Aumenta la actividad sexual en menores de edad: Coepo

En adolescentes de 12 a 19 años alcanza un porcentaje de 25.5 entre hombres y, de 21.1, entre mujeres Con estos resultados, el porcentaje en Morelos es “ligeramente” mayor que el nacional: 23, reveló

Aumenta la actividad sexual en menores de edad: Coepo

El inicio de vida sexual en los adolescentes de 12 a 19 años alcanza un porcentaje de 25.5 entre hombres y, de 21.1, entre mujeres. De acuerdo con estos resultados, el porcentaje en Morelos -que ha iniciado vida sexual- es “ligeramente” mayor que el nacional: 23, reveló el Consejo Estatal de Población (Coepo).

Del total, 19.7 no utilizó ningún método anticonceptivo en la primera relación sexual. De los que sí usaron algún método, es: 75.6 -condón masculino-.

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda más reciente, el estado contaba -en ese instante- con 1’777,227 habitantes: 918,639 (51.7%) eran mujeres y los restantes 858,588 (48.3%) hombres. Las mujeres en edad reproductiva (15 a 49 años) sumaron 489,266 (53.26 del total).

En lo referente al embarazo de adolescentes, los resultados muestran que 57.8 de las mujeres -de 12 a 19 años-, con inicio de vida sexual, alguna vez han estado embarazadas.

De acuerdo con el Censo referido, residen 665 500 mujeres de 15 años y más, siete de cada diez (72.7%) ha tenido al menos un hijo nacido vivo y 26.1 no los ha tenido, pero en todas ellas asiste el derecho a ejercer una vida reproductiva libre de riesgos.

De acuerdo a las cifras, en el último año, el tema de embarazo en el adolescente ocupa un “espacio importante en la agenda pública”; esto es así porque su incidencia -desde el 2006- va en aumento; no obstante, los esfuerzos hechos por instituciones educativas y de salud del país.

El embarazo adolescente en México es un fenómeno que tiene “una alta incidencia y múltiples consecuencias”. Los menores constituyen una población prioritaria para la salud sexual y reproductiva; sus propias características (biológicas, psicológicas y sociales) los colocan en cierta situación de vulnerabilidad.

Y sigue: “Tienen necesidades de salud particulares que difieren en aspectos importantes de las que tienen los adultos. La equidad de género es un componente imprescindible para satisfacer sus necesidades y asegurar la salud sexual y reproductiva a lo largo de todo el ciclo vital”.

Las condiciones en las que toman decisiones sobre su sexualidad, los elementos y servicios con los que cuentan para ello, así como las oportunidades de educación y desarrollo disponibles, tienen “un importante efecto en su calidad de vida y en las tendencias poblacionales”.

En lo que se refiere a la salud sexual y reproductiva (SSR), los principales riesgos de esta población son: El inicio no elegido, involuntario y/o desprotegido de su vida sexual. La exposición a embarazos no planeados, no deseados, o en condiciones de riesgo. La exposición a una infección de transmisión sexual (ITS), cuya expresión “más dramática” es el VIH/Sida.