CEIB) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), alcanzando grandes beneficios y un impacto positivo en términos ecológicos, ambientales y de salud para los agricultores quienes, además, obtienen ahorros financieros importantes.

Entrevistado hoy en Radio UAEM, Víctor Manuel Hernández Velázquez, profesor investigador del CEIB, destacó que el control biológico de las plagas es una alternativa al uso de químicos qué implican problemas de contaminación, en la salud y resistencia a los insecticidas, por lo que se convierte en una opción para inhibir las poblaciones de los enemigos naturales de los cultivos.

Algunas alternativas utilizan a depredadores así como las enfermedades de los insectos para aprovecharlas como insecticidas de origen biológico o incluso, para incrementar sus poblaciones de manera natural en el campo y disminuir el impacto de las plagas.

De manera más específica, Víctor Manuel Hernández detalló que en el laboratorio trabajan con hongos patógenos de plantas agrícolas, buscan organismos nativos de diferentes áreas para no introducirlos desde otras y luego los liberan en el campo.

Entre las actividades que han realizado en el CEIB, destaca el trabajo con la mosquita blanca en invernaderos, la gallina ciega en caña de azúcar, los barrenadores y particularmente con una plaga nueva, todo siempre en coordinación con la Junta Local de Sanidad Vegetal y el Comité Estatal General Vegetal y la Junta General de Caña de Azúcar.

Aunado a lo anterior, dijo, “trabajamos con un insecto que es una escama, la cual se detectó que es plaga de caña en una zona y que ataca también al arroz, por lo que buscamos hongos patógenos para investigarlos en el laboratorio y después trasladarlos al campo”.

Este tipo de investigaciones, además de contribuir a contrarrestar las plagas, favorece la economía y la salud de la gente del campo, “debido a que los agricultores son los más perjudicados por la aplicación de químicos y pueden sufrir de una mayor toxicidad, de ahí la importancia de las capacitaciones que se hacen para que conozcan y se interesen en el tema, tanto los productores como las asociaciones con la finalidad de traer más apoyo y aplicaciones de forma común al campo”, puntualizó.