Caricatura Política - La guerra de las mujeres

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política - La guerra de las mujeres

La historia, como sabemos, ha sido construida por la supremacía del hombre, que considera al macho como el sexo fuerte por naturaleza; y a la mujer, el sexo débil, el más frágil y menos capaz e inteligente. Así se ha construido la historia del hombre, por su imperante voluntad, aunque hoy soplan otros vientos.

Los movimientos feministas se remontan lejanos en la historia del mundo, pero los conocedores ubican los siglos XV y XVI -época del Renacimiento-, como campo de cultivo fértil para las primeras expresiones de inconformidad femenina de manera más abierta. Fueron los tiempos de Leonardo da Vinci, quien se distinguió tanto por su amor al arte como a la ciencia en todos los órdenes del raciocinio. También fue la época de Nicolás Copérnico, astrónomo que antepuso la razón para confirmar la falacia de la tierra plana bíblica. Y así muchos hombres que procedían del hoyo oscuro de la Edad Media y llegaron al Renacimiento de la historia para bajara Dios del pedestal y ocupar ellos su lugar.

A lo largo de la historia, el hombre ha sido el protagonista de las decisiones políticas, sociales y económicas delmundo. La cultura se ha acuñado con sus ideas razonadas o sus propias perversiones, lo que ha limitado a la mujer al papel de la crianza de los hijos, la atención del hogar y al ser satisfactor sexual de su instinto.

Hoy las mujeres han sido agraviadas por la desigualdad histórica, en especial por el tema de la sexualidad entre hombre y mujer, que ha dejado miles de mujeres violadas, muertas o desaparecidas sin que los tres niveles delgobierno cumplan con su responsabilidad Constitucional de hacer feliz al pueblo. Por eso sucedió lo del viernes pasado en la ciudad de México, donde cientos de mujeres, cansadas de ser el objeto sexual hasta de la policía, salieron a la calle a protestar fuerte.

Negar que ellas tienen razón sería una arbitrariedad más del hombre. La historia ha sido injusta con ellas porque muchas son tanto o más inteligentes que el hombre mismo; y aquí, desde luego, no se trata de ensalzar una supremacía femenina en pleno siglo XXI; en la naturaleza hay diversos niveles de inteligencia, pero ésta no depende del género. Hay tanto hombres como mujeres tontas; y hay tanto hombres como mujeres inteligentes.

Nuestro estado de Morelos, para infortunio adicional, se ubica en el segundo lugar de feminicidio en México y tiene todo el derecho de ocupar tal sitio, pues este delito acaba de violar y matar a una niña de seis años en la colonia Carolina de Cuernavaca.

Éste y muchos casos más no dejan mentir sobre que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco es un total fracaso, en ésta y las demás materias del estado. La política actual no se trata de andar en eventos políticos presumiendo lo que no se es, sino de hechos concretos: ¡Ocupamos el segundo lugar en asesinato de mujeres en el país! Y el gobierno emitiendo discurso brilloso en mesas “de trabajo” adornadas con flores. ¡Vaya pues!

Son otros tiempos. Muchas mujeres están más que indignadas y salen hoy a las calles a gritarnos a la cara cerdos lujuriosos. Las protestas, por otra parte, tienen diferentes cargas de ideología. Hay el feminismo moderado que desea cambio sin violencia; pero también hay el otro extremo que sería feliz de ir capando hombres con tijeras por la calle. Ojalá el gobernador entienda que no necesitamos otra guerra, que con la que tenemos contra otras especies del crimen nos basta.

En la protesta feminista del viernes pasado hubo excesos que incluso pueden interpretarse como infiltraciones vandálicas con tal de crear caos en México. “Piensa mal y acertarás”, reza el refrán, y así el puñetazo anónimo que recibió el reportero de Milenio por parte de un hombre joven, parece inexplicable en una manifestación feminista, más si se observa por el lado de alguna intención política escondida de minar el camino del gobierno actual. ¿Será?

Como sea, la responsabilidad de Cuauhtémoc, como gobernador del estado de Morelos, es salvaguardar la seguridad de las mujeres, no solamente sentarse en mesas de relumbrón donde el hombre se ve más que chiquito, sino, reitero, en el mundo de la acción. Gobernar significa más que sonreír y dar besitos de saludo y despedida a las mujeres.

Ellas esperan molestas, Cuauhtémoc.