Como anillo al dedo

En opinión de Roberto Salinas

Como anillo al dedo

La pandemia ha caído como anillo al dedo para muchos funcionarios públicos en Morelos, ha sido una salvación porque el cuidado y el temor de los morelenses los mantiene en casa, preocupados por tener alimento, conservar su trabajo o bien, evitar contagios suyos o de familiares, evitando tener que recurrir a un sistema de salud que ha mal administrado, que ha actuado con omisión e ineficiente en las acciones para combatir esta crisis.

Como anillo al dedo, la pandemia ha evitado protestas, quejas, reclamos o señalamientos de ineficiencia y corrupción. Ha evitado que los funcionarios eviten atender estas manifestaciones, dándoles un respiro temporal, porque su inacción generará en el futuro, otro tipo de crisis.

Como anillo al dedo, la pandemia ha permitido que las instituciones dejen de transparentar, incluso aquellas que están involucradas en la salud o desarrollo social, han omitido publicar información, no solo de 2020 sino también de años anteriores. El propio instituto de información pública evita responder solicitudes y no hace nada por generar transparencia proactiva para contar con datos útiles en esta pandemia.

Como anillo al dedo, la pandemia ha permitido hacer nombramientos (cuestionables e impugnables) en el Poder Judicial donde el trabajo y decisiones están paralizadas por los propios Magistrados, la pandemia les dio la posibilidad de trasladar la culpa de la corrupción y división a un factor externo.

Como anillo al dedo, la pandemia ha permitido ejercer recursos de forma discrecional, adquiriendo materiales e insumos de forma directa, sin transparentar la adquisición y entrega de estos tanto de gobiernos municipales como del estatal o de actores políticos, acción que, en algunos casos, ha servido para promoción partidista.

Como anillo al dedo, la pandemia ha permitido adquirir medios de comunicación y sacar del aire a actores incómodos, que cuestionan y señalan.

Como anillo al dedo, la pandemia, ha permitido olvidar la corrupción como el caso primavera, de la administración de Graco Ramírez o de la 53 legislatura.

Como siempre, los desastres naturales o las crisis sociales han servido para que algunos tengan beneficios, mientras el resto de la población tendrá que salir sola de la crisis de salud y económica. Por eso, también podría convenir retrasar la salida de los ciudadanos, retrasar los tiempos de la transparencia y tiempos electorales, ajustando procesos, presionando plazos en el que solo el que tenga recursos económicos pueda ser “competitivo” para 2021. Para unos cayó como anillo al dedo esta crisis. ¿Para el resto? ¿Qué vamos a hacer?