Asocian el suicidio con alcohol y droga

Asocian el suicidio con alcohol y droga
“El suicidio es un fenómeno prevenible. El 90 por ciento de los casos se asocia a trastornos mentales, por el consumo de alcohol y otras sustancias”, informaron los Servicios de Salud.

“El suicidio es un fenómeno prevenible. El 90 por ciento de los casos se asocia a trastornos mentales, por el consumo de alcohol y otras sustancias”, informaron los Servicios de Salud.

De igual forma, agregan que una persona que alguna vez haya tratado de suicidarse “no tiene por qué estar siempre en riesgo de continuar intentándolo”. Y: “los pensamientos suicidas pueden reaparecer, pero no son permanentes y, en muchos casos, no vuelven a reproducirse”.

A la vez, añaden que algunas “señales de alarma” son las siguientes: cambios de personalidad; en el comportamiento; en los patrones de sueño (“o duermen mucho o no duermen”).

Asimismo, cambios en los patrones de alimentación: “comen compulsivamente o no comen”; pérdida de interés de las actividades o de las cosas que antes disfrutaba. Preocupación sobre dinero y enfermedades. Temor a perder el control. “Sentimientos abrumadores de culpabilidad, vergüenza y odio a sí mismo. Pérdida de esperanza en el futuro, nada va mejorar…”.

Otros estigmas son: consumo de alcohol o drogas. Pérdidas recientes, matrimonio, fallecimiento de un ser querido, trabajo. Pérdida de fe en el futuro. Pesadillas. Impulsos, declaraciones suicidas. “Regalo de pertenencias favoritas”. Intentos previos de intento de suicido “Agitación, hiperactividad e inquietud. Irritabilidad, actitudes o conductas violentas”.

Además, precisan que, a nivel mundial, este fenómeno ocupa entre el 2º y 3º lugares como causante de muerte -entre los 15 y 25 años de edad-. Ergo, dice que las personas que están pensando en suicidarse siempre dan señales de alarma. “El hablar del tema puede ayudarlo a desistir de hacerlo y puede motivarlo a buscar ayuda”.

La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones, aduce… “Deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión. La mayoría de las personas que intentan suicidarse no desea la muerte; quieren terminar con el dolor”.

Al final, rompen los siguientes mitos: 1. El que se quiere matar, no lo dice. De cada diez personas que se suicidan, nueve de ellas dijeron “claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida”. 2. El que lo dice no lo hace. “Todo el que se suicida expresó con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta lo que ocurriría”.