A Nivel Banqueta - El próximo alcalde de Cuernavaca

En opinión de Francisco Valverde Prado

A Nivel Banqueta -  El próximo alcalde de Cuernavaca

El 6 de junio de 2021, habrá elecciones para elegir diputados y presidentes municipales (entre algunas otras cosas). El primer pensamiento (de pánico) que se nos viene a la cabeza a la mayoría de los simples mortales se parece mucho a: ¿y ahora qué nos espera? ¿Vendrá algo bueno? ¿Algo podrá cambiar? ¿Habrá alguien a quién le importe la ciudad?

Sí, ya sabemos que cada tres o seis años, comienzan Los Juegos del Hambre y la caza de votantes a costa de lo que sea, incluso de la propia ciudad. Más allá de todo lo negativo, perverso y frívolo que ya sabemos existe dentro de casi todos los políticos que dicen habitar en Cuernavaca, el ciudadano de carne y hueso en verdad sueña en que su ciudad pueda cambiar (algún día). Pronto iniciarán las campañas electorales y lo que uno quisiera saber es qué proponen los que serán los candidatos a posiblemente dirigir los destinos de La Eterna Primavera. Si algo tendría que saber un aspirante a gobernar Cuernavaca, es la necesidad de contar con un proyecto de ciudad. ¿Qué haría -de ganar- para mejorar la calidad de vida de Doña Lupita, del Licenciado José Luis o del estudiante Fernando?

Cuáles serán sus propuestas en materia de movilidad urbana, rescate del medio ambiente, imagen urbana, contaminación, mercados y espacios públicos, cultura de la legalidad, economía, corrupción, seguridad ciudadana, arte y cultura, turismo, salud y todo lo que en verdad afecta la vida de los habitantes de nuestra metrópoli. Esto es lo que los ciudadanos de a pie debemos cuestionar y proponer, acciones concretas, con tiempos y acciones específicas con las cuales podamos medir el desempeño de un presidente municipal. Con una frase de campaña o una idea vaga y abstracta, no cambiará la vida de Doña Juanita, vendedora  de quesadillas en uno de los mercados de nuestra ciudad. Tampoco la vida de Eduardo, joven estudiante de preparatoria, o de Consuelo, ama de casa de tiempo completo. La calidad de vida de las personas cambiará cuando nuestros políticos y muchas de sus impresentables caras, tengan propuestas claras para problemas de antaño, ya es hora que por lo menos averigüen para lo que deberían de servir.

A muchos de los partidos políticos se les olvida que el dinero que reciben es gracias a los impuestos que muchos de los mexicanos pagamos, no por su linda cara ni por contar con algún talento especial -por el contrario- es para que los cuidados que así lo decidan, puedan participar en política. Lo deseable sería que a cambio del dinero que reciben de nuestros bolsillos, por lo menos contaran con un proyecto para gobernar una ciudad en concreto. Si habláramos de un arquitecto, le pediríamos planos, cálculos y dibujos para poder construir exitosamente nuestra casa. ¿Por qué entonces alguien que aspira a gobernar una ciudad se atreve a candidatearse sin la mas mínima idea sobre el cómo gobernar una ciudad y en específico: una agenda de ciudad a tratar durante su gestión?

Algunas ideas en concreto: un proyecto integral de movilidad urbana, que inicie con la articulación de toda una red y desarrollo de un programa que nos brinde una nueva infraestructura peatonal, incluida la correcta señalización -tanto vertical como horizontal-. A la par, acciones pedagógicas que permitan la construcción de una nueva cultura urbana, respeto al peatón, las reglas y normas para una mejor convivencia. El retiro de todo aquello que ilegalmente se ha apoderado del espacio público y la importancia de por qué respetar la ley, para poder vivir mejor de manera colectiva.

También, un proyecto integral  de rescate de espacios públicos y su redignificación. Contando con la participación de vecinos y habitantes las distintas colonias o barrios a intervenir. Incluyendo a todos los mercados municipales y sus cadenas productivas como detonadores de la economía local. Una policía de barrio, cercana, educada y en continua comunicación con vecinos, ayudantes municipales y los distintos actores que representen liderazgos de importancia dentro de su comunidad. Una nueva cultura urbana también necesitará de nuevas conductas en cuanto al manejo de los residuos sólidos. Bien podemos comenzar por programas que permitan una mejor comprensión sobre el reciclar, reutilizar y el reducir.

A corto, mediano y largo plazo, un ambicioso programa de rescate de nuestras barrancas, la razón de La Eterna Primavera, nuestra identidad.  Limpiar nuestras barrancas no es un tema fácil ni rápido, pero si posible. Bien se podría comenzar por evitar las descargas de aguas contaminadas en ellas y así subsecuentemente  proyectos de mayor alcance que permitan su integración a la economía local y turística.

¿En cuánto tiempo podríamos ver resultados a nivel banqueta si nuestro próximo presiente municipal en verdad llegara a trabajar y más aún, no ignorara en su totalidad para qué fue elegido? Mucho del problema que le duele a Cuernavaca es la falta de preparación y desarrollo de los aspirantes a gobernar nuestra ciudad. Un alcalde ignorante, no podrá -jamás- cambiar el rostro de nuestra ciudad. Tampoco podemos seguir  teniendo candidatos que quieran ser presidentes municipales más por explicaciones psicológicas que políticas. En verdad, sería muy positivo para todos aquellos que tengan problemas con su ego o tengan una gran necesidad de reconocimiento, se evitaran la pena de hacer el ridículo y mejor buscaran apoyo emocional y no aspirar a gobernar una ciudad por los peores motivos.

Esperemos que el próximo presidente municipal de Cuernavaca, cuente con un proyecto claro. A corto, mediano y largo plazo. Propuestas claras que de ganar, tengan loa fuerza suficiente para cambiar las vida de la señora de las tortillas, del taxista, del empresario y de todo aquél que viva en nuestra ciudad.

 

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