Caricatura Política - Asesinato de Juan David Juárez López

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política - Asesinato de Juan David Juárez López

 

            Según la tesis del gobierno, la ciudadanía se encuentra más que a salvo de los crecientes embates criminales que superan ya las estadísticas estatales de todos los tiempos. Esto porque los criminales se matan entre ellos, pero respetan al ciudadano que nada tiene que ver con la actividad delictiva del momento. De donde se infiere que el artero crimen cometido contra el encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Cuernavaca, Juan David Juárez López, acaecido el 5 de diciembre pasado cuando el funcionario público arribaba a su domicilio en la Unidad Habitacional Teopanzolco, únicamente tiene dos exclusivas hipótesis de investigación, lo cual facilita el trabajo de los sabuesos de Morelos.

            Con base puntual en la percepción del gobierno, Juárez López era entonces un miembro activo más del crimen organizado, y por eso lo ultimaron con seis certeros balazos. A primera vista, sin embargo, y sin contar con la información detallada de los hechos, la tesis gubernamental luce prejuiciosa. De la víctima, su servidor no sabemucho como para asegurar una u otra cosa; es decir, no sé si Juárez López era un ciudadano honesto e inocente que nada tenía que ver con los malosos o, por otro lado, su ejecución fue un ajuste de cuentas dentro del mundo de los mañosos o simplemente fue una equivocación que echa a perder la inteligente apreciación oficial. Para la tesis del gobierno, que se ha vuelto cantaleta discursiva eterna, Juárez López sí estaba involucrado con el crimen organizado; si no, simplemente no habría muerto.

            Más allá de la ficción gubernamental, la tesis es a todas luces un reduccionismo cínico que ofende la inteligencia de la sociedad. La vida no solamente debe observarse mediante opuestos extremos: o blanco o negro, o bueno o malo, o liso o ríspido, sin considerar matices entre los extremos que puedan dilucidad de manera más certera la realidad criminal que vivimos en Morelos. El gobierno reporta, por ejemplo, algo así como 850 muertes con violencia al cierre de este año, mientras la prensa asegura que anda en el doble. Por mi parte, confío más en la segunda opinión.

            ¿Pero qué gana el gobierno en el intento de tapar el sol con el dedo meñique cuando los rayos nos ciegan de realidad y nos muestran la falsedad desnuda? Pues nada, nada más que ambiciones políticas que no sacian la sed de continuar en cargos públicos sin cumplir lo que con tantas promesas nos hacen durante las campañas electorales. Y es ahí donde permanece el insulto a la ciudadanía honesta que diariamente sale a trabajar, paga sus impuestos e involuntariamente mantiene un sistema que lo único que muestra es ineficacia creciente y cínica.

            Reitero que no me atrevo a estigmatizar al funcionario encargado de despacho de la Seguridad Ciudadana de Cuernavaca con tal contundencia sin conocer los hechos. No lo hago. Es la miopía del gobierno que ya no halla que inventar con tal de justificar las dimensiones del crimen morelense. Es éste quien asegura que los cárteles del crimen solamente atentan contra otros cárteles que disputan plazas delictivas mediante las medidas más crueles y horrendas que hayamos visto jamás en Morelos.

            ¡Pero usted, estimado y único lector, no deje de preocuparse!