Abrir el Congreso

En opinión de Roberto Salinas. Co Director

Abrir el Congreso

Ha concluido el primer año de la legislatura morelense, sus dos periodos ordinarios terminaron el pasado 15 de julio, aún tendrán quince días para realizar un periodo extraordinario y hacer o deshacerlo que se les ocurra.

El Congreso de Morelos, el de menor número de Diputados en todo el país, no es precisamente el más económico, tampoco ha mejorado la eficiencia y transparencia a su interior. Iniciaron el primer periodo ordinario (1 de septiembre al 15 de diciembre de 2018) con 0% de transparencia, actualmente ésta ha incrementado hasta alcanzar cerca del 30% del total de lo que debería cumplir según la ley de transparencia del estado.

Hablando de resultados, estos se pueden calificar como escasos, el mayor logro que pueden presumir es el de eliminar el uso de plásticos y unicel, iniciativa -por cierto- impulsada por la sociedad civil, de la que muchos legisladores celebraron y se adjudican. Fuera de esta reforma, no hay otra que sea considerada de gran valor para transformar la vida de los morelense, o contribuir al desarrollo económico y social en el estado.

En lo que sí han destacado en la presente legislatura es en la división, pleitos y continuidad en las mañas y vicios para designar cargos dentro o fuera del Congreso. Unos a otros se acusan de opacos, de cómplices, de omisos y mentirosos, de buscar intereses particulares o de cubrir a funcionarios y exfuncionarios. La gran mayoría siente que por ser legislador tiene derecho de controlar a las instituciones, de obtener puestos y plazas para los amigos y familiares, de disponer de recursos dentro y fuera del Congreso, sin ninguna restricción y transparencia. Cambian de partidos e ideales en cualquier momento, se marginan unos a otros de comisiones, para ello, la Ley Orgánica del Congreso es la que ha tenido más modificaciones en la legislatura, es decir, la prioridad de la legislación es para sí mismos.

La participación ciudadana en el Congreso se considera solo en la asistencia a eventos y foros que organizan las diversas comisiones y que sirven para la foto y los reportes. No les gusta la crítica, rechazan el debate serio, evitan difundir el trabajo de sus comisiones, le dan la vuelta a las propuestas que les ayude a transparentar y mejorar su trabajo.

¿Pero qué hacer con un Congreso como el morelense? ¿Debemos esperar a que llegue otra legislatura con Diputados surgidos de acuerdos viciados y faltos de ética y profesionalismo en los partidos políticos? NO. No podemos esperar dos años más. No podemos solo ser espectadores en el reparto de puestos, de recursos y de omisiones legislativas.

Debemos ser actores sociales activos, que cuestionen y exijan a cada legislador, que reclamen la falta de trabajo, transparencia y resultados en su actividad legislativa. Además de exigir, debemos proponer y aportar elementos que les permita a los legisladores hacer mejor su trabajo.

En este sentido de aportar, el Centro de Investigación Morelos Rinde Cuentas, A.C. presentó una plataforma denominada Abriendo el Congreso (www.morelosrindecuentas.org.mx/abriendo-el-congreso/) un espacio en el que los ciudadanos pueden conocer el perfil y trayectoria de cada Diputada y Diputado, identificar en qué comisiones participa y cuáles son las iniciativas que ha presentado. En esta sección denominada “actividad legislativa” los ciudadanos podemos descargar las iniciativas de reforma de ley o constitucionales que se han presentado, además de ello, podemos realizar aportaciones, comentarios y propuestas para mejorar esa iniciativa.

Este espacio “Abriendo el Congreso” está pensado en los ciudadanos, en brindar información para que se convierta en un actor informado de lo que pasa en su Congreso, pero también para que realice aportaciones propias o en grupo. En la medida en que los ciudadanos nos involucremos en las decisiones públicas tendremos mejores funcionarios y resultados palpables y reales. No nos quedemos con las imágenes maquilladas que nos quieren presentar los gobernantes, cambiemos la forma en la que nos relacionamos, interactuamos y exigimos a los representantes sociales. Solo así nuestro estado saldrá del bache en el que se encuentra.