Árbol inmóvil - Zapotitla y Cipriano: intereses mutuos

En opinión de Juan Lagunas

Árbol inmóvil - Zapotitla y Cipriano: intereses mutuos

El Partido Encuentro Social (PES) ya se desmarcó de Marcos Zapotitla Becerro, ante el escenario comicial que está en marcha (en la clase política, esto es esencial, porque no tiene ética. Conlleva la avidez inescrutable).  

En contraste, para encarar la denuncia de violación que se cierne sobre el asambleísta, apareció en la palestra el abogado mediático: Cripriano Sotelo Salgado. Se trata, en sí, de una “causalidad”, tomando en cuenta que éste litiga, en gran medida, entre los reflectores de los medios masivos de comunicación y los espacios políticos.  

            ¿Qué existe detrás de esta alianza casi súbita? Un interés central: José, hermano del jurista, desea ser magistrado del Tribunal Superior de Justicia (hay seis vacantes en juego, que deberá designar la 54 Legislatura). A partir del letargo del Congreso y la parálisis del Poder Judicial, no sé cuándo se dé este acuerdo.  

            Sotelo Salgado definió (de modo definitivo) la estrategia a seguir: el alargue. Llevará hasta el límite el caso. Incluso, el periodo legislativo podría expirar.  

Por otro lado, el fiscal metropolitano insiste en el “juicio de procedencia”; el Congreso, en la quietud; el jurisconsulto, famélico. Éste no da visos de escudriñar la esencia del conflicto; se circunscribe al paso del tiempo. En tanto, Marcos “N”, en la ceguera (por obvias razones). Su carrera, aun siendo inocente, está condenada en el olvido. Ninguno, ahora, habrá de cobijarlo (se volvió un agente nocivo contra las concupiscencias de los protagonistas de la contienda intermedia).  

            Nadie da algo a cambio. La habilidad (o avaricia) de Cipriano va en contra del amor ágape. Cuidado. Le recomiendo cavilar en torno al siguiente apotegma del escritor Jonathan Swift: “La ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más viles. Por eso, para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse”. 

            Y, en medio del brete, se solidariza con las declaraciones del congresista, en sus argumentos de defensa. “Habla de gente del poder”, refiriere. Así, activa la máxima: “al cliente…”. En su segundo fingimiento, este lunes 28, adujo que su defendido “tendrá que hacer aclaración… A quién se refiere y en qué circunstancias…”. Insiste en que “hay la oportunidad” de salir airosos de la acusación. Es probable. Empero, el golpe que “alguien” le asestó al legislador fue contundente. El estigma de la polución se quedará perenne en su pensamiento.  

            La fiscalía está varada. Antes, tendrá que suscitarse el desafuero. Por ende, es seguro que el legista se concentre en el procedimiento que tenga verificativo en la 54 Legislatura. Sus 30 años de “litigante” le dan los elementos (la ignominia) del andamio. De ahí su frase reciente: “A mí, este caso, no me quita el sueño”. Al contrario, le proveerá dos cosas (a partir de la codicia insatisfecha):  

  1. Recursos monetarios (a través del cobro de sus servicios. Algún colega me comentó que éstos ascenderían a “mínimo”: un millón de pesos). 
  2. El posicionamiento de su hermano en el Pleno del TSJ.  
  3. Partidizar el entorno. No “politizar”. Su destreza se transforma en momento coyuntural. Atrae fama y, en consecuencia, poder.  

Ésa es su atalaya. En esos puntos se divisa el corolario. El otro gana, al mismo tiempo: librará la cárcel… Las fauces del penal de Atlacholoaya… La chirona (como dijera mi amigo, hoy extinto, Dámaso).  

Por eso, este juicio no lo “espanta”. Al revés: aporta adminículos para justificar la “prudencia” y la “paciencia”. En síntesis, todo al tiempo (y sus inevitables erosiones sintomáticas de la sed de incertidumbre). Algo, sin duda alguna (cosa que no le importa), se elevará: el óbito político del denunciado.  

 

Cuotas escolares: la desfachatez incesante 

            Los padres de familia siguen experimentando coraje y frustración. Luis Arturo Cornejo Alatorre, secretario de Educación, no irradia empatía. Ni lo hará. Es un funcionario nefasto. Un ente en medio del servilismo. Cínico, recién, declaró que los 25 millones de pesos (destinados a erradicar las llamadas “cuotas escolares”) se habían ido hacia la erogación de otros conceptos. ¡Qué barbaridad! ¿Y el Congreso? ¿Qué hace? ¿Sólo un extrañamiento? Al fin y al cabo, prevalece la perversión bilateral. Han levantado la ira de los tutores, en medio de la propagación de la pandemia de covid-19.