300 empleos consumidos con el siniestro en CIVAC

30 años de historia de una exitosa y competitiva empresa mexicana se acabaron ayer en Civac
Industrias como Unilever, otra de cables, una de equipo eléctrico, entre otras, a punto de ser alcanzadas

300 empleos consumidos con el siniestro en CIVAC
Tres décadas de historia de una exitosa empresa mexicana, asentada en CIVAC, Jiutepec, se interrumpieron con el feroz siniestro de la madrugada de este domingo, con la afectación a alrededor de 300 personas que este lunes no tienen empleo.

Alrededor de 300 empleos quedaron momentáneamente desaparecidos por el incendio registrado entre la noche del sábado y la madrugada de este domingo. Junto con ellos, una historia de tres décadas de exitoso negocio vio truncado su avance por el voraz siniestro que cobró millonario daño, aunque no daños físicos a personas.

Con el amenazante fuego iniciado poco antes de la medianoche del sábado en este fin de semana, que durante más de cuatro horas pintó de rojo el cielo en la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC), y que estuvo a punto de alcanzar a otras factorías aledañas al predio de 20 mil metros cuadrados, donde funcionaba Industrias Lavin de México, también se vieron interrumpidos de golpe por la tragedia, tres décadas de un exitoso negocio mexicano.

La firma contaba orgullosa su historia al haberse hecho espacio en un mercado muy competido, en el que gigantes transnacionales tenían acaparado el mercado a finales del siglo 20

Según el recuento de propia voz, Luis Martínez Lavin y Garcia Lascurain, despedido a finales de los 80 de una empresa donde, como ingeniero, tenía su única fuente de ingreso, optó como alternativa para independizarse el arranque de su propia pequeña empresa, con 7 empleados, en un terreno de 200 metros cuadrados, similar al de una casa mediana de cualquier ciudad mexicana.

El profesional identificó una gigantesca oportunidad y necesidad dentro del mercado de belleza y cuidado personal en México, donde la mayoría de la oferta se dirigía entonces sólo a sectores con poder económico medio y alto. La conveniencia de ofrecer una opción en dicho sector, dirigido al mercado con más bajos ingresos, pero con mercancía de calidad, fue explotada por Luis Martínez Lavin.A tres décadas de haber iniciado ese proyecto, Industria Lavin tenía hasta ayer acaparado un importante porcentaje del comercio con marcas de bajo precio, como Nuvel, que se ofertan en las principales cadenas de tiendas de autoservicio, farmacias y negocios del ramo. Su centro de operaciones era el parque industrial de CIVAC, donde ayer domingo quedaron reducidos a cenizas esos más de 30 años de labor y la fuente de trabajo para  alrededor de tres centenas de personas.

La mayoría de los 300 empleados principalmente laboraban en la planta siniestrada; unos cuantos lo hacían en la Ciudad de México, para las cuestiones de ventas, mientras que también en Texas, Estados Unidos, Lavin tenía otra representación para su expansión internacional, de sus cerca de 80 millones de unidades que cada mes se producían desde el municipio de Jiutepec.

La empresa contaba con certificaciones como socialmente responsable, amigable del ambiente y abría en un cinco por ciento su planta laboral a personas con discapacidad.

 

Cerca de la ruina

 

El feroz incendio que en la madrugada del domingo podía ser apreciado desde muchos kilómetros a distancia, en municipios como Cuernavaca, Tepoztlán, Yautepec, además de puntos lejanos en el propio Jiutepec, estuvo a punto de alcanzar a empresas como la poderosa británico-holandesa Unilever, también en el giro de cosméticos, perfumes y alimentos, principalmente; a la Corporación Manufacturera de Electroequipos; a la Distribuidora de Cloro Esmah; a la General Cable Automotriz, como las naves industriales más cercana a Lavin. La labor de bomberos, de varias corporaciones, las salvó.

La firma siniestrada acaso comenzará de cero su nueva etapa, donde quizá, en un tiempo, las 300 personas que este lunes no tienen ya fuente de empleo, podrían volver a laborar, si la empresa decide ese camino, con base en el pago de seguros contratados, los cuales jamás resarcen el daño en forma cercana a las pérdidas.